Luke
Depósito un suave beso y se fue a hurtadillas de la casa de Michael. Sus ojos se inundaron al saber que el nunca tendría algo como eso, o bueno, lo tendría si se lo pidiera a cada hombre que solicitaba sus servicios, pero aún así, no se sentiría bien. No se sentiría real. No tendría esa sensación de estar en casa, y mucho menos ese calor de hogar que se sentía cuando llegabas a un lugar donde te querian y te sentías cómodo.
No. El nunca podría tener algo como eso. El estaba completamente sucio y roto como para que alguien con una pizca de cerebro lo quisiera.
Sólo le quedaba regresar a aquel lugar y pararse de nuevo en ese poste de luz desgastado. Comiendo apenas y "aceptando" (de algún modo) los tratos de aquella casa de citas.
Había dejado una nota en la almohada al lado de Michael que decía que no lo buscase más.
Michael había sido bastante tierno con el, demasiado lindo. Y eso lo estaba matando, no podía confiar. Seguro quiere algo. Pensó. Siempre quieren algo.
Llegó casi amaneciendo al sitio abrazándose debido al frío que estaba haciendo. Reparo en Calum quien estaba fumando un cigarrillo.
"A George no le dio mucha gracia que te fueras con aquel chiquillo" dijo sin una pisca de importancia. "Ha estado esperando a que llegases"
Luke fue hacia dentro de la casa (que no era para nada fea) y se encontró con el hombre, mirando televisión mientras fumaba un cigarrillo.
Entregó los billetes.
"Ve arriba Luke, iré en unos minutos" dijo sin inmutarse y sin tomar el dinero.
Luke subió, deseando que lo que le esperaba en unos minutos no fuera tan malo.
Estaba equivocado.