cap 3:Un visitante

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**Hablar:** Hola

**Susurrar:** |hola|

**Gritar:** ¡HOLA!


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POV Alex:

Cuatro meses han pasado desde aquella noche en la oficina de Hiba, y el tiempo en el orfanato ha seguido su curso con una monotonía aplastante. Los días se han convertido en una sucesión de rutinas que apenas registro: las mismas tareas, las mismas caras, el mismo miedo latente que nunca desaparece.

Desde aquel evento, algo dentro de mí se ha endurecido. He aprendido a ser invisible, a pasar desapercibido, a no dar motivos para ser llamado a las oficinas de los cuidadores. Pero incluso en mi intento de aislarme, las sombras de lo que ocurrió siguen acechando.

Hiba no fue el único.Los otros cuidadores, hombres y mujeres, parecían seguir su ejemplo. Era como si hubieran aprendido a vernos no como niños, sino como objetos, y cualquier resistencia que intentáramos se desvanecía rápidamente bajo su control. A veces, veía a los otros niños regresar de las oficinas de los cuidadores con la misma mirada perdida, el mismo vacío en sus ojos que sentía en los míos. Nadie hablaba de ello, pero todos lo sabíamos.

El orfanato, que alguna vez fue un lugar de espera para un futuro incierto, se había convertido en una prisión de la que parecía imposible escapar.Cada rincón de ese lugar me recordaba lo que había perdido, no solo mis padres, sino también la inocencia y la esperanza.

Durante estos meses, mi única forma de sobrevivir ha sido construir un muro emocional, una fortaleza en la que me refugio cada vez que siento que la realidad amenaza con desbordarme.Me he vuelto más distante, más frío, incluso hacia los pocos niños con los que alguna vez intenté formar una conexión. Es más fácil así, no involucrarse, no sentir.

Las pesadillas son mi única compañía constante. En ellas, revivo una y otra vez esos momentos oscuros, pero ahora no solo es Hiba; son todos los cuidadores, rostros que se mezclan en un mar de terror y angustia.Me despierto cada noche empapado en sudor, con el corazón latiendo con fuerza, pero sin un solo grito que escape de mis labios. Aprendí que los gritos no sirven de nada.

El tiempo se ha vuelto borroso, como si los días se fundieran unos con otros, y la idea de un futuro fuera de este lugar parece cada vez más lejana.Pero en el fondo de mi ser, una pequeña chispa de resistencia persiste. No sé cómo ni cuándo, pero sé que algún día tendré que enfrentar lo que este lugar me ha hecho. No puedo permitir que me consuma por completo.

Por ahora, sobrevivo. Mi única misión es llegar al final de cada día, esperando que, de alguna manera, pueda encontrar una salida de este infierno. Porque, a pesar de todo, aún queda una parte de mí que se niega a rendirse.

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La sensación de peligro que había estado creciendo en el orfanato alcanzó su punto culminante cuando el hombre de las gafas comenzó a mostrar un interés particular en mí. Al principio, fue sutil.Sentía su mirada sobre mí cuando estaba en el comedor o mientras hacía las tareas asignadas. Esa atención me hizo sentir expuesto, como si estuviera bajo un microscopio.

Una tarde, mientras estaba en la biblioteca, escuché que alguien se acercaba.Mi primer instinto fue esconderme, pero antes de que pudiera hacerlo, el hombre apareció en la puerta. Su presencia llenó el espacio de una manera que hizo que el aire se sintiera más pesado. Se acercó a mí con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos.

Señor:
"Alex, ¿verdad?"

Su voz era suave, casi amistosa, pero tenía un filo oculto que no podía ignorar. Asentí, sin atreverme a mirar directamente a sus ojos.

Señor:
He oído mucho sobre ti. Eres... especial, ¿no?

No respondí, y él continuó, inclinándose un poco hacia mí.

Señor:
Hay un mundo allá afuera, uno más grande de lo que imaginas. Y tengo la sensación de que tú podrías tener un lugar en él."

Las palabras resonaron en mi mente como una amenaza más que una promesa.

Después de ese encuentro, las cosas cambiaron rápidamente.El hombre comenzó a visitar el orfanato con más frecuencia, siempre con el mismo interés hacia mí. Oos cuidadores me miraban con una mezcla de alegría y asco, como si supieran algo que yo no.

Una noche, mientras estaba en mi cama, escuché una conversación entre Hiba y el hombre a través de las paredes delgadas. Las palabras "un millón de dólares" y "experimentos" quedaron grabadas en mi mente, repitiéndose una y otra vez como un eco aterrador.

Esa misma noche, Hiba me llamó a su oficina. El miedo se apoderó de mí, pero traté de mantener la calma mientras caminaba por los oscuros pasillos. Cuando entré, vi al hombre de las gafas sentado al lado del escritorio de Hiba, con una expresión que no dejaba lugar a dudas sobre lo que estaba a punto de suceder.

Hiba habló primero, su voz más suave de lo habitual, como si tratara de calmarme.

Hiba:
"Alex, has sido elegido para algo... especial. Este caballero te ha comprado un futuro mejor." Su sonrisa era hueca, y la mirada que me lanzó estaba llena de algo que  había visto antes: me veía como un objeto de venta.

El hombre de las gafas se levantó, acercándose a mí.

Señor:
"Es hora de irnos, Alex." Su tono era firme, no admitía réplica.

Me quedé paralizado, el miedo me inmovilizaba.Sabía que si me iba con él, nunca volvería.

Intenté resistirme, dar un paso atrás, pero los cuidadores ya estaban en la puerta, bloqueando mi única salida. Mis pensamientos corrían a mil por hora, buscando desesperadamente una salida que no existía.

Hiba:
No lo entiendes ahora, pero esto es lo mejor,"

dijo Hiba, como si estuviera tratando de convencerme a mí. Pero en sus ojos, vi la verdad: había vendido mi vida por dinero, y no había nada que pudiera hacer para detenerlo

Esa noche, fui llevado lejos del orfanato, lejos de todo lo que conocía. No supe a dónde me llevaban, solo que el hombre de las gafas había pagado una suma que me convertía en su propiedad, un objeto a merced de sus intenciones oscuras. El miedo era mi única compañía mientras el auto avanzaba hacia un futuro incierto, y la sensación de que jamás volvería a ser libre me asfixiaba.

Había entrado al orfanato como un niño sin Quirk, pero lo que me esperaba al otro lado de esa puerta era mucho peor que cualquier cosa que pudiera haber imaginado.

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El Ascenso de un Dios Egipcio (yo en bnha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora