«Lo acepto, me he enamorado de la bestia»
Hanna Volkov.
Después de otra larga espera, el médico regresa a informarnos que solo una sola persona podrá pasar a verlo, la emoción invade mi pecho, una sonrisa de alivio se dibuja en mi rostro. Apesar de que aún Brandon está en esa línea floja, aún no nos dan esperanza, pero yo en el fondo si siento que el se mejorará, se levantará y volveremos hacer el agua y aceite.
Sería capaz de seguir siendo como el gato y el ratón después de la maravillosa follada que medio está noche, lo dudó, sé que después de hoy nada será igual.
— Julieta, como tú eres la novia de Brandon, te dejaré pasar primero, quizás si le hablas y te escucha pueda mejorar. — mi tío Grabielle me ha dado donde más me duele, un golpe de decepción golpea mi espalda haciendo que un resoplido de dolor salga por mi boca, camino con pesadez hasta las sillas de metal gris. Tomo asiento con un nudo acribillandome la garganta.
— Diablita.. deberías ir a casa, recuerda que tú también estuviste hospitalizada, y también deberías tomar un ducha y quitarte esa sangre de encima. — Susurra Mi amiga Brittany para nosotras dos, se me ha acercado al notar mi estado de desasosiego.
En eso también se une Bruno agregando — Te llevaré a casa Hanna.
Asiento, me levanto suspirando y me despido de todos.
Los tres llegamos a la casa, Brittany y Bruno se encierran en su lecho de amor mientras yo me quedo un rato pensativa con la mano en la manija de mi puerta, volteo al fondo, donde se encuentra la habitación de Brandon y sin pensarlo mi cuerpo toma vida propia yendo hasta allá.
Abro con cuidado como si no quisiera que un Brandon, gruñón imaginario me encontrase entrando en su cuarto.
Detallo la cama tendida, luego miro hacia su televisión de noventa y siete pulgadas, camino hacia su clóset y su ropa toda de color negro, todo lo que se mira en su habitación es oscuro como su alma. Abro los cajones y encuentro camisas nuevas dentro de su empaque del mismo color.
Sus perfumes organizados por tamaño, los relojes, cadenas y anillos.
Me voy a su baño y huelo su shampo tan varonil, lo agarro y me lo llevo a mi habitación. Me deshago de la ropa arrojandolo a la caneca de basura.
Cerrando los ojos siento como el agua pasa por mi cuerpo, borrando todo el desastre de esta noche, me aplico el shampo de Brandon en mi cabello y mis fosas nasales se inunda de su aroma, olor que me hizo viajar en el momento que olí su cabello al bajar mi hilo de encaje. Brandon me follo como nunca, su agarre y precisión fueron excelentes.
Siento mi vagina palpitar de nuevo, agarro mi vibrador que deje la última vez, y me siento en la bañera, Joder, me siento tan caliente de solo recordar las fuertes embestidas de Bruno dentro de mi coño cachondo.
Abro mis piernas y masajeando un pezón me introduzco el vibrador dentro de mi.
— !Aah! — se siente tan jodidamente exquisito.
Muevo mis caderas al tiempo que entra y sale de mi, cerrando los ojos con fuerzas, imaginando que es él, quien toca mi cuerpo, quien lo ha incendiado de tal manera que busca en apagar la fuego con un vaivén preciso.
Descargo con una electricidad que me envuelve y apreta el vibrador con fuerzas. La sensación es tan lascivo que me arranca la respiración.
— ¡Aahh! Brandon, te deseo.
Las lágrimas vuelven a salir de mis ojos, mi respiración busca para calmarse, y mi mente es un bullicio de palabras y recuerdos con la Bestia.
Una vez lista salgo de mi habitación, me encuentro con Bruno y Brittany que van devuelta al hospital, me agarro del brazo de mi amiga y nos vamos todos de regreso a ver a Brandon.
ESTÁS LEYENDO
El Heredero de Lucifer
RomantikBrandon Bonardi, hijo de Gabrielle heredero de la mafia griega, quien de pequeño se ha enamorado de Hanna Volkov, siendo ella su única obsesión, ¿debería verla como una hermana o una prima? si pero él no lo acepta, no acepta verla como tal, ya que H...