5. Snow on the beach

43 5 0
                                    

El sábado Wooyoung se permitió desconectarse de todo y descansar.
Estuvo viendo películas, comiendo y durmió una siesta en la tarde. No le gustaba no hacer nada, pero un día al mes no le hacía daño.

Para en la noche bajo a la clínica al recibir un mensaje de su abuela pidiéndole que en lo que ella limpiaba, él cerrara la entrada principal, así que obedientemente fue.
Primero tenía que cerrar la reja que separaba la clínica de la cafetería, pero no se esperaba encontrar a San frente al lugar y Wooyoung se preguntó si estuvo ahí todo el día o acababa de llegar; estaba distraído mirando el cielo nocturno hasta que el sonido de las llaves que traía Wooyoung lo hizo girarse.

-¿San, qué haces aquí? Es muy tarde-.
El mayor se veía igual de sorprendido que él pero más alegre de haberse topado a Wooyoung.

-Woo, que sorpresa que esté aquí-. El menor frunció el ceño y se giró a mirar detrás de él. Olvidaba que San no sabía que vivía ahí.- siempre voy a la playa a esta hora, y solo me paré un momento aquí, esperando poder verte de casualidad-.
Se veía muy emocionado y Wooyoung creyó que se veía tierno.- y resulta que si-. Realmente fue lo qué pasó; su intención no fue buscar a Wooyoung, pero al pasar por ahí se quedó parado como un iman, y a los pocos minutos el menor ya había salido.

-Si, bueno, vine a cerrar la clínica-. Señaló a sus espaldas y San asintió comprendiendo. El solo sabía que su abuela trabajaba ahí así que supuso que eso era el contexto de que estuviera en el lugar.

-Acompáñame a la playa, Woo-. El menor negó de manera inmediata.

-¿qué? No, dicen que es peligroso de noche-. O al menos eso le decía su madre cada vez que iban ahí. San inclinó levemente su cabeza confundido y luego soltó una risa negando.

-Claro que no. Yo voy todos los sábados a esta hora, todo se ve muy lindo y tranquilo; hay gente simplemente disfrutando su noche y la vista del mar-. Aún así Wooyoung no se veía convencido, así que San optó por tomar su mano y mirarlo directo a los ojos. Había descubierto que eso causaba algo en el menor y le encantaba.-Vamos por favor, te va a encantar-.

Claro que esa mirada y la forma tan tranquila en que le habló sumando la calidez de su mano sobre la suya funcionó, porque Wooyoung pareció paralizarse por unos momentos y después de tragar saliva tartamudeó un "de acuerdo" como si lo hubieran hipnotizado, haciendo que San sonriera victorioso.

Después de que Wooyoung cerrara el lugar y dejarle un mensaje a su abuela diciéndole a donde iba, ambos salieron de ahí tomando el mismo recorrido del día anterior cuando salieron a comer.

Y dicho y hecho, la playa de Namhae era otra a esa hora; no había tanta gente, todos los puestos estaba encendidos y los restaurantes de igual forma, había luces cálidas que iluminaban todo ese largo malecón, y escuchaba de todo tipo de música sin ser tan ruidosa. La playa era ocupada por parejas caminado, o gente sola trotando. Todo se veía muy tranquilo y fuera de peligro.

-Nunca habías venido a esta hora-. Sonó más como una afirmación, Wooyoung lo miró algo avergonzado y siguieron caminando por la orilla de la playa.

-No soy de aquí-. El más alto lo miró de inmediato, y soltó una leve risa.

-Bueno eso lo explica. ¿De donde eres?-.

-Seúl-. San silbó haciendo que Wooyoung lo mirara con una sonrisa.

-Chico de ciudad grande, ¿qué haces entonces acá?-.

Wooyoung pareció pensarlo un poco, y respondió.-como dijiste, la ciudad es grande. Quería cambiar mi entorno un poco, y que mejor que aquí-. Se detuvieron para mirar el mar y sus olas tranquilas frente a ellos.- Mi abuelo era de aquí, y siempre me sentí cómodo viniendo a visitarlo. Supuse que encontraría más paz en este lugar que en algún otro-. San miraba su perfil con detalle escuchándolo atento. La expresión del menor se veía tranquila pero podía notar algo diferente en ella. Se veía algo triste.

-Tu abuelo, él...-. No quería decirlo porque jamás supo como tratar esos temas, pero tampoco quería ignorarlo.

-Si, hace 4 años. Desde entonces no había regresado aquí-.

-Lo siento, Woo-. Quería hacer algo pero no sabía que, simplemente vio al menor sonreír ligeramente girándose para mirarlo.
No quería que San sintiera pena por él, claro que extrañaba a su abuelo, pero sentía que debía superarlo ya después de tantos años y no preocupar a más personas. Es lo que su abuelo quería, que nadie llorara por su ausencia.

-Tranquilo. Fue hace mucho. Y hasta ahora no había visitado la playa... Gracias por traerme-. San sonrió de igual manera y ambos se quedaron en silencio frente a frente.

San no podía dejar de mirar a Wooyoung; realmente le gustaba, quería conocerlo más, estar más tiempo con él. Admiró esos ojos que, hasta ese momento, no había notado que también lo miraban con detenimiento, eran tan bellos que podría ver su reflejo en ellos, quería besarlo de nuevo como esa primera vez que lo vio. Se acercó lentamente y sus manos subieron al rostro ajeno, sus pulgares acariciaron sus mejillas que se sentían como terciopelo, pudo escuchar al más bajo suspirar y vio cómo cerraba los ojos al sentirlo a escasos centímetros de su rostro.
El momento justo en que sus respiraciones se mezclaron pudo sentir las manos del pelinegro sobre sus muñecas y las apretó levemente.

-San, espera-. Sus miradas se conectaron nuevamente, el mayor se negaba a soltarlo, solamente detuvo su impulso de besarlo de nuevo y puso atención a lo que tuviera que decir.- jamás había besado a alguien-.

-¿No quieres que lo haga de nuevo?-. Se estaba conteniendo de verdad ante el menor frente a él, porque aunque pareciera que no, Wooyoung también parecía en una lucha consigo mismo sobre si ceder o no.

-Nos conocemos hace solo una semana-.

-extraños ya no somos-. San realmente no se quería apartar. Seguía acariciando su rostro y rozando su nariz con la del menor, tentándolo al sentir como sus manos ahora también acariciaban sus muñecas y parecía regular su respiración. Wooyoung también quería besarlo.

-Lo se, pero—-.

-Me gustas, Wooyoung. Desde la primera vez que te vi realmente me hechizaste, y supe que eres todo lo que estuve buscando-. Se alejó solo lo suficiente para verlo a los ojos, quería ser honesto y que el menor lo supiera.- jamas había sentido esto. Y estoy dispuesto a esperar hasta que estés listo, pero no pienso alejarme y hacer como que no te conozco-.

-San-. Sonó más como un suspiro de parte de Wooyoung. Este no lo quería admitir pero también se sentía diferente estando con él, no negaría que la primera vez que lo vio también lo cautivo; pero Wooyoung no sabía como se sentía el estar enamorado, nadie se había interesado tanto por él como lo hacía San, que en menos de una semana lo había hecho dudar de sus sentimientos.-No puedo prometerte nada. Estoy algo confundido ahora-.

-eso no es importante. Puedo enseñarte que es estar enamorado-. Wooyoung sostuvo su sonrisa por un momento y escondió su rostro en el cuello del mayor quien lo rodeó en un abrazo, también sonriendo.

-¿vas a ser así de cursi siempre o solo lo haces para que te diga que si?-.

-Puedo serlo cuantas veces quieras-. Wooyoung se alejó un poco pues los brazos de San no lo dejaron apartarse más de lo que él quisiera.

-No por favor, es demasiado romántico para mi-. Ambos sonreían divertidos y San asintió y sin previo aviso dejó un beso en su mejilla haciendo que el menor se paralizara de inmediato coloreándose de rojo.

-Haré lo que me pidas, menos alejarme de ti-.
Wooyoung no respondió sólo pudo mirarlo unos segundos y abrazarlo. No sabía que sentía por San, pero había algo en el que lo hacía sentir seguro. Por el momento, dejaría de preocuparse por lo que pudiera pasar.




•••

Somebody in Namhae (WooSan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora