Cap 6.- Fluir

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*NARRA ALO*

Después de la charla con Rai me sentía más tranquila, como si me hubiese quitado un peso de encima, tenía claro que con Rai iría todo bien, el problema era cuando mis padres vengan a casa y en verano....tener que aguantar 3 meses sin ver a Rai....dudo que pueda aguantar. 

No sabía explicar la conexión que tengo con Rai, es verla y mi cuerpo cambia, ante sus caricias mi cuerpo reacciona de manera violenta. Alguna vez había sentido atracción por una chica, pero jamás de esta manera, incluso diría que me estoy enamorando, bueno eso todavía no lo tengo claro, de momento me estoy dejando llevar. 

Habíamos aclarado bastantes cosas y después de ver la película me sentía en paz, estábamos las dos abrazadas en el sofá y me quedé mirándola 

-¿Alo te parece que.....- intentó decir, pero se frenó al ver que la estaba mirando- ¿estás bien? te brillan los ojos- Sonreí 

-Estoy genial, Rai...-dije mirándola- me apetece besarte ¿puedo?

Rai asintió con la cabeza y nos dimos un beso lento, suave y lleno de amor. Al terminar el beso nuestras frentes quedaron juntas.

-Alo te quiero.....y voy a respetar tus tiempos lo que sea necesario....pero no juegues conmigo por favor....-dijo Rai comenzando a llorar.

-Eh eh eh Rai, mírame- dije cogiendo su cara con cariño- Voy a estar aquí para ti, quiero todo contigo, pero vamos despacio por favor, ya sabes como es mi familia. 

-Lo sé......¿podemos dormir abrazadas?

Tardé un poco en contestar, ¿Rai me había pedido dormir juntas? No voy a mentir que es algo que había soñado desde el primer día. 

-Claro, ¿vamos?

Rai se levantó y me esperaba enfrente de mi habitación

-A ¿dormimos en mi habitación?

-Alo amor, tu habitación es la única que tiene cama de matrimonio, en la mía podemos dormir, pero una encima de otra. 

-Tampoco suena mal- dije riéndome y abrazando a Rai, me acerqué para darle un beso, pero la mamabicha es muy alta y tuve que ponerme de puntillas, comenzamos nuestro beso y abrí la puerta, Rai se tumbó en la cama, la temperatura de la habitación subía por momentos, al igual que la temperatura de mi cuerpo.

-Alo- dijo en un suspiro Rai

-Mmm- dije mientras besaba su cuello

-Hoy no- dijo jadeando. 

Paré mis besos y la miré 

-¿Te he incomodado o....? - dije preocupada de haber hecho algo mal 

-No, pero hoy no me apetece, quiero dormir junto a ti, demostrarte que no te quiero solo para el sexo, que también- dijo guiñándome un ojo.  

Asentí y entendí lo que quería decirme, me puse el pijama y ella se quitó la ropa, quedando en bragas y con el brasier puesto, al verla un escalofrío recorrió mi cuerpo. 

-¿Vienes?- dijo con una voz suave mientras daba pequeñas palmadas en la cama.

Me acurruqué junto a ella y dormimos toda la noche juntas, nuestros cuerpos se buscaban, cada vez que ella se movía un centímetro el mío también lo hacía buscando su calor. 

No sé que hora sería, desperté por unos pequeños rayos de luz que entraban por la ventana, miré a Rai y dormía tranquilamente. Decidí levantarme para hacerle el desayuno, preparé unas tostadas con bacon y zumo de naranja, me costó media vida exprimir las puñeteras naranjas. Esto de tener las manos pequeñas a veces era un problema. 

Compañeras de piso - RAILODonde viven las historias. Descúbrelo ahora