El tiempo en la sala de espera se arrastraba de manera interminable. Cada segundo parecía un martillo que golpeaba mi corazón, aumentando la ansiedad y la desesperación. Intenté distraerme mirando mi teléfono, pero las palabras y las imágenes en la pantalla no significaban nada. Todo lo que podía pensar era en Yuri, en cómo estaba luchando por su vida a solo unos metros de distancia.
Suspiré profundamente, cerrando los ojos por un momento.
Hiroki: ¿Cómo llegamos a esto? -La pregunta giraba en mi mente, una y otra vez, sin encontrar respuesta. Todo había sido tan repentino, tan inesperado... y ahora, todo parecía tan frágil.-
A lo lejos, vi a algunos médicos y enfermeras pasar, sus rostros serenos en contraste con mi propia angustia. Me preguntaba si esto era algo cotidiano para ellos, si estaban acostumbrados a ver a personas al borde de la vida y la muerte. Para mí, sin embargo, esto era lo más aterrador que jamás había experimentado.
De repente, mi teléfono vibró en mi bolsillo. Lo saqué rápidamente, esperando alguna noticia, pero no era nada bueno...
Llamada entrante de Nao...
Miré con miedo aquello.
¿Cómo puede llamarme? Ella está en la cárcel... Creó.
Miré la pantalla de mi teléfono, sintiendo un escalofrío recorrer mi espalda.
El teléfono vibraba con insistencia, la pantalla mostrando su nombre como una amenaza silenciosa. Había una parte de mí que quería ignorar la llamada, arrojar el teléfono y no saber nada más de ella. Pero otra parte, quizás más curiosa o incluso desesperada por respuestas, me impulsó a deslizar el dedo por la pantalla y contestar.
Hiroki: -Llevé el teléfono al oído, mi voz temblorosa.- ¿Nao...? ¿Cómo es que estás llamándome?
Del otro lado, hubo un breve silencio, seguido de una risa suave, casi burlona. Esa risa que siempre me había puesto los nervios de punta, pero que ahora me hacía sentir una mezcla de terror y desconcierto.
Nao: Oh, Hiroki... ¿Realmente creíste que estar en la cárcel me detendría? -Hizo una pausa, disfrutando de la incomodidad que sabía estaba causando.- Me las arreglé para hacer una llamada. Quería saber cómo estás... y cómo está Yuri.
Mi corazón se detuvo un segundo al escuchar su nombre. La mención de Yuri por parte de Nao hizo que mi miedo se transformara en furia.
Apreté los dientes...
Hiroki: ¿Qué es lo que quieres, Nao? ¿Por qué sigues metiéndote en mi vida? ¿No has hecho ya suficiente daño?
Nao: -Rió suavemente, como si estuviera disfrutando de cada segundo.- No te alteres, Hiroki. Solo quería asegurarme de que entiendes algo... Nada en esta vida es seguro. Lo que tienes hoy, puede desaparecer mañana. Como ella... -Su tono se volvió más oscuro, casi amenazante.- ¿Quién te asegura que saldrá de esa cirugía?
Mis manos comenzaron a temblar mientras apretaba el teléfono con fuerza, deseando poder atravesar la distancia que nos separaba y enfrentarla. Pero sabía que eso era imposible. Lo único que podía hacer era aguantar su veneno y no dejar que me envenenara más de lo que ya lo había hecho.
Hiroki: Escúchame bien... Si ella no sale viva de esto... Tú tampoco.
Nao: Vaya... Parece que finalmente has encontrado algo por lo que luchar, Hiroki. Eso es bueno... muy bueno. -Su risa suave volvió, pero ahora tenía un toque de incertidumbre.- Pero ten cuidado con las amenazas... No siempre puedes cumplirlas.
Mi corazón latía con fuerza, el odio y la impotencia luchando dentro de mí. Pero sabía que no podía dejar que Nao tuviera la última palabra, no esta vez.
Hiroki: -Apreté el teléfono con más fuerza, mi voz baja y llena de determinación.- No me subestimes, Nao. No tienes idea de lo que soy capaz de hacer por ella. Y si te atreves a hacer algo más... Lo lamentarás.
Nao no respondió de inmediato. Podía imaginarla del otro lado, tratando de decidir si tomar en serio mi advertencia. Después de unos segundos, suspiró.
Nao: Sabes, Hiroki, no eres el mismo chico inseguro que solía conocer. Pero no olvides que todo lo que tienes... puede ser arrebatado en un instante. Yo solo soy una parte de tus problemas. -Hubo un leve ruido, como si estuviera cambiando de posición.- La vida es un juego peligroso, y tú apenas estás empezando a jugarlo.
Solo solté una risa burlona.
Hiroki: No, no, no... Lo comencé a jugar hace mucho... Ahora voy a terminarlo.
Un silencio tenso se instaló entre nosotros, y por un momento, no hubo más que la sensación de un desafío silencioso a través de la línea. Pude casi sentir a Nao considerando mis palabras, sopesando el cambio en mí que tanto parecía disfrutar, pero también lo que esto significaba para ella.
Nao: Muy bien, Hiroki. Veamos hasta dónde llegas. Pero recuerda, en este juego... siempre hay riesgos. Y perder puede costarte más de lo que estás dispuesto a pagar.
La llamada se cortó de repente, el tono de desconexión resonando en mis oídos como un eco final. Me quedé allí, mirando la pantalla apagada de mi teléfono, intentando asimilar todo lo que había pasado en los últimos minutos. Sabía que la conversación con Nao no había terminado; era solo el comienzo de algo mucho más peligroso.
Pero había tomado una decisión. No importaba lo que costara, no importaba lo que tuviera que hacer. Iba a proteger a Yuri, a salvarla de cualquier peligro que aún acechara. Nao había cruzado una línea...
¿Porque yo no...?
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私を愛して (Kokujin no tenkousei)
RomanceSolo quería huir de la oscuridad... Hasta que tú luz extinguió esa oscuridad