Era consciente que la cocina no se le daba, por más que hiciera el intento, una vez tras otra, saldría mal. Podría rendirse y quedar resignado a que su esposo preparara la comida hasta que fuera necesario recurrir a una persona externa, pero ansiaba ser capaz de usar correctamente la cocina, aunque fuera un pequeño platillo, no aspiraba a un menú elegante, siempre y cuando su amado lo comiera con una sonrisa quedaría satisfecho.
Por desgracia de querer no se logra mucho, constantes quemaduras hicieron esa tarde más difícil su meta. No tenía libres tan seguido como quisiera, como para tomar clases particulares que le ayudaran al menos un poco. Se dedicó a limpiar los trastos después de un nuevo intento fallido mientras pequeñas gotas resbalaban por sus mejillas al sentirse incapaz de darle eso a su pareja, Minho siempre era amable, dedicado, y en más de una ocasión le pidió dejar de hacerlo, porque según sus palabras, él amaba cocinar, podía hacerlo siempre por él.
Todavía faltaba un poco para que su esposo saliera del taller, si se daba prisa todo quedaría sin rastro de sus fallos, no quería preocuparlo al ver sus manos con heridas. Había ido por el ungüento al estante alto cuando la puerta fue tocada, seguramente era el cartero. Recibió una caja a nombre de su esposo, y un par de cartas, seguro entre estas estaba la invitación regular para que fueran a la comida que organizaba su cuñado.
—Siempre mandan esto faltando meses. —sonrió para si mismo revisando uno a uno los sobres frunciendo el ceño al notar que uno no tenía mayor dato que el destinatario.
"Lamento que te enteres de está manera, yo no quise que esto sucediera."
¿Qué clase de broma era esa? Las palabras eran escritas a mano, sobre una foto que tuvo miedo de girar, era imposible que fuera algo malo. El sonido del teléfono de la casa rompió el silencio que recién se estaba creando. Por favor que fuera Minho al otro lado de la línea, necesitaba escucharlo.
Aun con el cuerpo tembloroso, levantó el teléfono escuchando un llanto al otro lado de la línea, no dijo nada, solo esperó a que la otra persona se calmara y dijera lo que tuviera que decirle.
—¿Eres Taemin?
—¿Tú fuiste quien me mandó ese sobre? —trató de aparentar serenidad, pero era evidente que estaba al borde del llanto y la desesperación.
—Lo siento tanto, yo no supe cómo sucedió, pero ¡por dios, perdóname! —el llanto del otro lado fue un golpe directo a su pecho que lo dejó estupefacto.
—¿De qué carajos estás hablando? ¡Explícate! —exigió en un grito rodeado de lágrimas, solo entonces se permitió mirar una a una las fotos dentro de ese sobre, eran borrosas, pero con forme aquel desconocido hablaba tomaron una claridad aterradora.
—Minho me dijo que estaba soltero, que no tenía a nadie en su vida, y yo le creí... pensé que era el amor de mi vida, hasta que descubrí que tenía esposo. Si lo hubiera sabido nada de esto estaría pasando, perdóname, no podía quedarme callado ante esto...
Dejó caer el teléfono mientras trataba de sostenerse de la pared, tenía que ser una broma, ¿por qué Minho le haría algo así? De entre todas las cosas posibles, porque el amor de su vida lo lastimaría de una manera tan dolorosa. Sus oídos dejaron de escuchar y su vista se nubló empezando a tirar todo, tenía que ser una maldita broma, Minho nunca le haría eso, no su Minho. Miró el sobre y las cartas rompiéndolas a pedazos, no quería saber nada de eso, no quería saber nada más de él.
A lo lejos alcanzó a escuchar que el timbre sonaba, tenía que ser él, lo mataría si es que era verdad. Al abrir la puerta lo primero que vio no fue a su esposo, si no a su mejor amigo, Kai, quien de prisa lo sostuvo cuando se desmayó debido a las emociones tan abrumadoras que no pudo controlar correctamente.
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MENTIRA
Short StoryMinho ya no quiere drama en su vida, después de terminar su matrimonio por una infidelidad termina enredado en la desastrosa vida amorosa de Wonbin. Taemin quiere molestar a su ex esposo mostrandole sus conquistas aunque quien termina molesto es él...