Capítulo 3

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«La paciencia tiene un limite»

Brandon Bonardi.

- Hanna, cual es tu mayor sueño- pregunta la tía Mei.

- Quiero ser una famosa pianista. - responde Hanna muy entusiasmada.

- Y lo serás mi niña bonita.

- Tía, lo siento por no haberte querido antes, ahora sí te quiero.

La tía Mei se echa a reir y la abraza - Yo también Diablita.

- ¿Por qué siempre peleas con Brandon? - la sienta en sus piernas.

- No sé, siempre quiere contarle todo a mi tío Max como un sapoto.

- ¿Sapoto? - se rie a carcajadas.

- Si... un sapo grande y feo.

- Sabías que los sapos se convierten en príncipe azules.

- Él se convertirá en un ogro cuando sea besado.

- ¿Que te tiene así tan ido, Brandon? - Me interrumpe Julieta, mientras me fumo un cigarrillo al tiempo que ella acaricia mi pecho.

- No es importante, ¿Que información me tienes? Por qué no creo que solo hayas venido a meterte mi polla.

- Careces de delicadeza Brandon. - Julieta se molesta y se aparta de mi para levantarse de la cama, busca una sobre en su cartera y me lo entrega.

- Esto son los hospitales que han tenido desapariciones, al parecer son las pandillas de la noche oscura, han ido de ciudad en ciudad haciendo los que les venga en gana.

Imbéciles.

Solo son un grupo pequeño e insignificante, que se están metiendo en mi territorio.

- Brandon no son un simple grupo pequeño - dice Julieta cómo si leyera mis pensamientos.

- Tráeme más información, ahora.

Ella asiente, se viste y me deja a solas observando a los cuatros hombres de la foto, y con el cigarro le enciendo la cara a uno mientras maquino como los mataré a todos.

Sus juegos sucios están haciendo que la policía ronde más de la cuenta por mi territorio y no me lo puedo permitir. Nadie dice quiénes somos y lo que hacemos. Hemos trabajo bajo perfil desde que mi papá encendió una ciudad entera para recuperar a Annette hace varios años atrás en Inglaterra.

Cuando llego a mi casa, encuentro a Hanna revisando el correo, entre los sobre encuentra lo que estaba buscando, deja los demás en la mesa donde está un matero y se sienta a tomar el desayuno junto con Brittany, ambas están concentrada en ver lo que contiene los sobres y empiezan a gritar de la emoción.

- No tenemos tiempo, debemos arreglarnos ya mismo - Dice Brittany, mientras se levanta y se apresura en darle el último mordisco a su sándwich.

Ambas se levantan y camina hacia la salida de la cocina donde obviamente se encuentran conmigo.

- Buenos días Brandon - me saluda Brittany - Buenos dias - le respondo sin mirar a Hanna.

El Heredero de LuciferDonde viven las historias. Descúbrelo ahora