»»————————————————Rayos de color rosa caían del cielo en dirección a Nine, quien, con un aire de indiferencia, desviaba los ataques hacia los lados utilizando sus colas.
La actual reina de los cambiantes, Rose, se lanzó en picada hacia él, su cuerno brillando intensamente en un tono rosa, intentando atravesarlo.
Sin embargo, Nine la atrapó con una de sus colas y la lanzó contra el castillo, destruyendo otra parte significativa de la estructura.
Nine: Estas malditas plagas jamás entienden.
Murmuró con aburrimiento, mientras contemplaba el cielo nublado. Con un suspiro de fastidio, decidió que era momento de marcharse.
Rose, sin embargo, no se dio por vencida. Emergió de los escombros, disparando al cielo con una expresión de enojo hacia el kitsune, quien continuaba su camino tranquilamente, ignorando la destrucción a su alrededor. En un intento por recuperar el control, Rose hizo aparecer cientos de llamas rosas y las lanzó hacia él.
Nine, con un suspiro de desdén, utilizó un ataque conocido como Belcebú. La técnica devoró por completo los ataques de la reina cambiante, dejando a Rose impresionada y asustada por la vasta cantidad de magia que él poseía.
Nine miró de reojo a la reina cambiante, sus ojos brillando con un tono carmesí y una sonrisa siniestra que reflejaba la inmensidad de su poder, muy por encima del de ella. Con esa certeza, se teletransportó a su templo, avanzando con determinación.
Sin embargo, fue tomado por sorpresa cuando Chrysalis se lanzó hacia su espalda, su rostro rozando el suave pelaje de Nine. Una risa involuntaria escapó de él, rompiendo la tensión del momento.
Chrysalis: ¿Dónde estabas?.
Preguntó ella, con un tono que combinaba curiosidad y reproche. Nine, en respuesta, silbó tranquilamente, tratando de aparentar despreocupación, aunque un ligero nerviosismo asomaba en su actitud.
Nine: Solo estaba dando una vuelta por un lugar, jejeje.
Respondió Nine con una sonrisa burlona mientras caminaba con Chrysalis sobre su espalda, dirigiéndose hacia su habitación.
Chrysalis: Mmm, ¿por qué no te creo para nada?.
Replicó ella, entrecerrando los ojos mientras lo observaba con desconfianza. Nine, sintiendo su mirada inquisitiva, tomó suavemente su mentón con una de sus colas, forzando su atención.
Nine: No tienes por qué desconfiar de mí, mi querida reina.
Dijo él en un tono seductor que, aunque ligero, provocó que Chrysalis se pusiera nerviosa y sonrojada.
Ella ocultó su rostro en el suave pelaje de Nine, un gesto que revelaba tanto su incomodidad como su conexión con él.
Nine: Bien, con eso evitaré hacerme preguntas.
Pensó Nine para sí mismo, satisfecho al lograr que ella no indagara más.
Mientras se acercaba a su habitación, una sensación de tranquilidad llenaba el aire, un momento de complicidad entre ellos que contrastaba con las tensiones externas.
...
..
.
Mientras tanto, en Canterlot, la princesa Celestia se encontraba sentada en su trono, contemplando el futuro con serena determinación.
Celestia: Tan solo faltan cinco días para el regreso de mi hermana...
Murmuró, consciente de la magnitud de lo que estaba por venir. Con un suave movimiento de su magia, hizo levitar un pergamino, comenzando a escribir algo de suma importancia.
Una vez terminado, envió el mensaje con un toque de su poder, asegurándose de que llegara a su destinatario.
Celestia: Tal vez deba visitar a Nine.
Pensó, sintiendo un ligero rubor en su rostro. La idea de encontrarse con él provocaba una mezcla de inquietud y calidez en su interior.
Nine se encontraba recostado en su cama, absorto en la lectura de un libro que capturaba su atención.
A su lado, Chrysalis también leía, acomodada sobre las suaves colas de Nine, sintiéndose cómoda y protegida en su cercanía.
Una de las colas de Nine comenzó a acariciar suavemente la melena de Chrysalis, mientras otra se deslizaba por su lomo, generando una sensación de calidez y relajación en ella.
Aunque Chrysalis disfrutaba del contacto y de la tranquilidad que lo acompañaba, Nine permanecía concentrado en su lectura, ajeno a la conexión que se estaba forjando entre ellos en ese momento.
Una de las colas de Nine comenzó a acariciar suavemente el rostro de Chrysalis, mientras otra se deslizaba por su pecho.
Ella sintió cómo un ligero sonrojo se apoderaba de su rostro, pero decidió no decir nada, intrigada por la dirección que tomaría el zorro.
Lo que Chrysalis no anticipó fue que Nine, inmerso en su libro, no era consciente de lo que sucedía a su alrededor; sus colas actuaban por instinto, guiadas por un deseo de confortar y conectar.
Mientras una cola acariciaba su lomo, otra jugueteaba con su cabello y otra más tocaba su rostro. Chrysalis se encontraba en un estado de creciente excitación, jadeando levemente por el contacto inesperado.
Cada caricia de las colas de Nine despertaba en ella sensaciones que la sorprendían, llevándola a una mezcla de curiosidad y nerviosismo.
La situación se intensificó cuando una de las colas de Nine comenzó a jugar con la cola de Chrysalis, mientras otra, más traviesa, se aventuró a acariciar su vientre.
El jadeo de Chrysalis se volvió más pronunciado, un sonido que revelaba el efecto que esos toques estaban teniendo en ella.
En medio de su lectura, Nine seguía ajeno a la tormenta de emociones que había desatado, creando un momento de complicidad y sorpresa entre ambos.
Tres de las nueve colas de Nine se encontraban delante de Chrysalis, quien seguía jadeando por los suaves toques de las demás.
Chrysalis: Qu... ¿qué crees que...?.
Intentó decir, pero sus palabras se desvanecieron cuando notó que las colas comenzaban a transformarse en tentáculos.
Sin tiempo para reaccionar, dos de esos tentáculos abrieron su boca, mientras el tercero se introducía en su boca, explorándola.
La excitación alcanzó un punto culminante y, abrumada por la intensidad de la experiencia, Chrysalis se desmayó.
Después de algunos minutos, Nine finalizó su libro y sintió un leve hambre. Al recordar que Chrysalis estaba recostada sobre sus colas, se volvió para encontrarla profundamente dormida, jadeando suavemente.
Las colas de Nine habían regresado a su forma normal antes de que él las viera, y con una sonrisa tierna, utilizó sus colas para acomodarla suavemente en la cama.
Con un ligero destello de magia, Nine se teletransportó a su cocina para prepararse algo de comer. Mientras tanto, Chrysalis, aún en un sueño profundo, balbuceó en su estado de inconsciencia:
Chrysalis: Ni... Nine... eres un verdadero monstruo.
Su voz, cargada de excitación residual, se desvaneció en el aire mientras permanecía completamente dormida, dejando tras de sí un rastro de una experiencia que la había llevado al borde de sus emociones.
Continuara.
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𝐑𝐄𝐄𝐍𝐂𝐀𝐑𝐍𝐄 𝐂𝐎𝐌𝐎 𝐔𝐍 𝐊𝐈𝐓𝐒𝐔𝐍𝐄 /// My Little pony
FanfictionHe reencarnado hace miles de años y he estado en el bosque everfree sin que nadie lo supiera o se diese cuenta. pero eso cambiará cuando un grupo de ponis hagan que quiera salir de mi hogar.