"𝗘𝘀𝘁𝗮 𝗯𝗶𝗲𝗻 𝗽𝗲𝗱𝗶𝗿 𝗮𝘆𝘂𝗱𝗮..."

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A veces está bien pedir ayuda hijo...

No puedes hacerlo todo solo y lo sabes.

Sabes bien... Que si me necesitas, aunque yo esté lejos siempre voy a estar ahí...

???: Joven... Joven... Disculpe.

Abrí los ojos de golpe, aún sintiendo el eco de la voz en mi mente. Por un instante, la calidez de esas palabras me había envuelto, dándome una sensación de consuelo que hacía tiempo no sentía. Pero la realidad me golpeó de nuevo al encontrarme en el pasillo del hospital, con la figura de un guardia de seguridad inclinándose hacia mí.

Guardia: Joven, ¿se encuentra bien? -Su tono era amable pero preocupado, como si no fuera la primera vez que encontraba a alguien en un estado como el mío.-

Me tomó un momento ubicarme, recordar dónde estaba y lo que había pasado en las últimas horas. Mi cuerpo estaba rígido por haberme quedado dormido en el pasillo, y la humedad del suelo se había filtrado a través de mi ropa. Sentía frío, tanto por la brisa de la madrugada como por la realidad que volvía a golpearme.

Hiroki: Sí... estoy bien, gracias. -Intenté sonar convincente mientras me ponía de pie, aunque la verdad era que no me sentía bien en absoluto.-

Guardia: ¿Eres algún familiar de los pacientes en este hospital? -La pregunta me tomo por sorpresa, recordando lo que estaba por hacer la noche anterior.-

Hiroki: Sí, estoy... visitando a un amigo. -Mentí, forzando una pequeña sonrisa mientras trataba de mantener la compostura.-

El guardia me observó por un momento, como si intentara evaluar la veracidad de mis palabras, antes de asentir lentamente.

Guardia: Entiendo. Solo asegúrate de descansar bien, no es saludable quedarse aquí toda la noche. -Su tono era más suave ahora, como si hubiera notado el cansancio en mi rostro.-

Asentí, agradecido de que no me hiciera más preguntas. Cuando el guardia se alejó, dejándome nuevamente solo en el pasillo, me tomé un momento para recomponerme. Todo lo que había sucedido en la última noche me pesaba enormemente, y la voz que había escuchado, esa cálida advertencia de alguien que se preocupaba por mí, seguía resonando en mi mente...

Ese alguien... Era papá...

Esa voz, esa calidez inconfundible... Sabía que provenía de alguien que me había cuidado y guiado desde siempre. Aunque hacía años que no escuchaba su voz, la recordaba con una claridad dolorosa.

Hace exactamente 3 años, papá fue a Europa por negocios.

Recuerdo ese día con una precisión inquietante. Me había despedido de él en el aeropuerto, prometiéndome a mí mismo que no lloraría. Él me miró con su sonrisa habitual, esa que siempre me hacía sentir que todo iba a estar bien, sin importar lo que pasara.

Papá: Cuida de tu madre y hermana mientras estoy fuera, Hiroki. -me dijo, poniendo su mano sobre mi hombro.- Eres el hombre de la casa ahora. Recuerda, los hombres no lloran, pero eso no significa que no puedan sentir.

Asentí, intentando mostrarme fuerte, aunque por dentro sentía un nudo en el estómago.

Hasta ahora no he hablado con el... A pesar de recibir mensajes y llamadas de parte suya, yo solo he ignorado cada intento de contacto. No respondí a sus mensajes, ni devolví sus llamadas. Simplemente... no podía.

Durante estos tres años, me refugié en la idea de que si seguía adelante, si no me detenía a mirar atrás, podría seguir con mi vida. Pero la realidad es que nunca superé su partida; solo me volví más hábil para ocultarlo. Mis amigos, mi madre, mi hermana... todos pensaban que había aceptado su ausencia, pero la verdad era que simplemente había enterrado mis sentimientos bajo una fachada de fuerza.

私を愛して (Kokujin no tenkousei)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora