🚭 𝗗𝗲𝘀𝘁𝗶𝗻𝗼 «𝐊𝐚𝐳𝐮𝐒𝐜𝐚𝐫𝐚» 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞

𝐄𝐩í𝐥𝐨𝐠𝐨

—¡Y entonces...! ¡CHAN, CHAN, CHAN! —Relataba exageradamente el índigo debajo de una sábana que pretendía ser un improvisado disfraz de fantasma—. ¡El monstruo devorador de almas les arrancó las cabezas a los niños y las hizo puré! —Exclamó riéndose malvadamente mientras veía las caras asustadas de sus hijos.

—¡¿PURÉ?! —Chilló Yuri, temblando y metiéndose debajo de su manta, totalmente espantado.

—Puré... —Susurró Scaramouche—, ¡CON HUEVOS! —Ambos niños chillaron aún peor debido a la mención de los huevos. Mientras tanto, Scaramouche se reía a carcajadas de las expresiones asustadas de los niños.

Un platinado que observaba la escena con desdén, negó con la cabeza y sacó un libro de princesas: —¿Por qué les cuentas esas cosas a los niños? Sabes que es un crimen espantoso ponerle huevo al puré —Regañó—. ¡Papá les contará la historia del príncipe encantador y la princesa! 

Los niños inmediatamente empezaron a abuchear a su padre mientras Scaramouche se les unía: —¡Bah! ¿Quién quiere escuchar esa basura? —Cuestionó negando con la cabeza—. ¿Quieres volver tontos a nuestros hijos?

Kazuha los miró a los tres con el ceño fruncido y miró el libro: —¡Incultos! ¡Ustedes no saben nada de la buena literatura! —Kazuha abrazó el libro sin darse cuenta de que su esposo e hijos se reían de él y le empezaban a lanzar almohadas ferozmente.

Kazuha protestó mientras las almohadas le golpeaban el rostro y él protegía el libro con sus brazos: —¡Salvajes! —Chilló cuando una almohada en toda la cara lo hizo callar—. ¡C-cuando yo era niño! ¡Mi madre me leía este libro!

El platinado intentaba hablar, pero las almohadas lo seguían golpeando como una fuerte ráfaga que casi le recordaba palabras cómo: "tonto", "aburrido", "vejete", "saco de huesos", entre otras más.

Finalmente, Scaramouche les ordenó a sus hijos que se detuvieran y abrazó suavemente a Kazuha: —Mi amor, sabes que te amo y en todos estos años te he... casi respetado, pero nadie quiere oír esa basura reciclada de libro.

Kazuha puso un puchero y soltó el libro: —¿Pero por qué no quieren oírla? ¡Es una bonita historia de destinados!

Inmediatamente, la atención y curiosidad de los niños se activaron de forma rápida. Se miraron entre sí y después mirando a su padre con los ojos resplandecientes.

—¿Qué es un despeinado? —Intentó preguntar la pequeña Kazy, balbuceando e intentando articular las palabras.

—Destinado —Corrigió Yuri—. Es destinado, no "despeinado". 

Kazy asintió: —Destinado —Balbuceó con esfuerzo.

Kazuha sonrió y abrazó a su esposo mientras observaba a sus hijos: —Bueno..., un destinado es tu alma gemela... —Empezó a responder suavemente—. Es alguien a quien amas más allá de lo entendible. Debes amar, respetar y proteger a tu destinado, ¿comprenden?

Los niños lo miraron ligeramente emocionados y sorprendidos.

—¿Yo tengo un destinado? —Preguntó suavemente Yuri, expectante a la respuesta.

—Claro que sí, cariño —Sonrió el platinado—. Puede que lo encuentres algún día.

Kazy miró a sus padres abrazados y preguntó: —¿Papi es tu destinado?

Kazuha se rio suavemente y asintió mientras abrazaba aún más fuerte a su esposo: —Así es, su papi es mi destinado —Inmediatamente, a los niños les brillaron los ojos y sonrieron emocionados.

Scaramouche de pronto tuvo un leve déjà vu de aquella conversación, recordando brumosamente sus tiempos de infancia y aquellas ocasiones en las que Yae Miko solía contarle historias de amor y princesas.

Si le dijesen al Scaramouche de hace diecisiete años que conocería al amor de su vida, este lo salvaría y serían felices en una casa con hijos y pijamadas cada fin de semana, seguramente se reiría a carcajadas y escupiría insultos por doquier por ponerlo en una situación tan empalagosa y poco digna de él.

Claro, ahora ya no era un veinteañero estúpido y rebelde, y aunque seguía manteniendo un poco de aquella personalidad fuerte y vivaz, el pasado se había convertido solo en una sombra del presente.

Al despertar cada día, sentirse vivo y mirar la estúpida cara de su esposo, una sensación adormecedora lo llenaba por dentro. Se sentía seguro y contento de levantarse y ver las adorables caras de sus traviesos y problemáticos hijos.

En su ajetreada vida de trabajo, romance y crianza, no había lugar para sabores agrios, llantos desbordantes o vacíos inexplicables. Estaba completo y se sentía como un rompecabezas resuelto.

Era feliz, eso era.

Scaramouche se rio un poco y besó tiernamente a su esposo mientras entrelazaban sus manos que llevaban las alianzas de matrimonio que alguna vez intercambiaron. Seguían tan locamente enamorados que era difícil imaginarse a un Kazuha sin su Scaramouche o, por lo contrario, a un Scaramouche sin su Kazuha.

Eran el equipo perfecto para el desastre, pero aun así se mantenían firmemente en pie a base de su amor y confianza.

Lentamente, sus hijos soltaron unas risitas y se unieron al cálido abrazo que compartían sus padres.

¿Quién diría que un pequeño suceso, cómo casi chocar con alguien en medio de la carretera nocturna, podría llevarlos tan lejos?... Tal vez así era el funcionamiento del tan aclamado y misterioso... "destino".

☆Fin del epílogo.

Notas de autor:

Bien dicen que los caminos siempre terminan, y esta historia, finalmente  ha llegado a su fin.

Tras un largo camino lleno de aprendizaje y diversión, me complace decirles que es hora de despedirnos de "destino" y finalmente darle un final feliz a esta pareja que nos ha dado momentos tanto tristes, como felices.

Lewyll te despide con un cálido agradecimiento por haber leído la historia de un principiante en camino a cumplir sus sueños.

Gracias por estar aquí, apoyarme y siempre dejar un bonito comentario que me motiva. Porque eres tú, lector, la razón por la que escribo con tanto fervor.

¡Y finalmente...!

¡Dicho estoooo, Lewyll se despide! ¡Nos leemos en la siguiente historia! 💗