- It's me, hi, I'm the problem, it's me.
Maia Kreese ha vivido siempre en Reseda, ha sido vecina de Lawrence desde pequeña y de Díaz cuando se mudó, con los que tendrá una buena relación, pero que no saben es que es pariente de John Kreese, no hast...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
| Capítulo 15: De vuelta al ruedo | ____________________________
Maia Kreese:
PASÓ LA SEMANA QUE ME quedaba de castigo. Hoy era fin de semana, pero el siguiente lunes ya podía volver a clase.
Y como era fin de semana, me tocaba karate. Estábamos todos en el dojo con el Sensei Kreese.
— La debilidad es inaceptable. La pelea en el instituto fue humillante, perdisteis soldados y perdisteis la batalla, pero no volveréis a perder. Díaz era uno de los nuestros, lo que le hicieron a él nos lo hicieron a todos. Y esto no quedará así. No mostraremos piedad. No mostraremos debilidad, contraatacaremos y pegaremos más duro. — Nos miró a todos e hizo una pausa. — ¿Queda claro?
— ¡Si, Sensei!
Más tarde, el Sensei trajo un hámster y dejó que Bert le pusiera nombre, lo llamó Clarence. Después nos enseñó una serpiente y le dijo a Bert que la alimentara con Clarence pero él no pudo, así que mi abuelo preguntó quién más estaba en contra de eso y echó a todos los que levantaron la mano.
Halcón fue al despacho a hablar con mi abuelo, cuando salió entré yo.
— Oye, ¿te acuerdas que hablamos de Tory?
— Si, ¿que pasa? — Me miró.
— ¿No ibas a hacer que volviese al karate?
— Lo sé, Maia. Lo tengo pendiente para hoy. — Dijo levantándose.
•••
Me dirigí al hospital porque me habían dicho que Miguel despertó de su coma. Cuando fui me encontré con el Sensei Lawrence saliendo de la habitación.
— Maia...
— Sensei.
— ¿Como os va en el dojo? — Sus pintas estaban bastante mal, entre la barba y los moretones que tenía en la cara.
— Bastante bien, aunque parece que a ti no te va tan bien.
— ¿Esto? No es nada. — Respondió señalándose las heridas de su cara.
— Ya... ¿te acuerdas que prometiste anteponernos? — Lo echaba de menos, pero estaba un poco resentida. — Sensei, ahora es cuando más te necesitamos.
— Maia estoy para ti cuando quieras, ¿pero que quieres que haga? Tu abuelo me ha quitado el dojo.