El Ascenso de un Dios Egipcio (yo en bnha)

capitulo 22:El aviso y El quirk

Durante la semana de descanso después del incidente en la USJ, Alex aprovecha el tiempo para mantener una estricta rutina de entrenamiento. A pesar de la gravedad de lo ocurrido, no baja la guardia y se dedica a mejorar sus habilidades físicas y su control sobre el Quirk. Cada día, después de varias horas de ejercicio, práctica de combate y perfeccionamiento de técnicas, regresa a su habitación, donde encuentra un momento de relajación al chatear con Izuku.

Estos intercambios nocturnos se convierten en un hábito para ambos. Aunque las conversaciones son inicialmente sobre cosas triviales o temas relacionados con la academia, empiezan a profundizar más en sus experiencias y pensamientos. Alex se sorprende al descubrir que, a pesar de las diferencias en sus personalidades, tiene mucho en común con Izuku.

Por su parte, Izuku comienza a ver a Alex bajo una nueva luz, no solo como un compañero formidable, sino como alguien que, detrás de su apariencia dura y su historia sombría, posee una humanidad y vulnerabilidad que le resultan inesperadamente cercanas.

Aunque Alex sigue siendo reservado en persona, estos intercambios nocturnos lo ayudan a abrirse un poco más, sintiendo por primera vez en mucho tiempo que no está completamente solo.

Después de regresar de la semana de descanso que la UA había ofrecido a los estudiantes de la clase 1-A, todos se reúnen en el salón de clases. El ambiente está tenso, con muchos aún recordando el peligro que enfrentaron en la USJ. Al entrar, el profesor Aizawa, con su habitual expresión seria y cansada, se dirige a la clase.

—La batalla aún no ha terminado —anuncia Aizawa con su tono monótono. Todos los estudiantes, excepto Alex, reaccionan con sorpresa y nerviosismo, temiendo lo que podría venir. Algunos intercambian miradas preocupadas, mientras que otros, como Izuku y Uraraka, intentan procesar lo que eso podría significar.

Alex, por su parte, se mantiene tranquilo y enfocado. Ya había sospechado que algo así podría suceder, así que no se deja intimidar por las palabras de su tío.

—En una semana, comenzará el Festival Deportivo de la UA —continúa Aizawa—. Es un evento importante no solo para ustedes, sino también para la reputación de la escuela. Héroes profesionales, agencias y todo el país estarán observando. Este es su momento para destacar y mostrar de qué están hechos.

El ambiente en la clase cambia de inmediato. El nerviosismo se transforma en una mezcla de excitación y determinación. Todos saben que el Festival Deportivo es una oportunidad única para hacerse un nombre y atraer la atención de las agencias de héroes.

—Tendrán una semana para entrenar y prepararse —añade Aizawa—. Si no tienen un lugar adecuado para entrenar, la UA ofrece acceso completo a sus gimnasios y salas de entrenamiento. Están equipados con lo necesario para ayudarles a mejorar sus habilidades. No desperdicien esta oportunidad.

Los estudiantes empiezan a murmurar entre ellos, discutiendo sus planes de entrenamiento y cómo aprovechar mejor el tiempo que tienen. Algunos ya están pensando en estrategias, mientras que otros, como Bakugo y Todoroki, parecen especialmente motivados a demostrar su valía.

Alex, mientras tanto, permanece en silencio, pensando en cómo utilizar esta semana para seguir perfeccionando su control sobre su Quirk. Aunque sabe que muchos de sus compañeros son fuertes, también está consciente de que su poder tiene un límite peligroso, y si no lo maneja con cuidado, podría salir lastimado.

La clase termina con todos ansiosos por comenzar su entrenamiento, sabiendo que el Festival Deportivo no solo es una prueba de sus habilidades, sino también una oportunidad para demostrar su potencial como futuros héroes.

Entiendo, déjame corregir eso para que se ajuste mejor a la naturaleza del Quirk de Alex, que está relacionado con su aura y no con habilidades oculares.

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Aquella noche, después de un día agotador de entrenamiento, Alex se fue a dormir esperando simplemente descansar y recargar energías. Sin embargo, apenas cerró los ojos, se encontró de nuevo en un lugar familiar pero inquietante.

Alex estaba en un vasto desierto bajo un cielo oscuro y estrellado. La arena se extendía hasta donde la vista alcanzaba, y en el centro, una figura imponente lo esperaba: Anubis, el dios egipcio con cabeza de chacal, rodeado de un aura dorada y poderosa. La presencia de Anubis siempre había sido intimidante, pero con el tiempo, Alex había aprendido a no sentir miedo frente a él. En su lugar, sentía una conexión profunda, como si una parte de él perteneciera a esa deidad antigua.

—Alex —la voz profunda de Anubis resonó en el desierto, llenando el espacio vacío con su autoridad—. Has recorrido un largo camino desde que descubriste tu Quirk, pero aún hay mucho que desconoces sobre el poder que posees.

Alex se acercó, sabiendo que este encuentro no era como los anteriores. Había algo diferente en el tono de Anubis, una seriedad que lo hizo sentir que estaba a punto de recibir una revelación importante.

—¿Qué más debo saber? —preguntó Alex, manteniendo la compostura a pesar de la tensión en el aire—. ¿Por qué siempre apareces en mis sueños? ¿Cuál es el verdadero origen de mi Quirk?

Anubis lo miró con sus ojos resplandecientes, como si estuviera evaluando si Alex estaba listo para conocer la verdad.

—Tu Quirk no es simplemente una habilidad más —respondió Anubis—. Es una manifestación de una energía antigua y poderosa que ha existido desde tiempos inmemoriales. Esta aura que posees es un fragmento del poder de los dioses, una herencia que solo unos pocos han sido dignos de recibir.

Alex sintió un escalofrío recorrer su cuerpo al escuchar esas palabras. Aunque siempre había sentido que su Quirk era diferente, nunca imaginó que pudiera tener un origen tan antiguo y poderoso.

—¿Por qué yo? —preguntó Alex, sin poder ocultar su sorpresa—. ¿Por qué fui elegido para llevar este poder?

—Porque tu espíritu es fuerte —respondió Anubis con firmeza—. Y porque dentro de ti hay un equilibrio entre la luz y la oscuridad. Tu Quirk no es solo una manifestación de poder; es un reflejo de la dualidad de la existencia, del ciclo eterno de la vida y la muerte.

Anubis hizo una pausa, permitiendo que sus palabras se asentaran en la mente de Alex antes de continuar.

—Es hora de que conozcas el verdadero nombre de tu Quirk —dijo Anubis, acercándose aún más—. Un nombre que define su esencia y propósito. Tu Quirk se llama "Aura de la Muerte y el Renacimiento".

Alex quedó en silencio, asimilando el nombre que resonaba en su mente como una verdad que había estado buscando durante mucho tiempo.

—"Aura de la Muerte y el Renacimiento" —repitió Alex en voz baja, sintiendo cómo esas palabras encajaban con todo lo que había experimentado hasta ahora—. ¿Eso significa que mi poder puede…?

—Tu Quirk te permite manipular la energía vital en formas que la mayoría no podría comprender —explicó Anubis—. Esta aura que te rodea no solo es una herramienta de combate; es una manifestación de tu capacidad para influir en la vida y la muerte, para destruir, pero también para sanar y proteger. Es un reflejo de quién eres y de quién puedes llegar a ser.

Alex miró a Anubis con determinación. Aunque sabía que aún tenía mucho que aprender, sentía que este conocimiento lo acercaba un paso más a comprender su verdadero propósito.

—Gracias por mostrarme esto —dijo Alex—. Prometo usar este poder con sabiduría.

Anubis asintió, satisfecho con la respuesta de Alex.

—Recuerda, Alex, el verdadero poder no reside solo en la fuerza bruta, sino en cómo decides usarlo. Nunca olvides el equilibrio, porque solo así podrás alcanzar tu máximo potencial.

Con esas palabras, la figura de Anubis comenzó a desvanecerse, y el desierto oscuro se transformó en un suave vacío que envolvió a Alex, llevándolo de vuelta a la realidad.

Cuando Alex despertó, todavía sentía la presencia de Anubis y las palabras que había escuchado resonaban en su mente. Ahora, más que nunca, sabía que tenía una gran responsabilidad, y que debía entrenar no solo su cuerpo, sino también su mente y espíritu, para estar a la altura del poder que se le había concedido.