A pocos días que julio llegue a su fin, con varias fechas importantes en el Perú, ambos deportistas se preparaban para dar lo mejor en sus disciplinas, Alonso fue el primero de los dos en tener que competir, ya que con respecto al calendario el surf comenzaba el 27 de julio.
En este momento, Stefano se encontraba hablando con Alonso, luego de esos días en los cuales tuvo una crisis interna por él, logro; al menos, calmar las aguas dentro de su cabeza. Se encontraban en una llamada.
—"En serio los llevaron a ver a los nativos, como en la selva, ja, ja, ja"— menciono Stefano al escuchar la anécdota de Alonso
—"Pensé lo mismo, Colorado, pero todo chévere, todos son buena onda y su cultura también"— respondió Alonso
—"¿Qué tal es el mar allá? He de pensar que las olas son como en Perú"— Peschiera
—"Son idénticas, aunque algo mejores de las de Lima, pero solo decirle a Zeus que me dé la mejor ola"— contesto Correa
—"¿Y qué planes luego que acabe el surf?"— pregunto Stefano con interés y de igual forma para tener más confianza
—"Que te digo, pues cuando acabe, espero que no lo antes posible, volver a Lima, pasar tiempo con mi familia y creo que iré al Cusco con ellos"— dijo Alonso comentando sus planes futuros
—"Eso suena genial, yo la verdad luego de esto, supongo que pasaré tiempo en Lima, no sé si viaje a otro lugar"— siguió Stefano
Alonso notó rápidamente el cambio de tono en el habla de Stefano, como si no estuviese satisfecho con el fin de las olimpiadas.
—"Sí, quieres, te invito a ir conmigo en mi viaje"— contestó Alonso con humor
Peschiera al oír esa propuesta, se quedó quieto, trato de rebobinar el mensaje de Alonso nuevamente y entender mejor el mensaje internamente.
—"Aló, Stefano, ¿estás ahí?"— dijo Correa al no escuchar nada desde la otra línea
Stefano volvió a la realidad en ese momento, titubeo rápidamente al tratar de contestar lo dicho por anteriormente por el crespo.
—"Sí-sí, me encantaría ir"— contesto Peschiera
—"Jaja, creí que te habías desmayado, jaja"— dijo Correa
Stefano trató de calmar sus pensamientos acelerados mientras escuchaba a Alonso reírse al otro lado de la línea. Sabía que su respuesta había sido vacilante, pero la invitación de Alonso logro despertar algo en él, lo cual no podía ignorar. La idea de viajar juntos, de pasar tiempo fuera del contexto de las competencias, entrenamientos, fuera del frío de Lima y del caos urbano, era tentadora, pero a la vez aterradora.
—"No, no me desmayé, es solo que..., jajaja, me tomaste por sorpresa"— dijo Stefano, tratando de sonar más seguro.
Alonso, siempre perceptivo, notó la ligera vacilación en la voz de Stefano. Decidió no presionar más, pero no pudo evitar sonreír ante la posibilidad de que Stefano aceptara su invitación.
—"Tranquilo, Colorado, solo es una idea. Me parece que necesitamos un poco de descanso después de todo esto, ¿no crees?"— respondió Alonso con suavidad.
—"Sí, tienes razón. Sería bueno desconectar por un rato"— admitió Stefano, sintiendo cómo la tensión comenzaba a disiparse en su interior. "Cusco suena como un buen lugar para eso".
Hubo una pausa breve, pero cómoda, entre ambos. Aunque estaban separados por largos kilómetros de distancia, la conexión que compartían a través de esa llamada era palpable. Stefano se dio cuenta de que Alonso siempre tenía esa habilidad, la de hacer que se sintiera a gusto, incluso en los momentos más inciertos.
—"Entonces, ¿es un sí definitivo?"— preguntó Alonso con una chispa de esperanza en su voz.
Stefano sonrió, sintiendo un calor reconfortante en su pecho. A pesar de sus dudas y miedos, sabía que no podía seguir escapando de lo que sentía. Tal vez este viaje sería la oportunidad perfecta para encontrar respuestas, tanto sobre sí mismo como sobre lo que realmente quería para su futuro.
—"Sí, Alonso, es un sí definitivo"— respondió con más convicción esta vez.
La risa de Alonso resonó por el teléfono, y Stefano no pudo evitar reír también. Había algo liberador en esa decisión, en la idea de dejarse llevar y ver a dónde los llevaría este nuevo capítulo de sus vidas.
—"Perfecto. Cuando todo esto termine, haremos ese viaje, aunque también este mi familia, pero solo enfoquémonos entre tú y yo, Colorado"— dijo Alonso con un tono de complicidad.
—"Entre tú y yo"— repitió Stefano, sintiendo el gran peso que esas palabras de lo que ambos se atrevían a admitir.
La conversación continuó, derivando en temas más ligeros y cotidianos, pero el acuerdo tácito que habían alcanzado quedó flotando entre ellos. Stefano se sintió más en paz, más seguro de lo que estaba construyendo con Alonso. Sabía que aún quedaban desafíos por delante, pero por primera vez en mucho tiempo, se sentía listo para enfrentarlos.
¬ Más tarde
Ya siendo de noche en Europa, mientras que en Oceanía de día, Stefano sentía la vibra que llegaba del mar Mediterráneo, si bien evocaba la misma sensación a cuando era un niño y las playas de San Miguel iba con su abuelo. El fresco aroma a sal que traía el mar, y todo lo relacionado con lo marino.
No podía seguir ocultando aquello que estaba surgiendo en su interior, quizás el aeropuerto, los sueños y el detenerlo al escribir, representen lo que realmente está buscando.
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Mi única medalla eres tú - Alonso Correa & Stefano Peschiera
Hayran KurguDos jóvenes de la delegación peruana en los JJ. OO. 2024, aficionados al deporte en el mar marcarán un después luego de varios años de sequía de Perú en este torneo, tras su contacto en ese aeropuerto él no pudo quitarle la vista al chico de crespos...