Furia

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Y ahí estaba la aplicación, libre de toda censura, y yo entre el bien y el mal de revisar la intimidad de mi hija difunta, pero sigo siendo su padre, y se que ella lo entendería, así que aun con dudas abrí la aplicación, solo para encontrarme con pocos chats pero dos me llamaron la atención, el mio y el de Fer, primeramente abrí el mio, quería recordar esas palabras que me decía cada que salía, los numerosos "te amo" que me mandaba, y nuestras absurdas conversaciones, fue hermoso recordar, esto es un tesoro, me dije a mi mismo, pero quedaba 1 chat que me interesaba, el de Fer, si bien ya sabia que el era un patan en ese entonces, quise esperar encontrar algo de bondad en alguna conversación que alguna vez haya tenido con ella, así que decidí abrirlo, pero de verdad esto no me lo esperaba, miles y miles de mensajes y conversaciones entre ellos de esta manera

-Amor de verdad perdóname, no era mi intención era solo un amigo que me saludo, pero no le volveré a hablar, solo te amo a ti- decía ella con numerosos emojis de corazón roto

-Eres una puta, solo vendiéndote a quien sea y ofreciéndote en frente de todos, eres una fácil, sabia que no era el único, no quiero que vuelvas a hablarle a ese imbécil, o si no te golpeare peor que la ultima vez entendiste zorra?- era su mensaje, no podía creer el nivel de ruin que era, un maldito bastardo, mi furia empezaba a subir mas y mas 

-Si amor lo entendí, solo te amo a ti, no me dejes por favor!- decía ella con emojis de tristeza, no podía creer lo dependiente que era de él, me enojaba que no abriera los ojos, pero seguí leyendo

-Quiero una prueba de que eres solo mía, mándame una foto de ti desnuda, ahora!- dijo él, por dios no podía creer el nivel de salvaje que era este tipo, mis puños se cerraban cada vez mas fuerte 

-Pero amor, estoy en medio de una clase- decía ella, me enojaba su sumisión 

-Ve al baño, rápido o si no te dejo por zorra!- dijo el, no podía mas pero tenia que seguir 

-Ok amor- dijo ella, mi hija pobrecita encerrada en un mundo así y yo ni en cuenta, me dije, pero al bajar mas la conversación no pude evitar ver la foto de ella, la que le había mandado a ese imbécil, su cuerpo, la manera de ella exponiéndose ante el, comencé a llorar de rabia

-Muy bien perrita, esta foto la voy a guardar muy bien, y si vuelves a hablar con otro idiota se la mandare a todos incluido a tu padre, tal vez hasta el la guarda también y la usa para relajarse un rato- dijo con emojis de burla, esto era suficiente 

SUFICIENTE!- grite, explote, la rabia que tenia salió de mi, avente el teléfono hacia un rincón, y empece a híper ventilar, esto era demasiado, era un monstruo, un tipo vil y cruel, enfermo y pervertido, rápidamente recordé que lo tenia en mis manos, por un momento mi odio interior me controlo, y me dirigí hacia el, hacia el otro cuarto.

-Mirate! durmiendo tranquilamente, cuando fuiste la pesadilla de mi hija, mi pobre niña tuvo que soportarte a ti, y ahora yo te estoy cuidando, podrás ser un niño mentalmente, pero no tolerare el no hacer nada, lo que vi no tiene perdón, tu no tienes perdón- le dije en voz alta, queriendo atraer su atención pero el solo se movía y después abrió los ojos despacio, pero no pude soportar mas y lo tome, lo cargue, era tan liviano, que lo jale demasiado fuerte, haciendo que se despertara de inmediato, pero mi enojo pudo mas y simplemente evite mirarlo y baje hacia el lugar que el ya conocía, el sótano 

-Debí dejarte morir aquí de hambre, como pudiste engatusarme a mi también, sigues siendo el mismo vil y cruel monstruo!- le decía gritando de rabia, cuando llegue al sótano abrí rápidamente y aun había una almohada en donde lo tenia, así que lo tire sobre ella, note que solo un quejido de dolor y se lastimo un ojo, ya que inconscientemente se llevo su mano hacia su ojo, como señal de dolor, pero estaba tan molesto conmigo mismo por no darme cuenta de lo horrible que era el, de que no pude salvarla y ademas de que lo cuidaba como si fuera un hijo, lo mire a los ojos con furia y el me miro con su solo ojo lloroso, pero aun sin llorar, ya que su otra mano la tenia en el otro

-Ni se te ocurra chillar bastardo, que sino será peor para ti, y mas doloroso- le dije antes de que hiciera cualquier ruido 

-Dime! Dime 1 sola razón para no llamar a la policía y que te liquiden!, dime solo una razón para no tomar ese teléfono y hacer que pagues!- le dije frente a el, agachándome para hacerlo frente a frente pero el solo me miraba confundido y con su rostro rojo a punto de llorar, pero aun no lo hacia

-Habla maldita sea! deja de ser un niño y sé un hombre y dime!- le grite aun más fuerte frente a él, haciendo que sé quebrara y empezara a llorar

-Ah no te lo dije- y le puse mi mano en su boca apretando, no me importaba que le doliera, tenia que dolerle, aunque pareciese que igualmente le apreté muy fuerte su nariz ya que simplemente se desvaneció, como si se desmayara, lo deje recargado en la pared y subí, quería llamar a la policía y que todo esto se acabara, pero recordé que yo también había cometido el delito de secuestrarlo por así decirlo, y me interrogarían el porque lo tuve tanto tiempo y en buenas condiciones, la recompensa no me importaba ya que dinero si tenia, pero quería que el pagara, pero después de un tiempo decidí pensarlo mejor y olvide la idea de llamar a la policía, no podía arriesgarme a que a mi me arrestaran, y no tendría argumentos para decir el porque el ahora es así, con una mentalidad infantil, así que decidí sentarme en el sillón y pensarlo, el odio en mi seguía mas y mas, así que decidí lo inevitable, subí a la recamara y en la caja fuerte tome mi arma, sabia que seria un asesino, pero la furia me seguía consumiendo, así que baje, abrí el sótano, y ahí estaba el, ya había reaccionado, se estaba chupando el dedo, esto será lo mas fácil del mundo, me dije a mi mismo, y baje mirándolo fijamente, el noto mi presencia y me miro a los ojos, pude notar que su ojo lastimado estaba ligeramente morado, sonreí burlandome de sus heridas, y le apunte, cerré mi ojo para no fallar la puntería, y solo quería verlo una vez mas, pero.....

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Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora