dime un sí y te amare

19.- me hicieron papilla

Minerva marks.

Me dolía el cuerpo, ese no era un detalle que pude pasar por alto lamentablemente.

Me habían tacleado como si yo fuese quien le dio los latigazos a Jesús.

Estaba ahora en las duchas bañándome tranquilamente, o bueno, intentaba bañarme tranquila pero el saber que hay más chicas en el camerino no me dejaba estar tan tranquila.

— ¿Minerva, te vas a unir a nosotras? Eres realmente buena en esto, nos hace falta una jugadora más. — Menciono una de las chicas en una de las duchas.

— No lo sé, casi me dejan en coma hoy. — Respondí sincera.

Las risas de las demás no se hicieron de esperar así que estaban riendo a todo pulmón.

— ¡Oh! No te preocupes por eso chica, a todas no hicieron papilla el primer día, no te mentimos de que casi ni podíamos movernos después de eso.

Así menos ganas me dan de entrar al equipo.

— ¿Por cierto, quien era esa chica eh? Estaba gritando como desquiciada cuando te tacleábamos e incluso te tiraba piropos. — Pregunto una de las chicas.

— Desde cuando tenemos tanta confianza? — Pregunte un poco fastidiada.

— Desde que nos estamos bañando en la misma habitación todas —. Se rio una chica mientras bromeaba.

— ¿Entonces, es tu chica? — pregunto la que parecía ser la líder.

— En eso estoy, estamos en meses de conocernos para asegurar que nuestra relación dure. — Confese y las chicas entendieron el punto.

— ¿Porque eres tan cortante? Una vez te intente hablar para pedirte un lápiz y jure que me querías matar —. pregunto una chica rubia.

— Es algo que me dicen a menudo, pero realmente solo miro así a todo el mundo. — aclare.

— Excepto a la pelirroja.

— Excepto la pelirroja —. confirme saliendo de la ducha.

Sorprendentemente empezamos a llevarnos bien con las chicas e incluso me convencieron de unir y hablaron algo de una iniciación a la noche.

Me prometieron que era una pequeña demostración de lo que se avecinaba en la competencia.

Que buena onda, ahora dejare de tratarlas mal y van a ser mis amigas, son de confianza.

Me contaron hasta como habían vuelto con la ex, como habían sido arrestadas porque pensaron que estaban borrachas.

— Minerva. — Me llamaron y cuando gire a ver quién era, era la entrenadora.

— ¿Sí? — Pregunte acercándome.

— Le pregunte a la Mérida si te dejaba unirte y dijo que te preguntara. — menciono y me extrañe.

— No le dijo que ella escogiera?

— Se me olvido.

— ah, pero después de todo estoy dentro del equipo.

La sonrisa de la entrenadora creció inmediatamente.

— Bien, la iniciación es en la noche y las chicas ya te mencionaron donde, ¿no?

Asentí y la entrenadora me deseo suerte yéndose del lugar.

¿Porque todas parecían que les daba gracia la iniciación?