Mi única medalla eres tú - Alonso Correa & Stefano Peschiera

P11 ¦¦ Alonso Correa

¬ 29 de julio; Tahití 

Aun en fiesta nacional, Alonso debía volver a su ardua rutina de domar las olas de Teahupo'o, desafortunadamente, era el único peruano que podría seguir en la búsqueda de la medalla de oro. Tanto Lucca y Sol habían sido eliminados el día anterior.

Antes de salir de su habitación guardo en su maleta lo necesario, entre ropa de cambio, zapatillas y una bandera del Perú, si o si era necesaria.

Aunque ya se encontraba listo para salir en dirección a la playa, sentía que le faltaba algo, pero que podría ser, lo tenía todo listo, sin problemas, podía bajar hasta el bote que lo llevaría. Encendió un momento su celular tratando de ver en la barra de notificaciones algo que pueda guiarlo a la respuesta, a pesar de lo que estaba recibiendo en sus redes sociales, no representaba una mucho para que se encuentre completo.

Se hallaba en ese instante sumido en buscar que podía ser lo que faltaba, cuando su entrenador lo llamo indicándole que era momento de subir a la nave para que los lleve al lugar de la competencia. Con la mirada perdida y una mueca sería obedeció sin protestar.

En su ida, recibió el apoyo de sus amigos, recalcándole que él era su "última bala". Si bien, fuese un aliento, eso solo ponía una carga más a Correa.

— "Siento que me falta algo, pero puede ser, mis padres me alientan con fuerza, mis amigos, y todos, aunque solo... Quizás... ¡Stefano!"

Al pensar en ello, sus ojos se abrieron sin disimular su sorpresa. Claro, era eso, su Colorado no le envió un mensaje para ese día como lo llevaba haciendo desde días previos.

— "Estará dormido, quizás. De seguro ocupado viendo su barco o hablando con su coach. Tranquilo Alonso, tú puedes como siempre lo haces"

Se alzó hasta arriba la cremallera de su casaca y entro al barco pequeño, por él quisiera que el cuello de aquella prenda le tapara su boca por completo. 

Para despejar su mente de esas ideas pesimistas, optó por escuchar música. Abrió su Spotify y fue directamente a su playlist de motivación. Entonces activó su bluetooth y con sus audífonos su mente comenzó a viajar en una ruta desconocida para sí mismo.

Mientras el bote comenzaba la ruta marítima, Alonso solo cerro los ojos para embarcarse en su propio viaje. Y la música comenzó a sonar.

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Tengo marcado en el pecho
Todos los días que el tiempo
No me dejó estar aquí

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Si bien desde tiempo antes llevaba escuchado aquella canción. Cada palabra lo impulsaba a ser el mejor, a no rendirse.

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Tengo una mañana constante
Y una acuarela esperando
Verte pintado de azul
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Su mente se llenaba de imágenes de Perú y también de Stefano. Mientras el ritmo suave, pero poderoso de la canción lo envolvía, no podía dejar de pensar en su amigo, su Colorado. La falta de ese mensaje diario ahora se sentía como un pequeño hueco que lo desbalanceada.

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Tengo tu amor y tu suerte
Y un caminito empinado
Tengo el mar del otro lado
Tú eres mi Norte y mi Sur
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