Con el tiempo, Felix y Hyunjin comenzaron a abrirse más el uno al otro, compartiendo no solo los buenos momentos, sino también los malos. Hablaron de sus miedos, de los traumas que todavía los acechaban, y de cómo las sombras del pasado todavía intentaban infiltrarse en su nueva vida. Pero al hacerlo, encontraron una fuerza en su relación que no habían anticipado.
Una tarde, mientras paseaban por un parque cercano, Hyunjin se detuvo de repente y miró a Felix con una expresión seria.
Hyunjin: Felix, he estado pensando... No quiero que mi pasado nos controle. Quiero seguir adelante, contigo, pero también quiero enfrentar esos fantasmas de una vez por todas.
Felix lo miró con comprensión, sabiendo exactamente a lo que se refería.
Felix: Estoy contigo, Hyunjin. Si eso es lo que necesitas para sanar, lo haremos juntos.
Hyunjin asintió, sintiéndose más seguro sabiendo que Felix estaba a su lado. Decidieron visitar a un terapeuta, alguien que pudiera ayudarlos a procesar todo lo que habían pasado. Fue un proceso difícil, lleno de lágrimas y recuerdos dolorosos, pero también fue un paso crucial hacia la verdadera libertad emocional.
A medida que avanzaban en su terapia, Hyunjin comenzó a entender que aunque su pasado siempre sería parte de él, no tenía que definir su futuro. Y Felix, al estar a su lado, le mostró que no estaba solo en esa lucha.
