P2 ¦¦ Conexión baja

14 5 2
                                    


Tras la ida del grupo de surfistas a la Polinesia Francesa, Stefano se quedo esperando en el aeropuerto junto a los demás, si bien su vuelo era con destino a Marsella, igual demoraba demasiado, por lo que decidió ir a por un café caliente a despacharse de calor.

En eso se encuentra con su compañero Cristian Pacheco, el atleta como buen peruano bebía un vaso de emoliente.

- "Stefano, ¿qué tal?" - preguntó Cristian con una sonrisa

- "Hola Cris, bien aquí yendo a por un café" - respondió Stefano con calma

- "Uy no, yo prefiero más esto, me da más energía que el café" - dijo Pacheco dando un sorbo a su vaso

- "Jaja, quisiera, pero me ha provocado un café caliente" - Peschiera

En ese instante, el barbón ordenó su café y se lo dieron de manera instantánea para su suerte, para matar el tiempo optó por hablar con Cristian, era muy sociable, además caía buena onda y era uno de los pocos conocidos que él hizo desde los Juegos Panamericanos del 2019.

Continuaron charlando de anécdotas, sobre cómo eran sus entrenamientos y también de sus rutinas, pero Stefano sabía de este don de Cristian de poder interactuar con todos, así que tuvo una idea.

- "Que grandes recuerdos, así Cristian, no sé si te encontraste con un joven, es surfista" - dijo Peschiera tratando de recordar sus razgos

- "Uhh, ¿cuál? Hay dos creo" - menciono Pacheco tratando de recordarlos

- "Alonso, él, Alonso Correa" - recordó Stefano con un brillo en sus ojos

- "Ohh, sí , sí lo recuerdo, medio alto, crespo, con una gran sonrisa que nunca pareciera va a desparecer" - respondió Pacheco asegurando

- "Sí verás, estaba hablando con él, pero su vuelo nos separó" - Peschiera

- "Oh, es buena gente, muy cool, aunque a veces es algo callado" - Pacheco

¬ "Callado", esa palabra entró en el subconsciente de Peschiera, recordó el poco tiempo que estuvieron juntos, pero no lo vio asi, era mas bien muy extrovertido a su parecer.

O será acaso que Alonso es así con personas a las que solo les cae bien, su mente divago demasiado en buscar una posible respuesta que ni él mismo podía confirmar, se ahogaba en una marea dentro de su cabeza la cual solo provocó. Entonces, pensó.

¬ "¿Seré especial para Alonso?"

_____________________________________

Las horas pasaron como de si cerrar los ojos se tratase, ahora acomodado en su asiento en el avión se disponía a viajar hasta el sur franchute, no iría a la ciudad capital por la misma razón que Alonso.

En el avión aprovecho en cargar su móvil, puesto que se sentía desconectado sin el. Tomó una pequeña siesta ya que el viaje se prolongaria demasiado y debía hacer una escala para llegar a su destino, lo que lo hacía más cansando.

Su sueño duro cuarenta minutos aproximadamente, cuando despertó tomando su celular notando qué este había acabado de cargar lo encendió. De pronto recordó lo que le había prometido a Alonso en el aeropuerto.

Aunque su agenda estaba en su mochila de mano logró recordar perfectamente los nueve dígitos de aquel número. Lo agrego a sus contactos y entró a su WhatsApp para enviarle un mensaje.

¦¦¦¦ Chat

¬ "Hola Alonso, soy Stefano, no sé si te olvidaste de mí, el que quedó colorado 😛"

Sin embargo, su respuesta no fue inmediata, noto que ni siquiera podía ver su foto de perfil o si estaba en línea o no, por lo que espero su repuesta, caso que no sucedió.

Lo que pasaba era que Alonso estaba profundamente dormido en su vuelo, ya que debía hacer dos escalas para llegar a su estadía. Claro que no olvidaba a aquel hombre barbón callado que hizo quedar más rojo que un tomate, solo que su cansancio lo tenía dominado.

Peschiera pensó por un momento si lo había hecho mal, o algo por lo que su amigo de crespos no le hablaba, por lo que solo vio por la ventana del avión a las nubes que dibujaban un hermoso paisaje natural, podía imaginar al cielo como un mar pacífico en donde se encontrará él con su velero siendo impulsados por el suave viento, aunque al cerrar los ojos aquella imagen incluyo a un hombre a lo lejos, cerca a la orilla, parecía que quería ir hacia él, no le tomo importancia hasta que de pronto tomo lo que parecía una tabla de surf y comenzó a nadar junto a ella, Peschiera se alarmo creyendo que era una amenaza, sentía como su corazón bombeaba más fuerte y cuando ya el misterioso estaba a punto de tocar su barco, fue despertado por una azafata.

- "¿Qué-qué paso?"

- "Disculpe caballero, hemos llegado a su primer destino, debe bajar del avión"  - menciono aquella joven con amabilidad

- "Oh, ya, ya veo, muchas gracias señorita" - respondió Stefano dando un respiro de alivio

Agarró su maleta de mano y bajo hacia el aeropuerto, se encontraba en Estados Unidos, en Miami específicamente, tenía cuatro horas para esperar su próximo vuelo. Era lo que más odiaba de viajar.

Aún quedo con la duda del chico misterioso, será una señal o que cosa quería de él. No lo sabría de seguro. O quizás sí.

______________________________________

Mi única medalla eres tú - Alonso Correa & Stefano PeschieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora