VI. Una última esperanza - PARTE 2

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Los ojos de Mai se abrieron lentamente. Poco a poco, la luz del sol que penetraba en la cabaña se mezclaba en sus retinas y la hacían despertar poco a poco, al igual que, a lo lejos, el piar de los pájaros que residían en el bosque. Continuaba en la misma posición que la pasada noche, sentada sobre la cama y apoyada en la pared, aunque Max no estaba.

-¿Eso ha sido un...? – murmuró ella mientras despertaba, en un punto donde no sabía si seguía soñando o estaba despierta. Bajó su mirada para observarse a sí misma, observando que portaba aún la bata de laboratorio de Max únicamente -¿Solo un sueño? Pero era muy...real.

La chica recordó entonces aquello que le había pedido al Ser Superior, por lo que llevó ambas de sus manos a sus pechos, sonriendo al instante.

-¡No ha sido un sueño! – exclamó con alegría - ¡Han crecido! ¡Han crecido dos tallas! ¡Gracias, Dani! ¡Eres el mejor!

Feliz, la chica observó sus alrededores en busca de Max, siendo fallida su búsqueda.

-¿Dónde está Max? – se preguntó la Vigilante, que se puso en pie.

Al no encontrarlo allí dentro, pensó que podría encontrarse fuera, por lo que se dirigió a la puerta del habitáculo. Antes de llegar, vio hipótesis acertada al escuchar la voz de su amigo al otro lado de la misma.

-Sí, lleva ahí metida desde anoche – escuchó ella a Max hablar, pareciendo tener este una conversación - La pobre está destrozada. Ha visto morir a sus compañeros frente ella sin poder hacer nada. Y todo por mi culpa...

Mai abrió entonces la puerta, encontrando a su amigo hablando por teléfono en el exterior, que derramó una pequeña lágrima al verla.

-¿Mai?

-¿Con quién hablas? – preguntó la Vigilante, que se cruzó de brazos.

-Mai... ¿Estás...?

-¿Con quién hablas, Max?

-Oh, es Mayu – respondió el chico finalmente - Has perdido tu teléfono, ¿no? Ha intentado contactar contigo, pero...

-¡Dame eso! – exclamó Mai, que le quitó el teléfono de sus manos - ¡Oye! ¡Mayu!

-¡¿M-Mai?! – gritó Mayu con sorpresa al otro lado de la línea.

-Menos mal – suspiró la heroína aliviada - Pensaba que no volvería a oír tu voz.

-¿Estás bien? Max me ha dicho que estabas...

-Tranquila, ya estoy mejor. Solo necesitaba descansar un poco la mente. Se acabó el llorar. ¿Te ha contado...?

-Sí, me lo ha contado todo. Todo lo que te ha... Ha debido ser horrible. Si hubiera estado ahí... Yo...

-Si hubieras estado todo podría haber sido peor. Esa mujer es temible. Si hubiese descubierto lo nuestro... No quiero ni pensarlo.

-Yo tampoco. Mai, voy a volver antes para poder estar contigo. Mañana mismo voy a coger el primer avión para regresar a Capital City.

-¡Ni se te ocurra! – le gritó Mai para tratar de detenerla - ¡Te quiero mucho, Mayu, y no pienso dejar que te expongas al peligro! Tu quédate donde estés hasta el final de las vacaciones. Es muy peligroso que regreses ahora, ¿entendido?

-S...Sí. ¿Estás segura? Quiero verte. Quiero abrazarte.

-Y yo, Mayu, y yo. Todo lo que ha pasado... Tengo la cabeza fatal. Lo que más deseo ahora mismo es poder verte, abrazarte y llorar por horas. Pero más quiero aún que estes a salvo. Capital City es peligrosa ahora mismo. Mantente a salvo y vuelve cuando todo se calme. Y no te preocupes por mí. Max está conmigo. Él y yo somos más que suficientes.

Vigilantes Vol. 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora