Roce

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—Hola Wonbin.

Contuvo un poco el aire entre la sorpresa y la incomodidad que le daba solo tenerlo frente suyo, miró de reojo agradeciendo que Eunseok estuviera en la parte trasera, entre menos personas estuvieran presentes era mejor. Apoyó la caja de limpieza en una de las sillas esperando que Taemin soltara su veneno y se fuera.

—Buenos días, todavía no estamos dando servicio, pero si gusta esperar en un par de minutos podrá hacer su pedido.

—Perfecto, entonces puedo hablar con el amante de Minho antes de pedir un americano frío. —lo miró con una sonrisa mientras tomaba asiento.

—Como guste. —soltó llevando sus cosas en la parte trasera asegurándose de tener un poco de privacidad, no faltaba mucho para abrir correctamente, lo que menos necesitaba ese día era armar un escándalo.

—¿Qué quieres para alejarte de Minho?

—¿Va a querer crema en su café? —preguntó en un intento de darle por su lado, pero Taemin no se quedaría con las ganas, al parecer estaba alterado, no lo soltaría viendo esa grieta en su actitud.

—¿En serio crees que el interés de Minho durara mucho? No dudaría en que ya te dejó botado.

—Si ese es el caso ¿qué haces aquí? Mira Taemin, aún cuando el señor Choi y yo duremos juntos un mes o años eso no debería interesarle a su ex esposo infiel. ¿Es que ya te dejó botado con quien lo engañaste? —se burló con total descaro dejándole el vaso a un lado de la mesa.

—¿Quién carajos te crees para hablarme de esa manera mocoso? ¡Soy mucho mayor que tú debes mostrar respeto! —salió de su silla abriendo el vaso y lanzándolo en la cara a Wonbin, quien ni bien sintió el liquido correr en él, apretó el puño golpeando con fuerza contra su rostro causando que tambaleara.

—¿Qué clase de respeto puede merecer una escoria como tú? Cambia de amantes tanto como quieras, jamás vas a tener a nadie que le llegue a los talones al él. Es lamentable que estés buscando pleito por una persona a la que ni siquiera le importas.

—¿Crees que eres distinto a mí? Fuiste tu quien dio el primer golpe.

—No te equivoques Taemin, yo reaccionó a lo que me haces, de lo contrario sería peor. Tú y yo no somos iguales. —trató de girarse para ir a cambiar su uniforme, estaba todo pegajoso ahora.

Desafortunadamente, Taemin vio la oportunidad de desquitarse cuando visualizo a su otro compañero salir por la puerta, antes de evidenciarse tomó al chico del hombro atrayéndole para darle una fuerte cachetada, no se iría sin dejarlo en un estado similar, con suerte lo despedirían por responder a un cliente.

—¡Realmente estás loco! —enredo los dedos en su cabello jalándolo para poder regresarle el golpe, parecía un poco más delgado que él, pero aquella cachetada estaba ardiendo en su mejilla, incluso podría jurar que le había alcanzado a herir el labio.

—¡Wonbin suéltalo! ¿qué carajos crees que haces? —en automático su cuerpo se detuvo abriendo la mano para liberarle el cabello, ninguno estaba en buenas condiciones, pero no dudaba que fuera intencional.

—¿No viste cómo estoy? Eunseok fue él quien inició todo esto. —trató de hablar con el chico que se negó, desde un inicio a escucharlo.

—¿Y no fuiste capaz de detenerlo? —lo vio correr hasta Taemin quien le miró con una sonrisa, aún con el cabello hecho un desastre y el ojo morado.

—¿Sabes qué? Lo detengo ahora mismo, me largo. —de cualquier manera, era su último día.

Fue hasta su casillero de donde sacó sus cosas, no gastaría ni un segundo en cambiarse, esperaba no tener problemas al irse y quedar en buenos términos, pero ante la actitud de Eunseok era imposible. Tras su espalda azotó la puerta empezando a sentir como las lágrimas corrían por sus mejillas en el camino a la parada de autobús. No sabía la razón de su llanto, pero lo dejó ser por un rato, era definitivo, sus sentimientos, o lo que aún quedaba de estos hacia Eunseok ya no existían más.

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