Moana abrió el caparazón de su colgante, y salió volando un pequeño escarabajo, aterrizando sobre la arena.
Sina no tuvo palabras para comentar, no entendía que le estaba diciendo su hija, ¿era una metáfora o de verdad un insecto le enseñó a navegar?
Hasta que una fuerte luz emergió del animal, fueron miles de rayos celestes y eléctrizantes qué salieron disparados, estando frentre a frente ante el cambiaformas.
- ¡Conoce a Maui! - Moana sonrió ampliamente mientras cerraba los ojos de la alegría.
Maui chasqueó los dientes e hizo un guiño, regalándole una sonrisa triunfante.
Sina se quedó en shock, se trataba del embustero semidios del viento y del océano, dijeron que fue capaz de enfrentarse con grandes y temibles mountruos conocidos por el vasto océano ¿que sería ella para matarla en un segundo?
El miedo era hasta tal grado que sintió que su vida corría peligro pero la sorpresa la paralizó, y al instante se desmayó.
Moana con sus reflejos logró atraparla a tiempo, antes que su cabeza impactara contra el suelo.
-Oh -el semidiós alzó una ceja ante lo que acaba de suceder, luego sonrió de lado entrecerrando los ojos-. Es natural que las chicas se mueran por mí.
Moana al instante de oír esto le sobrevino una gran ira, acomodó cuidadosamete a su madre en la arena y rápidamente le dio un codazo fuerte directo al estómago de Maui, quedandose sin aire.
-¡Es mi madre! -rugió mientras mantenía el ceño más fruncido, sintiendo como le hervía la sangre por dentro.
-¡¿Es tu madre?! -reaccionó estupefacto mientras recuperaba el oxígeno- Wow, parece más joven de lo que es en realidad.
Moana entrecerró los ojos mientras más arrugada su ceño, la ira era tanta que se formó un tic nervioso en su ojo, lo golpearía más fuerte si tuviera su remo consigo en este instante.
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Sina abrió los ojos lentamente, su mente se encontraba entre el sueño y la realidad, lo primero que hizo fue frotarse levemente los ojos con sus puños e intentar levantarse.
El lecho no era como se sentía habitualmente, normalmente siempre amanecía abrazada con su amado esposo Tui, insistiendo que se levantara.
Este, en cambio, se sentía algo duro, rasposo, e incomodo.
Ella se limpió la boca, sindiendo como si se hubiera metido arena, luego se tambaleó un poco mientras se sentó.
-Tui, ¿donde estás? -balbuceó y entrecerró los ojos, encontrándose con nada más ni nada menos que siluetas borrosas
-Mamá -Moana sostuvo su mano mientras le daba ánimos para que despertase -Soy yo.
-Ay hija -sostuvo su propia cabeza qué se mecía de un lado al otro-. Tuve una horrible pesadilla, se sintió tan real.
Cuando le iba a contar la historia, giró su cabeza para buscar con su mirada si él estaba cerca, y asegurarse de que en realidad fuera solamnete un mal sueño, hasta que notó una falda de hojas a su derecha. Efectivamente era el cambiaformas.
Ella se agitó con una enorme alteración, dando gritos de miedo hasta que Moana intervino para tranquilizarla.
-¡Mamá, Mamá!, tranquila, él no es malo.
-Si, relájese suegrita, yo solo quiero ayudar.
Aquel comentario las sacó fuera de lugar, quedandose calladas por un largo período de tiempo que parecían horas.
Las pupilas de Moana se contrajeron, sus mejillas ardían de la vergüenza y puso una expresión de horror.
Mientras que Sina trató de configurar todo esto en su mente.
-¿Te casaste? -su madre alzó una ceja confundida- ¿Por qué no nos lo dijiste antes cariño?, tu papá se va a poner furioso.
-¡No estoy casada! -Moana se molestó
-Pero desearía -comentó burlonamente el semidiós -. Y más si es conmigo.
Moana solamente puso los ojos en blanco y gruñó, aunque quisiese golpearlo no podía hacerle nada todavía, su prioridad era su madre y debía explicarle lo que pasó.
-¿Te acuerdas sobre lo que había dicho de mi última aventura?-Sina asintió con algo de duda-. Maui me ayudó a devolverle el corazón a Te Fiti.
-¿Su hija no les contó? Como yo, ¡Maui!, semidiós del viento y del mar, héroe de todos, ayudó valientemente a la hija del jefe a derrotar a una horrible y espantosa criatura mountruosa de lava qué en realidad resultó ser la mismísima Te Fiti. ¡Oh! ¿Y sabes porqué sé todo esto?, ¡es porque soy Maui!
-¡Ya bájale fanfarrón! -dijo Moana fulminandolo con la mirada y Mini Maui golpeó su pectoral como castigo por estar alardeando mucho.
-¿Ese tatuaje se movió? -preguntó señalando su madre, pasmada por lo que acaba de ver
-Si -Moana cruzó los brazos cerca de su pecho orgullosamente-. Él me agrada más.
Mini Maui guiñó el ojo mientras sonreía emitiendo un sonido de destello.
-Así que todo era real. . . Perdóname hija por no creerte, en realidad si pensaba que estabas exagerando para hacer tú historia más asombrosa.
-Está bien mamá, no los culpo -Moana se encongió los hombros suspirando-. Tampoco traje pruebas para respaldar lo que dije, aunque si quise traer a Maui en primer lugar, porque nuestro pueblo necesitaba de un maestro navegante.
-¿Para que enseñarles a navegar?- sonrió afablemente hacia Moana-. Si ya tienen una hija del jefe excepcional.
Moana y Maui compartieron miradas riendose, ver esto cautivó el corazón de Sina, Maui no era el mountruo ruin y embustero como pensaba, al cintrario, resultó ser amable, juguetón y algo presumido, tal como lo había descrito su hija.
-Moana me ha contado tantas cosas buenas sobre tí-se levantó Sina, limpiándose la arena de su ropa-. Me dijo como casi pierdes la vida distrayendo a la enorme Te Ka.
A Maui lo tomó desprevenido esa frase, Moana alzó sus cejas mientras entrecerraba los ojos con satisfacción, cruzó sus brazos nuevamente, disfrutando como se ruborizada levemente el jactancioso semidiós.
-¿A si? -Maui se rió nerviosamente, rascándose la nuca mientras sonreía -¿Y que más le contó su hija? -era como si de sus ojos brotaran destellos.
Sina se sorprendió levemente, para luego reírse a carcajadas ante su actitud, le recordaba tanto a Tui cuando era joven, solo así reaccionaban de ilusionados los isleños cuando estaban enamorados.
Solo que Moana y aquel Maui no lo sabían, ¿o si?.
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Unidos por el Océano
FanficHan pasado varios años desde que Moana se ha convertido en la jefa de la aldea, sus padres no podían sentirse más orgullosos, logró que el pueblo volviera navegar, a revivir esa hermosa herencia de sus ancestros. Lamentablemente la alegría no durarí...