Capítulo 16

26 1 0
                                    

«Lo prohibido siempre es más tentador y más emocionante»

Hanna Volkov.

Me levanto de la cama de Brandon con cuidado de no despertarlo, miro la hora a mi derecha y son las 5:00am de la mañana, debo levantarme ya que hoy me encontraré con Otto, quisiera quedarme y seguir envuelta en los brazos fornidos de Brandon, seguir sintiendo su calor en esta fría mañana.

Santa Mierda, el es todo una tentación.

Me apresuro en abandonar la cama o si no, no podré hacerlo después, cuando me levanto siento un dolor placentero entre mis piernas, jamás pensé que Brandon fueran tan activo, fue orgasmo uno tras otro. Me sentía desvanecer.

Me miraba como nunca lo había echo, su mirada me arropaba, me abrigaba, era cálido pero también lujuriosa, lasciva. Sus ojos ardiente derretía mi cuerpo como un aceberg apunto de colapsar bajo una bola enorme de fuego intenso.

Entro directamente al baño, me miro al espejo y sonrió por mi rostro, luzco más radiante y mucho más hermosa, de pronto me veo en el cuello unos moretones.

- ¡Mierda! - expreso recordando cuando Brandon me tenía atrapada, succionando mi cuello y derritiéndome bajo su dedo acariciando mi clitoris.

No me molesta en absoluto, pero si me preocupa, todavía están mis tíos aquí en la casa, en especial mi tío Max, para el soy una santurrona que solo se dedica a tocar el piano.
¡Joder! Si supiera que me gusta que me traten como una puta, que me agarren y me azoten, me griten vulgaridades y me haga gritar como una actriz porno.

Después de la ducha rebusco en mi clóset un vestido de cuello largo de color negro, me pongo una chaqueta jeans y unos tennis blanco. Me coloco una cadena dorada bastante larga en forma de corazón e igualmente los aretes que se tapan sutilmente con mi cabello suelto, por último me baño en perfume para luego bajar las escaleras.

Cuando estoy apunto de salir se me acerco mi tío Alessandro.

- Diablita, ¿Para donde vas tan preciosa? - me da un caluroso abrazo.

- Tío, hoy veré... - De pronto mis ojos miran unas piernas bajando las escaleras, subo la visto y veo su pecho desnudo para finalizar en la mirada de Brandon... Al verlo bajar semidesnudo un pequeño cosquilleo acaricia mi entrepierna.

- ¿A quien verás? - mi tío pregunta más curioso que nunca, haciendo que vuelva a tener mi mirada sobre él y esbozado una sonrisa nerviosa, respondo - Mi novio, veré a mi novio.

Otto no es mi novio, es una mentirita para quitar las sospechas entre Brandon y yo, ya que la bestia no disimula cuando está cerca de mi, es como si quisiera que todos se enterasen que follamos y eso me pone nerviosa.

La mirada de Brandon se oscurece, sus pasos se vuelven rígidos y su rostro, santa rabia, es como si me quisiera asesinar, los nervios recorren todo mi punto sanguíneo hasta llegar a mi cerebro quien grita, Advertencia.

- Vaya, diablita ya era hora... Maximiliano y yo pensábamos que ibas a ser monja - Bromea mi tío y yo me río hasta que la risa desaparece cuando Brandon se posa al lado de él.

- Diablita por que no lo invitas a la casa, estamos ansiosos por conocerlo - Sugiere Brandon con sarcasmo, su mirada me acribillan como dos aceros punzantes, detalla mi rostro para culminar en mi cuello cubierto.

- No se.. es que. - Las palabras salen como una mina de piedras, raspando las paredes vocales.

- Vamos, diablita, tráelo, hoy tendremos una cena familiar sería agradable conocer el muchacho que te gusta.

El Heredero de LuciferDonde viven las historias. Descúbrelo ahora