⚜𝐈𝐕

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La habitación estaba iluminada solo por la suave luz de las velas, que proyectaban sombras danzantes sobre las paredes de piedra. El aire era denso, cargado con la fragancia de incienso y el murmullo lejano del mar golpeando los acantilados. Daelina se encontraba frente a Lucerys, sus grandes ojos violetas fijos en él con una intensidad que contrastaba con su habitual reserva. El príncipe, acostumbrado a ver la serenidad en su expresión, se quedó desconcertado ante la súbita determinación que emanaba de ella.

—¿Qué quieres que te explique qué? —Lucerys finalmente rompió el silencio, su voz cargada de sorpresa y confusión. Había escuchado muchas cosas a lo largo de su vida, pero nunca había esperado esta petición, y menos viniendo de Daelina.

—Solo quiero saber qué es. Aparece en todas las hojas de este libro, parece ser importante —respondió ella, su voz suave pero firme mientras le extendía el libro. El cuero rojo desgastado del volumen parecía pulsar en sus manos.

Lucerys tomó el libro con cautela, y al leer unas pocas líneas, sintió que su corazón se detenía por un instante. Sus ojos se abrieron de par en par al comprender el contenido de las páginas. —¿De dónde sacaste esto? —preguntó, su voz un susurro cargado de incredulidad, mientras pasaba los dedos por las letras que describían sin tapujos lo que ninguna dama de la corte debía saber tan joven.

—Estaba en la biblioteca, a la vista de todos. Pero ¿vas a decírmelo o no? —Daelina volvió a insistir, sus palabras cortando el aire tenso entre ellos. No había rastro de vacilación en su voz, solo la curiosidad de quien busca desesperadamente respuestas.

Lucerys soltó un suspiro profundo, levantando las manos en un gesto de rendición. —No deberías saberlo aún —murmuró, su mirada clavada en las llamas de la vela, como si buscara en ellas la forma de evadir aquella conversación.

Daelina frunció el ceño, una expresión que rara vez se le veía. —Mi madre probablemente me case con algún viejo, así que quizás nunca lo descubra por mí misma —dijo con amargura, y en sus palabras se percibía una mezcla de frustración y resignación.

Lucerys la observó en silencio, luchando entre la razón y el deseo. —No está en mí explicártelo entonces —respondió, su tono más firme esta vez, como si intentara cerrar la puerta a aquella conversación.

Daelina, sin embargo, no estaba dispuesta a retroceder. Dio un paso hacia él, acortando la distancia que los separaba. —Si no puedes explicarlo, entonces muéstramelo —su voz, apenas un susurro, resonó en la habitación como un desafío directo. Lucerys sintió un estremecimiento recorrer su espalda al oír esas palabras. Los ojos de la joven estaban llenos de una determinación que no había esperado encontrar en ella.

—Sigues siendo una mocosa después de todo —dijo Lucerys, intentando disipar la tensión con una risa nerviosa, rodando los ojos como si la situación pudiera resolverse con una broma, después de todo, dicha joven seguía siendo tres años menor que el, era normal que no midiera sus palabras. Pero cuando volvió a mirarla, vio la seriedad inquebrantable en su mirada, borrando cualquier rastro de sonrisa de su rostro.

—Espera, ¿lo dices en serio? —preguntó el príncipe, ahora con más seriedad en su voz, como si esperara que Daelina se retractara de lo que acababa de decir.

—¿Por qué no lo haría? —replicó la princesa, su voz firme y sin titubeos. La distancia entre ambos se había reducido tanto que Lucerys podía sentir el calor que emanaba del cuerpo de Daelina, una sensación que lo hizo sentirse vulnerable y expuesto.

Lucerys dio un paso más cerca de ella, inclinándose ligeramente para estar a su altura. —¿Por lo menos sabes la índole de lo que me estás pidiendo? —su voz se volvió un susurro grave, y sus ojos, antes llenos de sorpresa, ahora la miraban con una mezcla de deseo y cautela. Daelina, que siempre había visto a Lucerys como un aliado, como alguien a quien no debía temerle, nunca antes se había dado cuenta de lo imponente que era, lo mucho que la superaba en altura y fuerza.

𝐑𝐎𝐘𝐀𝐋𝐓𝐘 - Lucerys VelaryonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora