17.-Conversacion con el diablo

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Sadie hansen.

— ¿Vas a subir? — Preguntó Herny mirándome fijamente.

Me había pedido conversar un rato, le dije que no pero ahora estaba afuera de mi casa alias mansión en su auto esperándome.

Por si las dudas les di de indicación a mis guardaespaldas que me siguieran en todo momento, seré bruja pero no estúpida.

La rosa de Guadalupe enseñaba muchas cosas.

Asentí, me subí al auto y Herny se quedó callado el resto del camino.

Yo puse música.

Tenía que escuchar a mi esposa lana del rey para que se identifique con ultraviolence.

Lo conocía, estaba aguantándose desde el día de la playa romperle la cara a Minerva.

Habíamos ido un rato a la playa, o bueno, yo había ido a la playa y este que no supera me siguió.

Justo habíamos visto un concurso a lo lejos y decidimos participar por puro aburrimiento.

Y entonces Herny explotó al verlas juntas, parecían una pareja esas dos.

Al principio decidí ignorarlas porque no estaba de humor teniendo a Herny a mi lado.

Pero rápidamente decidí molestarlas un poco cuando noté sus expresiones al verme, las saludé, un saludo que fue ignorado.

Cada quien con sus rencores.

Cuando estábamos terminando el cocodrilo a henry se le caía todo el tiempo la cabeza, cosa que obviamente me hizo reír, pero mi risa hizo que se molestara más y se fuera.

Mejor hago las cosas sola a la próxima.

— Escuché de una cafetería, ¿vamos? — Su voz me sacó de mis pensamientos.

Lo miré de reojo, estaba concentrado en el camino por miedo a chocar.

Asentí y él entendió la señal comenzando a ir hacia la cafetería.

Mire por la ventana, ¿cuando me llegara el amor? ¿Mi romance dónde está?

Me maldije por dentro, el karma que me llegará será grande pero bien que se disfruta.

Soy consciente de mis actos y mis actitudes, puedo decir que no estoy arrepentida.

La vida es muy corta para arrepentirse.

— Llegamos.

Hablo y asentí bajando del auto, la cafetería frente a mí era grande, se veía bien iluminada.

Me gusta.

Entre sin esperar a henry, busqué una buena mesa y me senté a esperar.

Henry llego casi corriendo a sentarse.

— ¿Porque no me esperaste? — Preguntó confundido.

— Te demoras mucho.

Iba a hablar pero una señora nos interrumpió.

dime un sí y te amareDonde viven las historias. Descúbrelo ahora