Wooyoung creía que el home Office era el mejor invento hasta ahora; en realidad no sabía si se le consideraba invento, pero le facilitaba mucho su vida.
Cuando terminó sus prácticas, la compañía en donde las hizo le dio la opción de seguir trabajando con ellos por su gran desempeño, al verlo dudar y no querer que perdiera la oportunidad, le dieron la opción de trabajar en línea. Y que gran opción fue ya que tuvo que irse de la ciudad y pudo continuar con su trabajo.A su madre no le agrado tanto la idea, quizás porque era una persona muy tradicional y quería ver a su hijo trabajando diez horas al día en un traje con saco y corbata, y que regresará a casa con ojeras y oliendo a papel y café viejo. Claramente no fue el caso.
Era un viernes y finales de año, lo que significa que la compañía solicitaba más trabajo de lo normal, por lo qué Wooyoung estaba en su habitación sentado en su pequeño escritorio desde temprano descansando solo cuando necesitaba comer o ir al baño. Así ha sido durante semanas, salía de trabajar de la cafetería en las mañanas y corría a trabajar en su computadora todo el resto del día.
Así mismo, las citas con San habían tenido que parar por eso, dejando muy triste al mayor, quien entendía que era su trabajo, pero extrañaba tanto a Wooyoung que seguía yendo al café solo para verlo unos minutos en su día; Wooyoung también lo extrañaba, pero creía necesario descansar un poco de verse todos los días, no quería asfixiar al mayor con su presencia, aunque era imposible porque ya se habían acostumbrado el uno al otro.
Mientras Wooyoung estaba considerando seriamente en tomarse un descanso siendo ya las seis de la tarde, su teléfono sonó con una llamada entrante. El nombre de San con un corazón morado a un lado apareció en la pantalla. El pelinegro se cubrió el rostro y pensó seriamente en no contestar porque sabía que si lo hacía, se distraería por completo y no podría continuar con su trabajo. Pero su fuerza de voluntad no estaba funcionando en esos momentos y a decir verdad, quería descansar.
Soltó un suspiro y respondió la llamada.-Amor~-. Escuchó el tono meloso del contrario al otro lado de la línea y sonrió un poco estirando su cuerpo.
Después de comenzar su relación, descubrió que San era del tipo de los apodos cariñosos, y la verdad no le molestaba, en realidad le gustaba mucho.-¿Qué pasa, Sannie?-. Dijo ya esperando su típica respuesta durante esas últimas semanas.
-Te extraño-. Ahí estaba; lo increíble para Wooyoung no era que San no se cansara de decirlo, sino que su corazón se aceleraba siempre que lo decía. El también lo extrañaba.- has trabajado mucho ya. Necesito verte-.
-Nos vimos el viernes-.
-Cinco minutos no son suficientes... además es tu cumpleaños-. Wooyoung negó sonriendo, podía jurar que estaba haciendo algún puchero mientras decía eso.
-Ya te había dicho que no quería celebrarlo-. Wooyoung no era del tipo de celebrar su cumpleaños, si le gustaba, pero no era fanático de hacer fiestas o reuniones; simplemente fue a desayunar con su abuela esa mañana y fue todo. Aún que su novio no estaría satisfecho si no lo veía aunque sea un rato.
-Sal-.
Wooyoung frunció el ceño.-¿qué?-.
-Estoy afuera de tu casa-. El menor se levantó de su lugar corriendo a la oficina de su abuelo donde tenían una pequeña pantalla con las cámaras de seguridad. Al vivir sobre la clínica eran necesarias; y efectivamente ahí estaba San, luciendo tan lindo como siempre, usando solamente unos pantalones deportivos y una sudadera gris, parado en la puerta trasera en espera de su amado.
Sólo pudo negar y colgar para apresurarse y abrirle, topándose con esa linda sonrisa y esos ojos gatunos viéndolo con emoción.
-Pasa antes de que te congeles-. Wooyoung aún no sabía cómo hablarle después de iniciar su relación, era su primera vez con novio a fin de cuentas, y para San era muy tierno verlo nervioso sin saber cómo actuar a su alrededor ahora.
El menor cerró la puerta tras de él viendo como este se acercaba a su rostro para molestarlo.-¿así saludas a tu novio después de no verlo por mucho tiempo?-.
Wooyoung solo chistó la lengua y caminó rodeándolo sabiendo que San le seguía el paso juguetón detrás de él. Subieron las escaleras y fueron directo a la cocina.
-No seas dramático-. Wooyoung por fin lo encaro viendo como San seguía con su sonrisa juguetona.
-Si lo soy, me gusta tanto ser dramático como me gustas tu-.
El sonrojo de parte del más bajo no se hizo esperar logrando que San volviera a reír yendo a abrazarlo.
Wooyoung fingió querer apartarse pero al final le correspondió el abrazo, aspirando el perfume tan característico del mayor que lograba relajarlo y cerrar los ojos; de verdad que se habían extrañado aunque se vieran solo 5 minutos al día.-traje donas de fresa con crema batida de la panadería de la señora Kang como regalo-. Wooyoung se separó de inmediato mirándolo con la boca abierta.
-¡Dios! Debiste decirlo antes-. San soltó una leve carcajada al ver como el menor se separaba rápido de él y abría la bolsa encontrando ese delicioso postre que tanto le gustaba.
Wooyoung había puesto café hace unas horas así que ambos se prepararon una taza, y con los postres y bebidas listos, fueron a su habitación.
-¿tu abuela no está?-. Preguntó una vez dentro dejando las cosas en la mesita de noche y sentándose en la orilla de la cama viendo como Wooyoung apagaba su computadora negando.
-Se fue a unas cabañas con mis tíos. Regresan mañana en la tarde probablemente-.
-¿Y por qué no fuiste con ellos?-.
Wooyoung tomó su comida para dirigirse al otro lado de la cama y sentarse junto a él, San se acercó más para estar ahora hombro a hombro.
-Porque tenía mucho trabajo, no quería incomodarlos a todos siendo yo el único encerrado en la cabaña trabajando mientras ellos salían a pasear-. San asintió entendiendo.
Wooyoung prendió la televisión y se dispusieron a buscar algo que ver. Estuvieron debatiendo en si ver una película que se veía muy triste, o de suspenso, de terror no era una opción porque ambos las odiaban; las románticas eran la opción ideal para San, pero Wooyoung quería algo más emocionante.
Al final pusieron una de esa películas que dejan un final reflexivo.Ambos la vieron atentamente y cuando sus donas y café se terminaron, San no pudo contenerse en rodear al menor dándole a entender que se acurrucara en él; Wooyoung no puso peros, estaba muy cansado y recostarse en el pecho de San parecía un descanso perfecto en esos momentos.
Miraban atentos la pantalla, Wooyoung escuchaba los latidos tan tranquilos del corazón de San mientras este jugaba con su cabello sintiéndose muy cómodo hasta que una pregunta invadió su mente.
-Woo-. Dijo casi en voz baja. El menor hizo un ruido con la garganta dándole a entender que lo escuchaba.-¿aún tienes planeado volver a Seúl?-. Wooyoung lo pensó un poco y dejó de poner atención en la película.
Realmente había pasado poco desde que llegó a Namhae, y ya le había contado sus planes a San hace un tiempo, y sabía muy bien que el tiempo pasaba muy rápido.
-Bueno... ese era el plan-.
-¿era?-. San pareció ver un destello de esperanza por eso. El menor levantó su cabeza para verlo mejor. San lo miraba expectante y Wooyoung sonrió tranquilizándolo; conocía ya bien a San como para saber que este ya se imaginaba mil escenarios donde jamás se volverían a ver como en esas películas que le gustaban de romance y drama.
-Mi plan era quedarme aquí un año solo para escapar de la realidad un rato. Pero...-. Hizo una pausa dramática viendo como San se inquietaba, y contuvo una sonrisa.
-¿Pero?-.
-Creo que me enamoré un poco de Namhae-. Dijo viéndolo directo a los ojos. El rostro de San pasó de verse preocupado a completamente emocionado, que como siempre, abrazó con fuerza al menor quien soltó un quejido al sentir todo el peso del más alto sobre él y comenzó a reír.
-¡yo también estoy enamorado de ti, Wooyoung!-. La risa de Wooyoung era amortiguada por el cuello de San, no le quedó de otra que también abrazarlo mientras le decía que lo estaba aplastando, pero San estaba tan emocionando que lo seguía apretujando revolcando a ambos en la cama logrando hacer reír al menor aún más.
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Somebody in Namhae (WooSan)
FanfictionDonde Wooyoung solo quería huir de su monótona vida, y San era el nuevo color. Wooyoung se muda a Namhae, una pequeña ciudad donde vivía su abuela, y donde tenía buenos recuerdos con ella y su esposo quien lo consideró como un verdadero abuelo duran...