Verdad

21 2 1
                                    

—Él es Kai, la persona con quien Taemin me fue infiel.

Sus miradas se encontraron dejando que el tiempo trazara un silencio abrumador, ninguno de los dos sabía bien qué decir o hacer ante la situación que se les presentaba. Wonbin bajó la vista a la foto entre sus manos esperando haber cometido un error, lamentablemente, era él, y ahora nada tenía sentido.

—No puedo creerlo, ¿cómo es que terminamos con este hombre ahora?

—Realmente no tengo idea, como has dicho, desde que esas cartas te empezaron a llegar, algo se siente mal. Si lo dejáramos como un admirador cualquiera no habría mayor problema que lo ocurrido. El que sea justamente Kai lo cambia todo de manera radical.

—¿Crees que Taemin esté detrás de esto?

El moreno regresó todas las fotos a la caja para tener espacio en la cama, no era un plan muy agradable el hablar de su ex esposo y amante precisamente, pero era inevitable a esas alturas. Lo más preocupante era que envolvieran a Wonbin en un tema que debería ser solo de ellos tres en todo caso.

—Quisiera decir que sí, sin embargo, presiento que hay algo oculto. Pero no entiendo, ¿qué ganaría con todo esto? —ninguno entendía nada, entre más pensaban, menor era el sentido.

Un par de minutos después, antes que el tema de Taemin y Kai los absorbiera por completo, decidieron dejarlo en una esquina, no era como si lo ignoraran o pretendieran que no existía, solo no iban a darle vueltas al asunto que conforme miraban se hacía cada vez más grande. Era abrumador querer descubrir el trasfondo.

Querían tener paz y con ella a flote, ahora sí, ver todo con calma. Por lo que se recostaron en el colchón quedando en una perfecta cucharita aun cuando sus nervios les jugaron una mala pasada por la cercanía. Incluso si ya eran una pareja formal la vergüenza los derribaba de vez en cuando.

El moreno lo abrazó por el abdomen permitiéndole respirar un segundo antes de sentir su aliento chocar contra su oreja, aquello era tan intimo que los colores no tardaron el subir por su cuello hasta las mejillas que Minho no dudo en besar. Si había un problema ya no importaba, no cuando tenía a la persona querida entre sus brazos.

—¿Va a durar mucho tu viaje? —su voz salió suave mientras jugueteaba con la mano del mayor, ambas con un tamaño similar y a la vez tan distintas entre sí que su estomago se estrujaba.

—Tres días a lo mucho, ¿seguro que no quieres acompañarme? Podríamos salir a la playa, comer en lugares bonitos, conocerías a tu cuñado. —lo estaba tentando, lo sabía.

—De que quiero, quiero. Pero tengo trabajo esos días justamente, no me sentiría bien quedándole mal al señor Lee.

La risa del mayor calo en su cuerpo por la cercanía. Su situación amorosa caminaba a pasos lentos pero muy seguros, aun cuando dejaron atrás sus miedos era preferible ser cautelosos para no estrellarse por la rapidez de sus emociones, era un acuerdo silencioso.

—Está bien, haré lo posible para que esos tres días sean dos al menos. —aún cuando faltaban dos semanas, sentía muy cercano ese viaje, y con ello la necesidad de hablarlo con su pareja, hubiera sido lindo ir juntos y presentarlo ante su familia.

—Minho... —lo llamó causando que el mayor hundiera la nariz en su cabello, cómo era que ese hombre le hacía sentir tanto con una acción tan sencilla.

—¿Sí?

—Ya estamos más tranquilos y relajados ahora, ¿qué vamos a hacer con ese tema?

Pudo sentir como el agarre del moreno se hacía más pronunciado en su cuerpo al grado de subirle un poco la playera que de por si era un algo corta.

MENTIRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora