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𝐚𝐝𝐯𝐞𝐫𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚𝐬: sexo sin protección, súplicas, leve negación del orgasmo
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Estabas en tu habitación mirándote en el espejo tu disfraz de Halloween. Estabas vestida como un ángel, uno sexy. Tu teléfono comenzó a sonar. Era Sarah. Respondiste. — Hola Sarah — dijiste. — ¡Hola! ¿Dónde estás? —, preguntó Sarah con una risita. — Lo siento, me tomó un poco de tiempo conseguir que mi disfraz quedara como quería. Pero me iré en unos minutos —. Te reíste.
— ¡Muy bien! — Sarah se rió entre dientes — Una pregunta — dijiste. —¿Sí? — preguntó ella. — ¿Rafe va a estar allí? —'dijiste esperando que la respuesta fuera no. Tú y Rafe se odiaban. Nunca pudiste soportarlo. Siempre intentaba hacerte enojar o insultarte o alguna mierda así.
—:Sí... creo que se queda — Suspiró. — Mierda... — dijiste. — Pero eso no te impedirá venir, ¿verdad? —preguntó Sarah un poco preocupada.
— Yo... no, por supuesto que no... —Te reíste un poco. — Está bien. Lo siento. Son solo Topper y Kelce, así que sé que eso haría que se quede — dijo. —Lo sé... — suspiraste.
— Bueno... ¿Te veo pronto? —preguntó Sarah. — Sí... — dijiste. —Está bien, adiós —. Sarah se rió entre dientes. — Adiós — colgaste.
Genial... Rafe Cameron estará allí para hacerte enojar. Querías ir porque las fiestas de Sarah siempre eran divertidas y querías verla. Incluso eras amiga de Topper y Kelce, pero... no de Rafe. Lo odiabas y el sentimiento era mutuo por él.
Guardaste el teléfono en tu bolso y saliste bajando las escaleras. Pasaste por delante de tu padre en la cocina mientras te dirigías a la puerta principal. — ¿Vas a ir a tu fiesta de Halloween ahora? — preguntó tu padre. — Sí — asentiste con una pequeña sonrisa. — En casa de Sarah, ¿verdad? — preguntó tu padre. — Sí... También voy a dormir en casa de Sarah después de eso, ¿recuerdas? Hemos planeado esto durante una semana — te reíste.
— Ah, claro — se rio tu padre — Bueno, diviértete. Envíame un mensaje cuando llegues — dijo él. —Bueno, te quiero — dijiste tú. — Yo también te quiero, cariño — dijo tu padre. — ¡Te quiero, mamá! ¡Nos vemos mañana! — gritaste mientras salías por la puerta y te ibas.
