Rutina

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Una mano en mi nariz me despertó de mi sueño, rápidamente abrí los ojos y vi al culpable, -buen día pequeño monstruo- le dije al pequeño que me miraba fijamente sonriendo con su chupete en la boca, ganaste esta vez, pero hoy si dormirás abajo pensé, así que procedí a levantarme y preparar el desayuno, en cuanto me levante de la cama, el joven infante me extendió los brazos, vaya que se te esta haciendo una costumbre, y mi espalda lo va a pagar, ya que si bien no era muy pesado, es mas era muy liviano, pero no era lo mismo que un bebe real, así que me pesaba un poco tenerlo en mis brazos, pero si ni lo hacia, me veía con ojos llorosos, y lo que menos quería era enfrentarme con llantos y berrinches de niño, así que lo cargue, y bajamos hacia la sala, donde lo puse en su sillón, y rápidamente prepare un biberón, ya que supuse estaría hambriento, y yo también, así que le prepare leche con un poco de azúcar y de inmediato la tomo, -calma pequeño, nadie te la va quitar- le dije tratando de apaciguar sus ansias en tomar la leche, por lo que lo deje y me fui a preparar mi desayuno, mientras cocinaba huevo revuelto me puse a pensar en si esta seria ya la rutina que tendría que seguir mientras su "mente" crecía poco a poco, me pregunte en todo lo que me tendría que esperar o si en algún momento el recobraría la memoria por lo menos de manera parcial, o si seria una mente en blanco nueva a la que tendría que enseñarle todo desde 0, igual me pregunte si ya podría enseñarle a caminar, eso me hacia las cosas mas fáciles, y ahora que ya sabe pronunciar unas palabras podría tratar de estimular su mente para que recuerde mas rápido el hablar, o algo así, realmente no sabia mucho del tema, pero lo que si sabia era que esto tardaba mucho tiempo, casi años, y que si realmente acepte el tenerlo aquí y cuidarlo por lo menos hasta que su conciencia regrese, tendría que adaptarme a una rutina nueva, mis pensamientos se interrumpieron cuando escuche un golpe de algo que había sido lanzado, rápidamente fui a ver lo que había caído y era el biberón del pequeño monstruo que tenia, -Niño porque hiciste eso, no se avientan las cosas- le dije y lo mire serio, pero el simplemente me miraba con una sonrisa, y casi apunto de reírse, como si supiera que eso me molestaba, -No te rías niño, en esta casa hay reglas, y tienes que acatarlas, aunque no sepas lo que digo- le dije, pero solo reía y tomo su mordedera que estaba a un lado suyo y la aventó mientras yo limpiaba lo poco que salpico de la leche del biberón, pero mala fue mi suerte que  la maldita mordedera me pego en la cabeza, suficiente grite, levante su juguete, puse las cosas en la mesa y me dirigí a el ya algo harto, me había dolido el golpe, -Fer, esto es intolerable, tienes que aprender que hay consecuencias de tus actos jovencito- y aunque el me seguía mirando con un poco de risa, no iba a tolerar que le gustara o que se divirtiera golpeando a los demás, y que en su antigua vida eso es lo que fue, un busca pleitos, y un golpeador, pero en mis manos estaba que no se repitiera eso, así que lo tome y le baje el pantalón de pijama y le desate el pañal que tenia, lo puse en mi regazo y con su trasero a la vista le di una nalgada, -No se golpea a los demás niño!-, le di una segunda y el ya había empezado a llorar a mares, no quería lidiar con un berrinche suyo pero si tenia que corregirlo lo haría, -No se avientan las cosas Fer!-, le dije y en total le di 5, supongo que en parte igual se las di porque no quería que volviera a ser el patan que era antes, y como en mis manos estaba el corregirlo, pues lamentablemente esa fue la decision, así que después de dejarle el trasero rojo, simplemente lo senté en mis piernas y para tratar de consolarlo y de tranquilizarlo, lo abrace fuertemente, -Ya paso pequeño, ya paso- le dije, mientras el simplemente se calmaba poco a poco, escuchándose solo pequeños suspiros mientras lo abrazaba, le bese la frente, para mostrarle mi cariño y le entregue el chupete, que recibió mas calmadamente, y después de tanto llorar, simplemente se durmió, supongo que se agoto de tanto llorar, me dije a mi mismo, así que lo acoste en el sillón y le coloque el pañal solamente, ya que hacia calor y no quería que se sintiera incomodo, simplemente lo vi tranquilamente dormir después del desastre que hizo, supongo que tendré que criarlo y educarlo en todos los sentidos, sonreí, y fui a terminar de desayunar, vaya que esto sera difícil........

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Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora