2. Historia no prevista

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-¿tu abuela no te regaño?-.

-Mi abuela jamás se ha enojado por cosas así. Ni siquiera lo hacía con el señor Lee-. Wooyoung limpiaba las tazas mientras hablaba con su compañero y amigo de trabajo, Yeosang.
Se conocieron apenas llegó a Namhae.

Su abuela, tenía una pequeña cafetería en el edificio donde vivían.
Años atrás cuando la abuela Jung se casó con con el señor Lee, este poseía de una pequeña clínica de 3 pisos, ya que él era doctor. Con el paso del tiempo y la edad ya pesando en sus espaldas, decidieron irse a vivir ahí, adaptando el segundo y tercer piso como su casa, ahora siendo su lugar de trabajo la planta baja, donde estaban sus consultorios y un pequeño local que fue rentado por estilistas por un tiempo, y ahora por una cafetería. Su abuela siendo psicóloga, ya no tenía que recorrer tanto camino para llegar a su lugar de trabajo, solo bajaba las escaleras y ya estaba lista.
Así mismo cuando Wooyoung llegó, había un puesto disponible en esa cafetería, algo también muy conveniente para él, que de igual manera, solo bajaba las escaleras del edificio, cruzaba el largo pasillo de la clínica y salía a la entrada principal doblando a la derecha llegando al Café.

Ahí conoció a Yeosang hace ya un mes conectando muy bien con él volviéndose amigos muy fácilmente. Y claro que le había contado de su primera fiesta en un lugar desconocido, con gente que tampoco conocía.

-Ella solo dijo que Gaeul me trajo casi cargando... bueno ella no, su novio en realidad-. Siguió contando su experiencia mientras Yeosang sonreía con picardía.

-¿y no supiste entonces como se llamaba el otro chico?-. No pudo evitar también contarle de ese beso, no estaba muy orgulloso de ese suceso a decir verdad; estaba tan avergonzado de haber besado a un desconocido, no lo recordaba y además jamás había besado a alguien de esa forma, así que no quería darle tanta importancia porque ni siquiera recuerda el rostro del chico, solo sabía que recordaría sus ojos por siempre.
¿Qué estaba pensando?.

-Yeosang, prefiero no hablar de eso. No vuelvo a tomar tanto en mi vida, y tampoco besaría a alguien desconocido de nuevo. Fue un error y nunca paso, ¿okay?-. El joven castaño levantó sus manos en señal de paz y asintió calmando a su amigo.
-Tampoco se te vaya a salir decirle a mi abuela. No se enojaría pero prefiero que nadie más lo sepa-.

-Tranquilo, tu secreto se queda conmigo-. Puso un candado imaginario en su boca y fingió arrojar la llave, sacándole una risa al pelinegro quien negó y siguió con su trabajo.

La campana de la puerta sonó anunciando la llegada de un cliente, así que Wooyoung se dirigió al mostrador listo para atender.

-Hola, bienven— -. Sus palabras fueron cortadas al ver de quien se trataba.
Lo sabía, sabía que jamás podría olvidar esos ojos. Pero, ¿era realmente él? No creía posible que hubiera más personas con una mirada como esa en todo el mundo, o al menos en la pequeña ciudad de Namhae.

El chico parecía igual de sorprendido que Wooyoung, ambos se miraban sin decir nada con la misma expresión pasmada en sus rostros. ¿Acaso él si lo reconocía?.
Wooyoung negó y con manos y voz temblorosas preparó la computadora para tomar la orden.

-¿en que te puedo ayudar?-. Agradeció que su voz no sonara tan nerviosa como él se sentía, y evitó el contacto visual por unos segundos pero volvió a verlo, y es que, era imposible no mirarlo; como deseo volver en el tiempo, estar sobrio y apreciar más a ese chico frente a él, porque maldita sea, si que era guapo. Piel canela, ojos negros, hombros anchos, musculoso. Dios tenía favoritos claramente.

El chico pareció salir de su pequeña burbuja de igual manera y dejó escapar una pequeña sonrisa de lado que pareció más para sí mismo.

Tardó unos segundo en responder, poniendo más ansioso a Wooyoung, y aún sonriendo contestó.-Un café americano grande para llevar, por favor-. Era él. Podía recordar también su voz.
Wooyoung sacudió su cabeza alejando esos pensamientos y anotó la orden con rapidez deseando que la tierra se lo tragase ahí mismo.

-¿A nombre de quien sería?-.Continuó listo para anotar, ahora si evitando mirarlo lo menos que podía.

-San-. Wooyoung pensó que era un lindo nombre.

-Serían cinco mil wones-. Espero a que el chico sacara el dinero y se lo extendió, volviendo a conectar miradas, ahora este lo miraba con los ojos entrecerrados. Podía jurar que estaba aguantando alguna sonrisa traviesa que se le quería salir.

-te conozco, ¿no?-. Diablos.

Wooyoung tartamudeó un poco antes de hablar.-¿perdón?-.

-Te conozco. No podría olvidar jamás a alguien como tú-. Wooyoung sintió sus piernas temblar y sus oídos zumbar. Si lo recordaba. ¡Dios! quería desaparecer. Ambos aún sostenían el dinero, así que Wooyoung solo lo jalo con un poco de fuerza quitándoselo de las manos y sintiendo la ansiedad correr por su cuerpo.

-Tu orden estará en 10 minutos-. Le extendió el ticket sin saber si lo recogió o no, y corrió a la puerta que daba a la pequeña cocina con el propósito de esconderse. Ahí comenzó a sacudirse, saltar e incluso, comenzar a gritar en silencio. ¿Cómo era posible de que en todos los cafés que había en ese lugar llegara a ese, y justo después de tal suceso como lo fue un beso prohibido?; o así lo pensaba él. De verdad que Wooyoung estaba entrando en crisis por algo que parecía tan simple, pero tan nuevo en su vida.

Su pequeño escándalo silencioso fue interrumpido por Yeosang entrando con lentitud al lugar aún con su boca abierta; porque si, él presenció todo, y se encargó de preparar el café del chico quien ahora estaba en la mesita de afuera bebiéndolo con total tranquilidad.
-¿qué acaba de pasar?-. Ignoro el hecho de que Wooyoung se veía tan gracioso despeinado.

-Dime que ya se fue-.

-Claro que no. Esta en la mesa de afuera sentado-.

-Dios mío, me voy a desmayar-. Wooyoung se sentó en el piso recargándose en la pared y cubrió su rostro respirando con lentitud como le dijo su papá que hiciera.

-Espera, ¿de verdad es él? Porque si es así, amigo, te recomiendo salir y decirle que se repita-.

-¡Yeosang!-.

-¿no lo viste, Wooyoung? Ese chico parece sacado de un drama, y mas la forma en como se encontraron. Y ni hablar de como se conocieron-.

-Pues esto no es un drama, tonto. Esto es vergonzoso-. Juraría que se podía poner a llorar ahí mismo. El solo quería tranquilidad en su tiempo ahí.

-No es para tanto, Wooyoung. Solo sal y actúa como si nada pasara-. Que fácil se escuchaba. Aunque tenía algo de razón el castaño. Wooyoung pareció pensarlo y soltando un largo suspiro asintió; debía estar relajado. No es como si el chico, quien al parecer se llamaba San, lo esperaría toda la mañana ahí.


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Somebody in Namhae (WooSan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora