Consuelo

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Pero la ultima vez que lo vi, cuando estuve a punto de terminarlo y matarlo, el simplemente intento copiar mi postura, tomo sus manos e imito con sus manos una pistola, me miro e igualmente cerro un ojo, solo teniendo su ojo lastimado abierto, y una sonrisa, pero no una vil, sino una de alegría, de juego, y ahí lo comprendí, el en su mente infantil pensé que estaba jugando con el, e intento imitarme a modo de seguirme el juego, fue en ese preciso momento que mi mente se aclaro, de nuevo vi la realidad sin cegarme del odio, y de inmediato baje el arma

-Que diablos estoy haciendo!- me grite a mí mismo, furioso pero ahora conmigo, así que simplemente me agarre la cabeza con mis manos tallando mis ojos, y mire al pobre pequeño, aun jugando 

-Perdoname bebe, perdóname pequeñín!- le grite con lagrimas en los ojos, pero trataba de verme fuerte, así que lo tome pero ahora con delicadeza y puse mi brazo en su trasero, para que su rostro me quedara de frente al mio y lo observe mejor, su ojo estaba algo hinchado, y tenia rastros de lagrimas secas, su cabello estaba hecho un desastre y evidentemente con mi brazo comprobé que su pañal estaba a punto de reventar

-Mi pobre nene, mirate tu ojito- le dije con voz tierna tratando de darle consuelo, y disculparme por todo lo que le había hecho, acto seguido de que intente jugar con el mientras subía al cuarto para cambiarlo 

-Tengo tu nariz- le dije haciendo el típico juego tonto que se le hace a los bebes, y simplemente lo veía sonreír, demonios me comporte como un monstruo, pensé, me sentía tan mal y culpable que no podía dejar de pedirle perdón al pequeño cada que podía 

-Me perdonas bebe?- le dije cuando llegamos al cuarto, a lo que él solo asintió viéndome fijamente cuando ya lo había acostado, se chupaba su dedito, a lo que yo sé lo aparte ya que estaba sucio y le entregue su chupon 

-Mira quien vino a verte bebe- le dije haciendo una falsa sorpresa y con mis manos atrás, lo sorprendí con su peluche de pingüino

-Pani!- dijo él con alegría pura, y se lo entregue, a lo que él se lo llevo a su nariz, y luego lo abrazo, mientras yo lo desvestía ya que estaba sucio, en parte por haberlo dejado en el sótano, así que decidí mejor bañarlo

-Vaya pequeñín si estabas muy sucio, que tal un baño de burbujas!- le dije, en parte fue mi culpa por haberlo dejado, así que necesitaba asearlo ya que no quería que se volviera a rozar, se veía que le dolía ya que mientras le quitaba el pañal, el hacia gestos de molestia

-Chi! banio!- dijo alegre mientras tenia a su peluche de mano en mano jugando como un bebe, a lo que yo solté una pequeña risa y lo cargue desnudo directo al baño, lo coloque en la tina y abrí la llave, sabia agua tibia mientras tomaba el jabón y la esponja para tallarlo, mientras el jugaba con el pato de goma que siempre tenia en los baños que le daba, cuando de lleno la tina, puse el jabón suficiente para que salieran burbujas, y procedí a lavarle el cabello, el cual estaba algo enredado, de nuevo me culpe a mi mismo por todo lo que le había pasado, mientras me concentraba en bañarlo no pude evitar sentir un enorme coraje hacia mi y mi comportamiento, se que lo que le hicieron a mi hija y como la trato es imperdonable, pero tenia que comprender que ese monstruo ya no existía, había muerto, y se había convertido en este dulce niño, en este tierno e indefenso bebe que no tiene porque pagar por lo que hizo el otro que alguna vez fue, tenia que entender que si yo encontraba mas del maltrato que sufrió mi hija, era el pasado, era algo que no pude evitar pero que tampoco solucionare lastimando a este indefenso niño, me sentía molesto conmigo mismo por atreverme a hacerle daño físico, cada que veía su ojo lastimado me ardía la culpa, se había vuelto tan delicado, ya que si bien no lo había apretado tan fuerte, en el que ahora no solo era un niño, sino también su cuerpo era frágil como el de un niño, y por eso había causado esa herida, así que debía cuidarlo aun mas y ser mas cuidadoso con el, no podía caer en lo mismo, no podía volver a pasar esto, así que simplemente me hice una promesa, jamas volvería a lastimar a este pequeño de esta manera.

Terminando de bañarlo, fui por una toalla y la extendí en la cama, luego fui por el pequeño y lo coloque encima de la toalla, para luego envolverlo, como siempre lo hacia cuando lo bañaba, y le coloque crema en su rostro delicadamente, aunque saque un algodón, le puse muy poco alcohol y procedí a curar su ojo, cada que colocaba el algodón el hacia un gesto de dolor, pobre bebe, le dolía, y todo era mi culpa, pero me aguante mi coraje y lo cure sonriéndole en todo momento y haciendo cosquillas, quería consentirlo en todos los sentidos, así que después lo peine como siempre lo hacia, con el cabello hacia atrás, descubriendo su tiernos ojos marrones

-Mira nada mas que bebe tan guapo- le dije cuando termine de peinarlo, realmente olía a bebe, casi siempre olía así, pero ahora desprendía un olor mas fuerte por lo limpio que estaba, luego procedí a vestirlo con una sudadera de ositos, y cuando lo descubrí de abajo note que estaba muy poco rosado, así que le coloque la crema anti rozaduras, y talco por todas sus partes y su trasero, abrí un pañal nuevo igual tenia ositos y letras del abecedario, y se lo puse, decidí dejarlo sin pantalón como era costumbre y solo le puse calcetines, sus pies eran suaves y blancos, yo le cortaba las uñas seguido ya que no me gusta que las tenga largas, aunque a el no le gusta que lo haga ya que aveces lo lastimo sin querer

-Listo bebe, como nuevo, quieres ver una película conmigo?- a lo que él asintió 

-Quieres tu mamila?- le dije a lo que el dijo que si con mas animo, estaba hambriento, así que lo cargue y el coloco su rostro en mi hombro, olía muy rico, así que bajamos y le puse una película en el celular, ya que no quería prender la televisión para evitar los anuncios de se busca, le puse una película para niños que es la que veía todo el tiempo y fui a preparar su biberón, suspire de alivio al saber que toda esa pesadilla había terminado, y mañana mismo nos iríamos, el y yo simplemente para ser felices, sonreí al pensarlo y me dispuse a prepararle la leche.....

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Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora