Todo había sucedido tan rápido que apenas podía procesarlo. Kakashi ya no sentía nada. El uniforme naranja que vestía era un símbolo de su destino: el final de una vida construida sobre muerte y sangre. Su corazón, destrozado en mil pedazos, parecía haberse apagado por completo. Mientras lo escoltaban hacia la corte, su mirada era vacía, su expresión, inerte. Al ingresar, pudo ver a los familiares de sus víctimas. Algunos lo miraban con asco, otros lo insultaban con palabras llenas de odio. Kakashi no reaccionó. Después de todo, era un asesino a sueldo; ¿qué más podían esperar de él?
Se sentó en el banquillo de los acusados, sin siquiera fijarse en su abogado. Sabía que ese hombre no quería estar allí, defendiéndolo. Seguramente solo lo hacía por el dinero o por obligación. Kakashi mantenía la mirada perdida, pero algo lo sacó de su ensueño: el sonido de alguien sentándose detrás de él. Volteó la cabeza, y ahí estaba... Iruka.
Por un instante, su corazón pareció detenerse. No sabía qué sentir. ¿Rabia? ¿Dolor? ¿Decepción? Pero cuando vio a Naruto sentado a su lado, el desconcierto lo embargó. ¿Qué demonios estaba pasando? ¿Cómo era posible que no hubiera previsto algo así? Kakashi, el gran asesino a sueldo, se había visto atrapado en una red que ni siquiera sabía que existía. Todo este tiempo había buscado información sobre Iruka, pero jamás había encontrado ni una sola pista que lo señalara como un "agente especial de la nación". Le parecía una cruel ironía.
Se resignó a mirar al frente mientras el juez entraba en la sala. Quería que esto terminara lo más rápido posible. Podía sentir la mirada de Iruka sobre él, una mirada que seguramente estaba llena de repugnancia. Después de tres largas horas de testimonios y deliberaciones, finalmente llegó el momento de la sentencia.
—Cadena perpetua.
Las palabras resonaron en sus oídos, pero se sentían lejanas, irreales. ¿Así terminaría su vida? Escuchó cómo los presentes celebraban y gritaban de emoción, como si su encarcelamiento fuera una victoria personal para cada uno de ellos. Kakashi, sin embargo, estaba vacío. Apenas reaccionó cuando vio a Iruka y Naruto salir de la sala. Escuchó vagamente al rubio decir:
—¿Y ahora, papá?
Iruka no respondió.
***
Pasaron tres días desde la sentencia, y Kakashi estaba en su celda, aislado del mundo. Al día siguiente lo trasladarían a una cárcel especial a las afueras de Tokio, donde la seguridad era mucho mayor. No es que hiciera falta. Kakashi no había hecho ningún intento de escapar ni de planear nada. Simplemente... no quería. No había sentido.
Mientras esperaba, lo sacaron de su celda y le colocaron nuevamente el campo de fuerza que anulaba cualquier movimiento brusco o resistencia. Kakashi no puso objeciones, como siempre. Lo llevaron a una camioneta especial, escoltado por al menos diez policías. Mientras el vehículo avanzaba, Kakashi se preguntaba cómo había llegado hasta allí, cómo su vida había acabado en ese vacío. Todo por esa maldita misión en la iglesia... Tal vez era su karma por haber corrompido un lugar sagrado.
"Quizás aproveche mi cadena perpetua para volverme cristiano," pensó con amargura. "O tal vez haga crochet... o lea libros hasta que se me caigan los ojos."
De repente, el vehículo se detuvo bruscamente. Kakashi pudo ver la confusión en los rostros de los policías. Algo no estaba bien. Antes de que pudiera procesar la situación, el carro comenzó a acelerar de nuevo, de forma errática. Los policías empezaron a quejarse, intercambiando miradas alarmadas.
Y entonces, todo explotó.
El sonido fue ensordecedor. Kakashi sentía un pitido constante en sus oídos, mientras su visión se nublaba. Podía ver cuerpos tirados a su alrededor, policías heridos o muertos. Con dificultad, intentó mantener los ojos abiertos, pero la oscuridad lo estaba envolviendo poco a poco.
No podía más. Se resignó, cerrando los ojos.

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Aromas del Destino - Kakairu
FanfictionEn una ciudad moderna y bulliciosa, Kakashi Hatake es un asesino a sueldo conocido por su eficiencia y su misteriosa identidad. Vive una vida solitaria y peligrosa, siempre en la sombra, llevando a cabo misiones para los clientes más poderosos. Iruk...