𝐄𝐱𝐭𝐫𝐚: 1

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Unos torpes pares de pies se entrelazaban desesperadamente, tropezando contra los muebles y causándoles suaves risas a sus dueños

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Unos torpes pares de pies se entrelazaban desesperadamente, tropezando contra los muebles y causándoles suaves risas a sus dueños.

Kazuha arrinconó a Scaramouche y lo tiró a la cama, abalanzándose sobre él y besando su cuello como si se lo fuera a comer vivo. El joven índigo jadeo suavemente y deslizó sus manos por los hombros de Kazuha, sujetándolo y soltando una risa socarrona.

Kazuha lo observó con una ceja alzada antes de que un salvaje movimiento lo hiciera darse la vuelta y quedar debajo de Scaramouche, dejándolo mareado y confundido.

—Es mucho más divertido estar arriba... —El índigo acarició con delicadeza la mejilla de Kazuha y lo besó con sensualidad, mordiendo y jalando suavemente sus labios. Kazuha sonrió satisfecho y apretó sus muslos, yendo a su oído y susurrando suavemente.

—Ciertamente..., será mucho más divertido verte montarme... —Scaramouche se estremeció un poco y llevó sus manos hasta el cuello de Kazuha, aferrándose débilmente a este mientras empezaba a liderar un suave y lento vaivén de sus caderas contra la entrepierna del platinado.

El joven de ojos rubíes soltó una exhalación larga y ronca, al mismo tiempo que arqueó suavemente su espalda, moviendo a tientas sus manos hasta el esponjoso trasero de su esposo, acariciándolo y masajeándolo a su antojo.

El índigo recorrió con dulces y desesperados besos sus labios, mejillas, mandíbula y cuello, chupando y mordiendo por doquier a Kazuha. Se permitió chupar y mordisquear a gusto la manzana de Adán de Kazuha, gruñendo de satisfacción al ver las hermosas salpicaduras rojas y moradas que había dejado en el cuello de su amante.

Mientras tanto, Kazuha se deshacía con agilidad de la molesta ropa de su esposo, quitando parte por parte el bonito traje de Scaramouche. Metió juguetonamente sus manos por debajo de la camisa del chico, acariciando su cintura y pecho con delicados, pero provocativos movimientos circulares. Sigilosamente, se desplazó por sus pezones, acariciándolos y pellizcándolos con cuidado y dedicación.

Scaramouche se estremeció violentamente y trató de bajar con desespero sus propios pantalones, como si estos le estuvieran quemando la piel. Estaba perdiéndose en la lujuria rápidamente, ahogándose y volviéndose adicto con cada toque de su piel contra la de Kazuha. Solo quería perderse bajo el caliente tacto de las delicadas y firmes manos de su esposo, de su alfa, de su todo.

Su conciencia se nublaba segundo a segundo, llevándolo al borde del placer con cada movimiento circular de su trasero encima de la abultada entrepierna del rubio. Mordía suavemente sus labios, saltando con entusiasmo sobre el regazo de Kazuha y sintiendo cómo su entrada se mojaba a borbotones y sus pezones se ponían aún más erectos.

Estruendosos jadeos, suspiros y gemidos retumbaban por las paredes, rebotando de lado a lado y envolviéndolos en una sensación caliente y embriagadora que consumía sus ardientes cuerpos.

Finalmente, Kazuha se deshizo por completo de la ropa interior de Scaramouche, tomando su suave miembro entre sus manos y empezando a acariciarlo con suavidad y lentitud desde la punta hasta la base, dándole delicadas caricias circulares en la punta y jugueteando ágilmente con sus testículos, logrando sacarle roncos jadeos al índigo, quien se aferraba a su cuello y mordía su hombro, como queriendo marcarlo de su propiedad. Scaramouche cabeceó medio aturdido por el calor que emanaban sus cuerpos,  encendiendo una chispa en sus ojos. Empezó a desvestir con apuro a su ahora esposo, bajando y quitándole con cero delicadeza su traje, camisa y corbata. Sus manos viajaron velozmente por el sexy y trabajado cuerpo de Kazuha, tomándose el —no atrevimiento— de acariciar sus marcados pectorales y abdominales con un atisbo muy notorio de posesividad y una ferviente chispa roja en su mirar.

 🚭 𝗗𝗲𝘀𝘁𝗶𝗻𝗼 «𝐊𝐚𝐳𝐮𝐒𝐜𝐚𝐫𝐚» 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora