𝗗𝗶𝗼𝘀, 𝗱𝗮𝗺𝗲 𝘁𝘂 𝗳𝘂𝗲𝗿𝘇𝗮

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El mundo a mi alrededor se volvió un borrón. Mi respiración se volvió irregular, casi imposible, mientras el sonido de los autos y las voces distantes desaparecían. Lo único que podía escuchar era el latido frenético de mi corazón y el eco de mis propios pasos acelerados.

Hiroki: -Caí de rodillas a su lado, mis manos temblando mientras las extendía hacia ella, sin saber qué hacer, sin querer tocarla, pero desesperado por hacer algo.- Yuri... -Mi voz salió quebrada, casi en un susurro.-

La sangre manchaba su ropa, sus ojos estaban entreabiertos, y su rostro, que segundos antes había estado lleno de vida, ahora estaba pálido y sin expresión. El tiempo parecía haberse detenido, y mi mente no podía procesar lo que estaba viendo.

Hiroki: -Con las manos temblorosas, la toqué suavemente, apenas capaz de respirar.- Por favor, no... Esto no puede estar pasando... -Mis palabras se ahogaron en un sollozo, mientras las lágrimas empezaban a correr por mi rostro.-

La gente a nuestro alrededor comenzó a reunirse, algunos llamaban a una ambulancia, otros simplemente miraban en estado de shock. Pero todo eso era un ruido distante para mí. Lo único que importaba era ella, allí, en mis brazos, y la desesperación que me consumía por dentro.

Hiroki: -La apreté contra mí, sin saber qué más hacer, con el dolor desgarrándome el alma.- Yuri... por favor... -Mis lágrimas caían sobre su rostro, pero ella no reaccionaba, no me miraba, no decía nada.- ¡¡DIOS LLAMEN A UNA AMBULANCIA!! ¡LLAMEN A UN AMBULANCIA!

Mi voz se quebró mientras gritaba, desesperado, aferrándome a la única esperanza que me quedaba. El sonido de la gente a mi alrededor se volvía borroso, sus voces mezclándose en un mar de murmullos y exclamaciones que parecían venir de muy lejos.

Hiroki: Porfavor... No puede terminar así... -Susurre, sollozando. Esperando que todo fuera tan solo una mera pesadilla.-

Miré su rostro pálido, su cabello esparcido sobre el pavimento, mezclándose con la sangre que manchaba todo a nuestro alrededor. La escena era irreal, como sacada de una pesadilla, pero el dolor en mi pecho me decía que era demasiado real.

Hiroki: No puede ser verdad... por favor, que no sea verdad... -Mi mente repetía las mismas palabras una y otra vez, como un mantra, tratando de evitar que la realidad me aplastara.-

De repente, escuché las sirenas de la ambulancia acercándose, un sonido agudo y penetrante que parecía perforar el aire. Sentí un leve alivio al saber que la ayuda estaba en camino, pero también una profunda desesperación al no saber si llegarían a tiempo.

Hiroki: Por favor, lleguen rápido... -Mi mirada no se apartaba de Yuri, de su rostro sereno, casi como si estuviera durmiendo, pero la sangre que rodeaba su cuerpo me recordaba la gravedad de la situación.-

Paramédico 1: ¡Permiso, por favor, háganse a un lado! -Gritó uno de los paramédicos mientras se abría paso entre la multitud, su expresión era de urgencia y preocupación.-

Paramédico 2: ¡Tenemos una situación crítica aquí! -El segundo paramédico se agachó rápidamente junto a nosotros, evaluando la situación en un abrir y cerrar de ojos.-

Hiroki: -Me rehusé a soltarla, mis manos temblaban mientras sentía la presión de la situación desmoronarse a mi alrededor.- ¡Hagan algo...! -Mi voz era apenas un susurro, pero mi mirada desesperada decía todo lo que mis palabras no podían expresar.- ¡Por favor, hagan algo...!

Paramédico 1: -Con firmeza, pero con cuidado, colocó su mano en mi hombro, intentando apartarme suavemente.- Necesitamos espacio para trabajar, hijo. Por favor, déjanos ayudarla. -Sus palabras eran amables, pero también urgentes, sabiendo que cada segundo era vital.-

私を愛して (Kokujin no tenkousei)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora