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El Logro de Serena, La Oferta de Noruega

El sol de finales de junio se colaba por las ventanas de la casa, iluminando las paredes con un cálido resplandor dorado. La casa estaba llena de la energía y emoción que seguía al anuncio de que Serena había terminado sus estudios con matrícula de honor. Era un logro extraordinario, fruto de su dedicación y esfuerzo constante, y ahora le había abierto las puertas a una oportunidad increíble, una beca para estudiar en una prestigiosa universidad en Noruega.

La noticia de la beca llegó en una carta formal, que Serena leyó con manos temblorosas en la cocina, rodeada por toda la familia. Al principio, la emoción la había invadido, y había llorado de alegría al pensar en todo lo que había logrado. Sin embargo, mientras pasaban los días, esa euforia inicial comenzó a desvanecerse, dejando espacio para una creciente ansiedad.

El Temor Silencioso de Serena

Serena no podía evitar pensar en su hermana Regina. Había sido testigo de su lucha, de sus altibajos, y aunque sabía que Regina había avanzado mucho en su recuperación, también sabía que su bienestar seguía siendo frágil. El solo pensamiento de dejarla atrás, de irse a miles de kilómetros de distancia, le hacía cuestionar si realmente debía aceptar la oferta.

Una tarde, después de que la emoción de la noticia se había asentado un poco, Serena se sentó sola en su habitación, mirando la carta de aceptación. Sabía que debía estar emocionada, pero en lugar de eso, sentía un peso en el pecho, una sensación de responsabilidad que no podía ignorar. Cómo podría seguir adelante con su vida cuando su hermana seguía luchando? Cómo podría irse y dejar a Regina sola?

La Conversación con Mamá. Buscando Consejo

Con esos pensamientos dándole vueltas en la cabeza, Serena decidió hablar con su madre. Sabía que necesitaba orientación, alguien que la ayudara a entender sus propios sentimientos. La encontró en la sala, sentada en el sofá con una taza de té, mirando por la ventana.

-Mamá puedo hablar contigo?
preguntó Serena con voz suave, acercándose a su madre.

Su madre levantó la vista, notando la preocupación en el rostro de su hija, y le hizo un gesto para que se sentara a su lado.
-Por supuesto, cariño. Qué pasa?

Serena tomó una respiración profunda, tratando de ordenar sus pensamientos antes de hablar.
-Es sobre Noruega. Quiero ir, de verdad lo quiero. Pero... qué va a pasar con Regina si me voy? No puedo dejar de pensar en ella, en cómo se sentirá sin mí aquí

Su madre asintió, comprendiendo de inmediato las preocupaciones de Serena. Había visto cómo las dos hermanas habían estado tan unidas durante los últimos años, especialmente después de las recaídas de Regina. Sabía que Serena se sentía responsable, casi como si fuera su deber cuidar de su hermana.

-Serena
comenzó su madre con suavidad, colocando una mano sobre la de su hija, -entiendo lo que sientes. Has sido un pilar para Regina, y ella ha dependido mucho de ti. Pero también es importante que vivas tu propia vida. No puedes sacrificar tus sueños por miedo a lo que pueda pasar.

Serena miró a su madre, su expresión reflejando la lucha interna que estaba viviendo.
-Pero y si algo sale mal? Y si Regina me necesita y yo no estoy aquí?

-Regina ha hecho grandes avances
le recordó su madre.
-Y una parte de su recuperación es aprender a valerse por sí misma. Estaremos aquí para apoyarla, y no estarás tan lejos como para no poder ayudarla si realmente te necesita. Además, Regina también quiere que sigas tus sueños. No te culparía por elegir lo mejor para ti

Serena asintió lentamente, aunque la preocupación no desaparecía por completo. Sabía que su madre tenía razón, pero eso no hacía que la decisión fuera más fácil. Había sido tan difícil ver a Regina luchar, y ahora enfrentaba la posibilidad de no estar allí si su hermana volvía a caer

la libertad de ser yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora