Mentira

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En el centro deportivo la mirada de Wonbin iba y venía sobre cada una de las baldosas del baño, se suponía que estaría bien, pero desde que lo vio irse la mañana anterior su corazón le dolía. ¿Cómo iba a resistir un día más? No era como si fuera la primera vez que estaban lejos uno del otro, pero de cierta manera el saberlo tan alejado lo ponía ansioso, aunque las llamadas y fotos que le mandaba desde su llegada a la costa lo tranquilizaban.

—¿Por qué no fuiste a la comida de tu cuñado Wonbin? —escuchó la voz de su jefe desde lo lejos al momento de salir del baño.

—No iba a dejar el trabajo botado, me sentiría mal si lo defraudo.

—No creo que con esa expresión en el rostro estés bien Wonbin, mira, sé que este trabajo es importante para ti, eres un excelente instructor. No digo que te aproveches del hecho de tener de pareja a mi amigo, pero si quiero decir que me veas como un jefe flexible, si alguna vez necesitas un permiso pídelo y si es posible te lo daré.

—¿Tan mal me veo? —preguntó asustado causando una risa en el hombre.

—Mejor dejémoslo como que se nota que quieres verlo. Aunque eso dice mucho en realidad. No me lo has pedido, pero, si quisieras ir con Minho, solo si tienes muchas ganas de verlo, podemos hacernos cargo los otros instructores y yo.

La sonrisa en los labios del menor fue tan brillante que por poco queda ciego, era mucha energía para él. Esperaba que las cosas fueran mejor para Minho desde ahora. Verlo destruido por su ex esposo le dejaba en claro que esta vez era un afecto tan mutuo como para que ambos estuvieran con los ánimos tan decaídos, que en cuanto recibió la llamada del hermano de Choi no dudo en revisar los horarios y asegurarse de tener la posibilidad de dejar ir a su instructor estrella.

—¡Muchas gracias señor Lee! —salió tras su grito corriendo a tomar el autobús que diera directo con el aeropuerto. La única ropa que llevaba era la que tenía puesta, pero ni eso lo detuvo de apretar el boleto mientras estaba en la fila, por ningún motivo le avisó a Minho de dónde estaba, quería que fuera una sorpresa.

Mientras esperaba en la fila sacó el celular de su bolsillo al sentir cómo vibraba avisando de un mensaje, al inicio creyó que se trataba de su pareja, pero al ver el contenido y la foto adjunta se apretó el puente de la nariz, otra vez era Taemin.

"¿Ya terminaron o es que no te invitó a la comida de su familia?"

La comida regular, organizada por parte de la familia de su hermano era sin duda, algo a lo que no podía negarse de asistir o crearía un desastre en el árbol familiar. No le dolía ir, pero debía admitir que el hecho de estar separado de su novio justo por ese hecho le creaba un conflicto interno. Quizá por ello, en más de una ocasión su hermano se acercó a preguntar si todo estaba bien, y al escuchar su respuesta solo dedico su tiempo en molestarlo, aunque en cierta parte agradecía que Minho tuviera ese tipo de situaciones, definitivamente tenía que conocer a su nuevo cuñado.

En el hotel, mientras caminaba por la recepción esperando que el reloj avanzara, comenzó a preguntarse si podría resistir hasta la noche siguiente para ver a su pareja, por ahora no quería regresar a la casa de su hermano o solo lo tendría preguntando y molestando como cuando eran menores. La noche llegó con una serie de mensajes de su cuñada invitándolo al desayuno del otro día, mismos que respondió con pequeñas frases. Seguro Wonbin estaría cansado del día de trabajo, así que le llamaría mas adelante para escuchar su voz antes de dormir.

Su expresión cambió drásticamente cuando se colocó frente suyo quien se suponía al fin los había dejado en paz. Lo olvidaba, Taemin conocía de esa comida y aún más parecía recordaba los hoteles que en esas fechas concurrían, haciendo evidente, justo donde no iba a estar.

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