𝗔𝘆𝘂𝗱𝗮𝗺𝗲 𝗮 𝗽𝗼𝗻𝗲𝗿𝗹𝗲 𝘂𝗻 𝗮𝗹𝘁𝗼 𝗮 𝗲𝘀𝘁𝗼

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Mi corazón se detuvo por un momento al escuchar esas palabras. No esperaba encontrar a nadie aquí, y mucho menos al padre de Yuri. La situación se volvió más complicada de lo que podía haber imaginado.

Hiroki: ¿Su... su hija? -tartamudeé, intentando procesar lo que acababa de decir.

—Sí, mi hija, Yuri. -El hombre me miraba con desconfianza, como si intentara leer mis intenciones. Su postura era firme, pero había algo en sus ojos, algo que no lograba identificar del todo.

El hombre se acercó un poco más, estudiándome con una intensidad que me hizo sentir incómodo. No sabía cuánto tiempo más podría sostener esta mentira, pero también sabía que no podía simplemente salir corriendo.

Hiroki: Perdón, no quise mentir. Solo... solo estaba preocupado por ella. -Admití finalmente, bajando la mirada. Sabía que tenía que ser honesto si quería evitar que la situación se agravara.

—Preocupado, ¿eh? -El hombre dejó escapar un suspiro, como si estuviera sopesando mis palabras. Luego, asintió lentamente.- Entiendo... ¿Que eres de ella?

Hiroki: Soy su novio...

El hombre se quedó en silencio por un momento, evaluando mi respuesta. Sus ojos se entrecerraron levemente mientras me estudiaba, como si intentara descifrar si mis palabras eran sinceras.

—¿Su novio, eh? -repitió, su tono era neutral, pero había una ligera nota de desafío en su voz.- Yuri no me había hablado de ti. ¿Desde cuándo están juntos?

Sentí un nudo en el estómago, sabiendo que cualquier respuesta que diera podría empeorar la situación.

Hiroki: D-Desde hace 6 meses... Osea ya bastante tiempo...

El hombre me observó con una expresión impasible, como si estuviera evaluando cada palabra que salía de mi boca. Parecía estar buscando algún indicio de mentira o inseguridad en mi voz.

—Seis meses, ¿eh? -murmuró, como si estuviera asimilando la información.- Es un tiempo considerable.

El silencio que siguió se hizo insoportablemente largo, y sentí cómo la tensión en el aire aumentaba. Finalmente, el hombre suspiró y se pasó una mano por el cabello, que parecía más gris a la luz tenue del vestíbulo.

—Mira, no soy del tipo que se mete en la vida de mi hija, pero es mi deber asegurarme de que esté bien cuidada. Si estás con ella desde hace tanto tiempo, espero que lo entiendas... Me informaron del hospital que ella está internada... ¿Sabes el motivo?

Una sonrisa amenazante apareció en su rostro...

Sentí un escalofrío recorrer mi espalda ante la sonrisa amenazante que apareció en el rostro del hombre. Mi corazón se aceleró al darme cuenta de que la conversación estaba tomando un giro más serio.

Hiroki: Sí, lo sé... -dije, esforzándome por mantener la calma mientras sentía el peso de la verdad en mis palabras.- Ella está en el hospital por un... Accidente en dónde ella fue atropellada...

El rostro del hombre se endureció aún más al escuchar mi respuesta. Su expresión se volvió más grave y su mirada se volvió más penetrante, como si estuviera tratando de procesar la magnitud de lo que acababa de decir.

—¿Atropellada? -repitió con voz áspera.- ¿Y cómo ocurrió eso? ¿Qué más sabes?

Sentí una oleada de presión al darme cuenta de que tenía que proporcionar detalles que podían ser dolorosos o difíciles de escuchar.

Hiroki: Era el último día de clases y, bueno... Ella estaba emocionada, tanto como para no ver aquel coche que iba con rapidez...

El hombre frunció el ceño al escuchar los detalles. Su rostro se mantenía serio, pero había un destello de preocupación en sus ojos.

私を愛して (Kokujin no tenkousei)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora