8 (1/2). Christmas love

33 3 0
                                    

Wooyoung no lo quería admitir pero estaba nervioso. Cuando acepto pasar navidad con la familia de San, no lo pensó bien, a simple vista le pareció buena idea; pero ahora, cayó en cuenta de que era la primera vez que conocería a la familia de San; y otra cosa que lo tenía inquieto era que cuando su madre viera las fotos de ese día que su abuela muy probablemente mandaría al grupo de la familia (porque siempre que hacían o salían a algún lado lo reportaban como si fuera obligatorio en ese grupo familiar con un nombre raro), cuando su madre viera que él no sale en ninguna, le preguntaría donde diablos se metió y porque no estaba ahí, y tendría que buscar como explicarle qué pasó la navidad con la familia de su nueva pareja, que de pasó era hombre. O simplemente estaba sobre pensando demasiado por los nervios de dar una buena primera impresión.

Un mensaje apareció en su teléfono de San anunciando su llegada; se dio un último vistazo en el espejo y se apresuró para tomar su abrigo y bufanda despidiéndose de su abuela prometiendo llegar después de las doce, probablemente alcanzaría a tomar alguna foto ya que la familia Lee podía durar toda la noche ahí sin ningún problema.

Tomó sus llaves y el regalo de San y bajó las escaleras abriendo la puerta topándose al mayor esperándolo pacientemente. Como siempre, se veía tan guapo, especialmente hoy por ser una fecha especial, se había peinado dejando su frente al descubierto solo con algunos mechones sueltos, vestía un suéter negro de cuello y un abrigo gris con unos jeans oscuros y botines que le daban un toque semi formal, y juraba poder oler su perfume a solo un metro de él.

El mayor al verlo salir se aproximó a él con una sonrisa y sin dudarlo dejó un beso en sus labios como saludo, Wooyoung aún estaba acostumbrándose a eso y no pudo evitar sonreír.

-Te vez increíble, amor-. San lo analizaba de pies a cabeza. Wooyoung también se había arreglado muy bien, su cabello estaba muy bien acomodado dejando caer su flequillo a ambos lados de su rostro como cortinas, el suéter negro bajo su abrigo beige lo hacía ver angelical y olía a lavanda; quiso volver a besarlo pero el menor solo se alejó sonriendo sugestivo.

-Tu igual. Deberías peinarte así más seguido... me gusta-. San alzó una ceja y asintió.

-Haré lo que tú me pidas-. El menor soltó una risa y negó.-¿qué traes ahí?-. Señaló la bolsa que traía.
Wooyoung la escondió detrás de si y puso un dedo en sus labios como si fuera un secreto.

-es tu regalo pero te lo doy allá. Vámonos que se hace tarde-.

Pocas veces habían viajado en auto, normalmente iban a pie o en autobús, porque San insistía que todo estaba muy cerca como para gastar gasolina; además admitía que le encantaba caminar y charlar junto a Wooyoung y tomar su mano durante sus caminatas. Pero como era una ocasión especial y hacía mucho frío, decidió que era prudente utilizar su auto para recoger a su novio.

El trayecto fue corto y en menos de 10 minutos ya estaban frente a la casa del mayor. Wooyoung sentía su corazón latir rápido por los nervios y jugaba con su dedos por lo mismo, San al verlo tomó sus manos haciendo que lo viera regalándole una pequeña sonrisa.

-No estés nervioso, te van a amar-.

-Solo promete que no me dejarás solo. Podría morir de los nervios sin saber que hacer-. Decido ser completamente honesto, tal vez el problema no era tanto el hecho de dar la buena impresión, sino estar solo.
San sonrió enternecido y tomó su rostro atrayéndolo al suyo para depositar un delicado y largo besó. Quería que Wooyoung se relajara lo más que pudiera, y transmitirle tranquilidad; y al parecer funcionó porque después de unos segundos el menor pareció relajarse y le siguió el delicado vaivén, se separaron con una sonrisa y bajaron del auto. San fue directo a tomar su mano y lo dirigió a la entrada, escuchando ya algo de ruido desde afuera.

La familia de San no era tan grande, a comparación de la familia Lee que fácilmente eran veinte personas; en la de San eran por lo menos diez. El momento de las presentaciones fue rápido, pasó por sus tíos y tías primero, saludando con mucha cordialidad y sonrojándose cuando las mujeres le decían lo apuesto que era; después saludo a sus abuelos, ambos también muy amables, sus primos fue rápido y fácil y ahora era momento de saludar a los padres de San; el mayor apretó su mano que jamás soltó y caminaron juntos.

-Mamá, papá. Les quería presentar a Wooyoung, mi novio-.

La mujer se paró de su lugar dejando su copa de vino a un lado y admiró al joven frente a ella. Wooyoung sintió algo de paz al ver como la mujer sonreía ampliamente y extendía sus brazos en señal de un abrazo, soltó la mano de San para corresponder el saludo y la mujer lo abrazó con cariño.
-San nos ha hablado tanto de ti. Que gusto poder al fin conocerte-.

-El gusto es mío, señora Choi-. La mujer meneó la mano sonriente.

-Dime mamá, me haces sentir vieja-. Ambos rieron, y Wooyoung asintió.
El padre de San aguardaba pacientemente su turno para saludarlo, he igual mantenía una sonrisa apreciando la escena; Wooyoung pudo notar de dónde sacó San sus hoyuelos.

-A mi si dime señor Choi. Mucho gusto, Wooyoung. San no para de hablar de ti-. El señor extendió su mano para saludarlo y con rapidez Wooyoung lo saludo de igual manera. San solo sonreía con un leve sonrojo porque sus padres lo estaban delatando un poco.- No hay día en que no te mencione-.

-Papá-. El señor rió y palmeó el hombro de su hijo.

-Esta bien, me cayo un rato. Te quedas en tu casa, Wooyoung-.

-Si gracias, señor Choi-. Hizo una reverencia y ambos continuaron con su charla entre los mayores. Soltó un poco de aire que estuvo contenido por ese tiempo y San rió divertido rodeando su cintura para dirigirlo a un lugar para sentarse.




•••

Somebody in Namhae (WooSan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora