6. Sinceridad

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El tiempo vuela y Wooyoung lo podía confirmar. Ha pasado un mes desde que San confesó sus sentimientos en la playa, y aunque Wooyoung en ese entonces no estaba seguro de lo que sentía por él más alto, los días se hicieron cargo de decírselo.

Cita tras cita, se dedicaron a conocerse, ambos descubrían cosas nuevas del uno del otro, dándose cuenta que se llevaban mejor de lo que esperaban. Wooyoung le contaba cómo era su vida cuando estaba en Seúl, y San como fue el crecer en Namhae; conversaciones profundas y otras muy sencillas, momentos de silencios cómodos y otros donde reían a carcajadas. Así fueron sus citas durante ese mes.

Esta vez San había propuesto llevarlo a una zona de campo para pasar el rato, y ahora se encontraban recostados sobre una manta enorme que el mayor trajo consigo, viendo las estrellas; estas eran hermosas porque brillaban más que en la ciudad.

-Cuando era niño, solía levantarme a media clase y gritar "fuego" solo para que toda la clase saliera corriendo-. sonrió recordando esos momentos, y escuchó la pequeña risa de San a su lado.-Recibía muchos castigos por eso. En la secundaria es cuando me relaje un poco más y fui más reservado. Mamá dice que me "repuse" en ese tiempo-.

-Me hubiera gustado conocerte en ese entonces-. Ambos se miraron y Wooyoung arrugó la nariz negando haciendo reír al contrario.

-¡Ugh! No, créeme que no querrías. Usé lentes así de grandes y brackets durante todos esos tres años-. Vio como San se enderezaba un poco apoyándose en su brazo de un costado y lo miró sonriendo. Wooyoung ya se había acostumbrado a esa forma en que lo miraba, como si fuera lo más importante en ese lugar.

-Eso explica tu linda sonrisa-. Y ahí iban los cumplidos de nuevo.
San siempre encontraba una manera de sonrojarlo con palabras lindas, logrando que Wooyoung cubriera su rostro avergonzado evitando sonreír de más. Jamás recibió tantos cumplidos en su vida, y menos así de la nada como lo hacía San.

-Ya te habías tardado en decir algo así-. Descubrió su rostro aún sonriendo viendo al más alto reír desde arriba, luego este dirigió su mano a acariciar su cabello con delicadeza.
-También tienes una sonrisa muy linda, San-.
El mayor pareció algo asombrado por lo repentino que fue eso, ya que todo el tiempo que llevaban saliendo así, Wooyoung jamás dijo algo parecido, sobre todo porque sabía que el menor era más cuidadoso con sus palabras. Sintió su pecho inflarse de alegría por eso.
-¿también usaste brackets?-.
San río levemente por la pregunta que salió de la nada y negó.

-Jamás he usado-. Wooyoung entrecerró los ojos y chasqueo la lengua, mirando el cielo de nuevo; San seguía acariciando su cabello.

-Entonces eres lindo por naturaleza, que envidia-.

San rió negando y llevo una mano a su pecho dramatizando.-Wow, no se cómo reaccionar a tu primer cumplido. ¿Qué somos?-. Wooyoung volvió a carcajearse.

-Tonto, solo di "gracias"-.

Este solo sonrió y volvió a retomar sus caricias logrando que Wooyoung lo mirara.
-me gustas demasiado, Woo-.
Su día no estaba completo si no se lo recordaba, y el día de Wooyoung mejoraba cuando se lo decía; aún que nunca supo que responder y por eso no lo hacía, simplemente sonreía y continuaban con lo que sea que estuvieran haciendo en ese momento; pero ahora, el menor sentía la necesidad de responder, no solo a esa confesión que escuchaba a diario, sino a los sentimientos del mayor.

Con delicadeza tomó la mano que acariciaba su cabello y la entrelazó con la suya, después de un largo silencio donde solo se miraron y Wooyoung por fin se vio lleno de valor, habló.
-también me gustas, San-.

Después de eso, Wooyoung quiso reír por el rostro perplejo del más alto pero se contuvo; San parpadeo un par de veces tratando de asimilar si lo que escuchó no fue su imaginación. Wooyoung le acababa de decir que también gustaba de él. Debía estar soñando.

-¿qué pasa?-. Dijo el menor entre risas al ver como este se paraba y tomaba su cabeza con ambas manos empezando a caminar en círculos. De verdad se veía muy gracioso que Wooyoung solo hacía su mejor esfuerzo para no carcajearse ante la exagerada reacción del más alto.

Este lo volvió a mirar perplejo.
-¿lo puedes repetir? Necesito escucharlo de nuevo porque estoy seguro que me volví loco y lo imaginé-.

El menor soltó la carcajada y se sentó con sus piernas cruzadas disfrutando de verlo entrar en crisis.

-Solo lo dire una vez-. Y se levantó para verlo sonriente frente a frente.
-me gustas, San-.

Lo siguiente qué pasó fue más carcajadas de Wooyoung al ver al mayor girarse y comenzar a correr gritando y detenerse a unos metros y gritar al cielo con ambos brazos levantados. Pareciera que acaba de ganar un partido de fútbol, muy dramático.

-!GRACIAS, DIOS! ME GUSTA JUNG WOOYOUNG Y YO TAMBIÉN LE GUSTO A ÉL!-.
La risa de Wooyoung aún se escuchaba, negaba cubriendo su rostro esperando que nadie escuchara los gritos de San; tal vez los pueblerinos que vivían por ahí, pasando su noche tranquilos para de la nada escuchar algo tan extraño a lo lejos como eso; fuera de eso, no era posible que alguien más los escuchara.

De inmediato que terminó de dar sus gritos, corrió de vuelta al menor quien lo esperaba aún sonriendo, y sin pensarlo mucho lo abrazó casi tumbándolo por la rapidez con la que iba corriendo sacándole un quejido, pero aún así lo sostuvo con fuerza; por inercia, Wooyoung se sostuvo de sus hombros abrazándolo, y cuando sintió que San lo abrazó más fuerte solo puedo devolverle la acción rodeando su cuello, aspirando el aroma del más alto.
Hace tantos años que no recibía una abrazó tan fuerte como ese, lo hacía sentirse extrañamente en casa.

-Por favor dime que somos novios-. Wooyoung rió por lo lindo que se escuchó San diciendo eso.
Aunque no lo viera solo asintió y acarició la nuca del más alto, sin querer deshacer el abrazó.

-Tonto, por algo te dije que me gustabas-.
San río con genuina felicidad y lo apretujó más. Ninguno de los dos quería separarse de tan cálido abrazó, y las palabras sobraban en esos momentos.

San se separó solo un poco y conectó su mirada con la del más bajo, Wooyoung no tuvo tiempo de reaccionar cuando este cautivo sus labios con los suyos ahogando un quejido de sorpresa; por un segundo se quedó quieto asimilando que estaba pasando, pero en el momento que los labios de San se movieron, no pudo contenerse a cerrar sus ojos correspondiendo aquí el beso que no supo que estuvo anhelando por tanto tiempo; recordó la primera vez que lo besó, y en definitiva, no había nada que se comparara con el sabor de los labios de San.

El aire fresco, el aroma a campo, el sonido de los grillos, la luz de la luna y las estrellas a su alrededor, fueron los únicos acompañantes y testigos en ese momento.



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Somebody in Namhae (WooSan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora