Diversión

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Aquel guiño fue tan descarado que casi se separa debido a la carcajada que tuvo que contener o se delataría ante aquellos ojos que se encontraron con los suyos, ladeo un poco la cabeza disfrutando su reacción. ¿De donde salió tremenda valentía? No lo sabía, pero cuando se separaron simulando limpiarse los labios avergonzados Taemin ya estaba lejos de ellos dos.

—No debería sentirme bien por molestar a alguien...

—¿Pero? —arqueo la ceja mientras dio un sorbo al vaso de agua, quería limpiar su paladar.

—Pero fue magnifico. —al fin soltó una risa sonora que llegó hasta los oídos de Taemin, quien ni bien vio aquella escena apretó los labios ignorando completamente a su acompañante. Era una maldita broma.

Taemin estaba seguro que no vería sombra alguna de su ex esposo esa noche, pensó que podría disfrutar la comida y quizá, si se daba, pasar la noche en el calor de un departamento ajeno, para su mala suerte, no dejaba de encontrarse con Minho. No existiría problema alguno, si tan solo consiguiera incomodarlo en el proceso de su plan de cita. Lamentablemente en cuanto entró a aquel restaurante, lo primero que vio fue a su ex entretenido con el mismo rubio, ese chico estaba causándole dolores de cabeza con su sola existencia. Tenía una facilidad para ponerlo de malas. Su sonrisa podía parecer dulce a la vista, pero existía algo tras esta, la intención de fastidiar.

Cuando los miró desayunar juntos pudo ver a ese joven confundido ante su presencia, y al topárselo en aquella cafetería no dudó en acercarse para molestarlo, seguro le contaría a Minho y sería una reacción en cadena. Contrario a sus planes el chico que pensaba alterar le respondió de una manera tan insolente que no pudo hacer más que irse con la cola entre las patas. Había perdido contra un mocoso, que seguramente era más de diez años menor que él.

No era del estilo de Minho, o eso medito mientras trabajaba durante los días siguientes, si era una aventura no tardaría en dejarlo, ¿entonces por qué lo llevó justamente a una cena tan importante? Desde el divorcio nada iba como debería, la casa que sería suya fue dividida, lanzándolo a vivir en un departamento pequeño, entre situaciones laborales lo único que le generaba estimulo era ver a Minho alterado, y justo cuando lo había colocado en una jaula lista para ser cerrada, apareció un rubio que sin vergüenza le decía que disfruto dormir con él. ¿Por qué le afectaba tanto verlos juntos?

Por su parte Wonbin se levantó para ir al sanitario en lo que Minho acordó ir por un par de tragos, fue entonces que los ojos de Taemin brillaron al ir caminando directo hasta el moreno que no pudo hacer más que charquear la lengua. Era inevitable cruzar palabras si era él quien lo buscaba.

—¿En serio te atreviste a traer a tu colágeno Minho?

—No deberías estar tan al pendiente de la vida amorosa de tu ex esposo. Firmamos el divorcio, perfectamente puedo salir con quien quiera, justo como estás haciendo.

—Por lo que veo tus gustos cambiaron, no sabía que te iban menores.

—Y por lo que veo te has vuelto un chismoso Taemin, no conocía esta faceta tuya. Eso es malo para la estabilidad, deberías saberlo.

Taemin abrió la boca dispuesto a responderle el golpe con guante blanco justo cuando el rubio camino seguro de si mismo abrazando a Minho por el costado, lo miró colar el brazo bajo la chaqueta que el mayor llevaba puesta quedando pegadito a él con una sonrisa que le hizo hervir la sangre.

—¿Quién es él Ming? —preguntó el menor levantando la mirada directo al moreno quien dejó una caricia en su mejilla antes de responder. Taemin estaba perplejo.

—Él es Lee Taemin. —lo señaló como si fuera una persona cualquiera haciéndole apretar los dientes.

—Su ex esposo. —se adelantó en aclarar, aunque dudo cuando vio al chico sonreír.

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