capitulo 13:0 pointer y el pequeño beneficio

25 3 0
                                    


POV Alex:

Desde la perspectiva de Alex, los movimientos de combate se habían vuelto casi automáticos. Cada robot que aparecía frente a él caía rápidamente, reducido a chatarra por su guadaña imbuida de energía. Se movía con precisión, sin perder un segundo, acumulando puntos y asegurándose de que ningún robot quedara en pie.

Sin embargo, de repente, sintió algo diferente. El suelo comenzó a temblar bajo sus pies, un leve pero constante temblor que se intensificaba a cada momento. Los demás participantes, que habían estado luchando cerca de él, detuvieron sus ataques y miraron a su alrededor, el pánico empezando a reflejarse en sus rostros.

En la distancia, una enorme sombra apareció, proyectándose sobre el campo. Los participantes, al ver la inmensa figura del robot de 0 puntos acercándose, comenzaron a retroceder, huyendo hacia zonas más seguras. Para ellos, enfrentarse a esa colosal máquina era una locura, una pérdida de tiempo que no les daría ningún punto.

Pero Alex no compartía ese miedo. Mientras los demás corrían, él permaneció inmóvil, observando el robot con ojos calculadores. La enorme máquina, diseñada para intimidar, avanzaba sin detenerse, aplastando todo a su paso. Alex sabía que si dejaba que ese robot siguiera su camino, podría causar estragos no solo en el campo, sino también en la ciudad cercana.

Decidido a detenerlo, Alex se movió rápidamente hacia un tejado cercano, ascendiendo con agilidad hasta alcanzar una posición elevada. Desde allí, pudo ver el panorama completo: el robot gigante avanzando lentamente, sin que nadie se atreviera a enfrentarlo.

Alex cerró los ojos por un momento, concentrándose en su poder interior. Sentía el familiar calor de su Quirk, la energía oscura y densa que había aprendido a controlar a lo largo de los años. Al abrir los ojos, su aura morada y espesa comenzó a rodearlo, envolviéndolo en una nube de energía que se intensificaba con cada segundo.

Con su guadaña en la mano, Alex imbuyó su arma con esa misma energía, haciendo que la hoja brillara con una intensidad oscura y peligrosa. La guadaña, ahora reforzada por su aura, parecía pulsar con un poder contenido, lista para desatarse.

Sin dudarlo, Alex se lanzó desde el tejado, cayendo en picada hacia el robot. El gigante, al detectar su presencia, levantó un brazo masivo para intentar aplastarlo con un puñetazo. Pero Alex, con una agilidad impresionante, corrió a lo largo del brazo del robot, utilizando su energía para impulsarse hacia adelante.

Con cada paso, sentía el peso de su misión, la determinación de detener al robot antes de que pudiera causar más destrucción. Al llegar a la cabeza del robot, Alex no perdió tiempo. Con un movimiento fluido y preciso, lanzó un golpe con su guadaña, la hoja cortando el metal como si fuera papel.

El impacto fue devastador. La cabeza del robot se desprendió de su cuerpo con un sonido ensordecedor de metal desgarrado. La máquina, ahora sin control, se tambaleó por un momento antes de desplomarse, cayendo al suelo con un estruendo que resonó por todo el campo.

Alex, de pie sobre los restos del robot, respiraba con fuerza, su aura aún rodeándolo, pero empezando a desvanecerse. Había logrado su objetivo, y el campo ahora estaba seguro. Miró a su alrededor, observando a los otros participantes que lo miraban con asombro desde la distancia. No importaba si no había obtenido puntos por esa acción; lo que importaba era que había hecho lo correcto, y eso era lo que lo definía como alguien con verdadero potencial heroico.

Después de que Alex destruyó al robot colosal, el campo de entrenamiento quedó en un silencio expectante. Los demás participantes, que habían observado su hazaña desde la distancia, lo miraban con una mezcla de admiración y temor. La manera en que había desatado su poder y derrotado al robot con una precisión letal había dejado una impresión duradera en todos.

Con la tarea cumplida, Alex dejó que su aura morada se desvaneciera lentamente, disipándose en el aire como un humo espeso. La guadaña, que había sido su compañera fiel durante el combate, también se desintegró, desapareciendo en una ráfaga de energía oscura. Sin decir una palabra, Alex comenzó a caminar hacia la salida del campo, sus pasos firmes y controlados, mientras los ojos de los demás seguían cada uno de sus movimientos.

A medida que avanzaba, los participantes se apartaban para dejarle paso, sus miradas llenas de respeto y, en algunos casos, un leve temor. Alex no buscaba la admiración de los demás, pero sabía que su actuación había dejado una marca. No obstante, no se detuvo a recibir ningún tipo de reconocimiento. Simplemente continuó su camino, abandonando el campo con la misma calma con la que había enfrentado al coloso.

Al regresar a su casa, encontró que estaba vacía. Su tío, Aizawa, no estaba allí, lo cual no era inusual. Sabía que su tío tenía que encargarse de las cartas de admisión para los estudiantes, lo que era una tarea importante en la academia. Sin mucho más que hacer, Alex decidió recostarse en su cama. Estaba exhausto, tanto física como mentalmente, y el silencio de la casa era un alivio bienvenido después de la intensa batalla que había vivido.

A la mañana siguiente, Alex se despertó con la luz del sol entrando por su ventana. Al salir de su habitación, encontró a su tío esperándolo en la sala. Aizawa, con su habitual expresión seria pero cansada, sostenía un sobre en la mano.

"Buenos días," dijo Aizawa, extendiéndole la carta a Alex. "Esto es para ti."

Alex, algo sorprendido, tomó la carta y la miró con curiosidad.
Alex:
"¿Ya? Pensé que tenía que esperar una semana para recibir los resultados."

Aizawa :
. "Sí, usualmente los resultados tardan, pero tienes el beneficio de ser mi sobrino. Considera esto como un pequeño privilegio."

Alex abrió el sobre con manos temblorosas, aunque no era de los que se emocionaba fácilmente. Dentro, encontró la carta de aceptación a la Academia U.A., confirmando que había pasado tanto el examen escrito como el práctico. La satisfacción que sintió fue profunda, aunque no la expresó abiertamente. Había trabajado duro para llegar hasta aquí, y ahora su futuro en la academia de héroes más prestigiosa estaba asegurado.

Aizawa:
"Estoy orgulloso de ti. Pero esto es solo el comienzo. Tienes mucho que aprender y demostrar."

Alex asintió, sabiendo que las palabras de su tío eran ciertas. Guardó la carta y se preparó mentalmente para los desafíos que vendrían. Sabía que el camino por delante no sería fácil, pero estaba listo para enfrentarlo, con su tío, su nueva familia, y sus propios poderes, aún en desarrollo, a su lado.



El Ascenso de un Dios Egipcio (yo en bnha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora