Luke
Despertó desnudo a lado de Ashton (como era de esperarse). Ashton lo tenía abrazado por la cintura y Luke no podía deshacerse desu agarre.
Otro día más en el que se sentía sucio y roto. Pero ese era su lugar, su madre lo había elegido para el a fin de cuentas.
A fin de cuentas su madre se había casado con George y, A fin de cuentas su madre murió dejándolo sólo con ese horrible hombre y su red de prostitución.
No le gustaba esa palabra. Sentía menosprecio al escucharla, aunque eso fuera lo que hacia el prefería llamarle de otra forma.
Pensó en Michael y lo lindo que se veía jugando esos estúpidos videojuegos en esa pequeña televisión y las arrugas que se le hacían cerca de los ojos al sonreír. A decir verdad ese niño era todo un Ángel.
Nadie nunca en lo que llevaba vendiendo su cuerpo se había molestado por darle algo de diversión.
Ashton se movió y Luke logró levantarse. Le dolía la espalda y el trasero. Entró a la ducha y se enjuago todo el cuerpo. Bajo a la cocina y tomó un poco de jugo.
- ¿Que haces aquí cielo? - Preguntó Ashton. Ashton tenía lindo cabello rizado, ojos color hazel y al menos cerca de 30 años; Luke tenía 19. No era mucha la diferencia de edad, pero Luke preferiría salir con chicos de su edad.
- Tenía un poco de hambre. ¿P-Podemos desayunar hotcakes? - preguntó Luke.
- Seguro, si eso es lo que quieres, lindo. - Sonrió mostrando los hoyuelos. - ¿Sabes que puedes vivir aquí cuando quieras no?
- S-Si pero...
-Nada de peros. Desayuna para que después pueda follarte de nuevo, cariño.
- S-Si - susurro, ahí estaba de nuevo. ¿De que le servía que Ashton fuera lindo y amable si al final del día lo único que quería de el era su trasero rebotando sobre el?
- ¿Si que?
- Daddy
- Mucho mejor.
Michael volvió a su mente.
Si, Michael era un Ángel y él, él era un demonio.