𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟑.

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Luna abrió los ojos y se separó un poco de su hermana, mirando con sorpresa y admiración a Nine, quien permanecía sereno y en silencio, observando la conmovedora escena.

Las demás yeguas, sintiendo la atmósfera de unidad, también dirigieron su atención hacia el zorro de nueve colas, que seguía tranquilo, ajeno a la atención que había despertado.

En ese instante, Nine rompió el silencio con un tono burlón.

Nine: ¿Acaso tengo algo en la cara?.

Preguntó, frotando su propio rostro con sus colas mientras sonreía. Su ligereza contrastaba con la emotividad del momento, creando un equilibrio que aligeró la tensión en el ambiente.

Las yeguas sonrieron, y la sorpresa de Luna se transformó en una mezcla de curiosidad y alegría.

Luna, intrigada, se volvió hacia su hermana.

Princesa Luna: ¿Quién es él?.

Preguntó, señalando a Nine. El kitsune la miró con una sonrisa juguetona, sus ojos brillando con un tono dorado que hizo que un escalofrío recorriera el lomo de la princesa de la luna.

Celestia, notando la interacción, dirigió su mirada hacia Nine, quien asintió con la cabeza, dándole el visto bueno para que ella revelara más sobre él.

Princesa Celestia: Él es Nine, un kitsune y el antiguo príncipe de un país que ha desaparecido. Ahora es el último de su especie.

Explicó Celestia con un tono tranquilo, aunque una sombra de tristeza cruzó su rostro al recordar el trágico pasado de Nine.

Sin embargo, lo que la princesa celestial no sabía era que todo lo que había dicho era una fachada. Nine, en realidad, ocultaba su verdadera identidad como un ser reencarnado de otro mundo.

Este secreto lo llevaba consigo, un peso que lo acompañaba mientras navegaba por el nuevo entorno de Equestria.

Aunque la presentación de Celestia había sido sincera, la verdad de Nine permanecía oculta, un hilo de misterio en medio de la creciente amistad que comenzaba a formarse entre ellos.

Luego de la revelación, Pinkie Pie, con su energía habitual, se acercó a Nine dando saltitos hasta quedar justo frente a él. Con una expresión de curiosidad en su rostro, lanzó una pregunta que sorprendió a todos, incluyéndolo a él, a las yeguas y a las princesas.

Pinkie pie: Entonces, ¿significa que tienes que reproducirte para que así tu especie sobreviva? ¿O me equivoco?.

Preguntó Pinkie con una inocencia desbordante mientras miraba fijamente a los ojos de Nine. Ante la inesperada pregunta, Nine rápidamente volvió a su forma normal y, con un destello en sus ojos, se acercó a Pinkie, quien continuaba sonriendo sin ningún atisbo de vergüenza.

Nine: Acertaste, mi pequeña pony.

Respondió él, adoptando una seriedad que resultaba un tanto graciosa y cómica, mientras le daba palmaditas en la cabeza con una de sus colas.

Las demás yeguas, al escuchar la palabra "reproducirse", sintieron un ligero sonrojo en sus mejillas, conscientes de lo que eso implicaba.

...

..

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Después de la conversación, Nine, con un gesto sereno, teletransportó a todos a Ponyville. Al llegar, los ponis, al notar la presencia de las princesas, hicieron una reverencia respetuosa. Sin embargo, la llegada del imponente zorro de nueve colas generó una mezcla de temor y curiosidad entre ellos. Fue entonces cuando la princesa Celestia, con una voz tranquila y autoritaria, les aseguró que él era un amigo y no un enemigo.

Nine pudo sentir las miradas de los ponis, cada una cargada de diferentes emociones. Algunos mostraban temor, otros fascinación, y un grupo de yeguas lo miraba con un interés que le resultaba un tanto incómodo.

Aunque se dio cuenta de las miradas deseosas, decidió ignorarlas y enfocarse en el ambiente que lo rodeaba.

A medida que los ponis comenzaron a relajarse tras las palabras de Celestia, Nine sintió que, a pesar de la inicial inquietud, había una oportunidad para establecer nuevas relaciones.

Nine se despidió de las princesas, recordando que tenía a Chrysalis, la ex reina cambiante, en su templo. En un instante, se teletransportó y se encontró con un caos en la cocina. Allí, en el suelo y con una expresión de derrota, estaba Chrysalis.

Chrysalis: Me rindo, no puedo hacer un simple pastel.

Declaró ella, visiblemente frustrada. Ante la escena, Nine no pudo evitar reírse, una carcajada que resonó en la habitación.

Con delicadeza, levantó a Chrysalis del suelo usando sus colas y, con un simple movimiento de su pata, limpió el desastre de la cocina como si nada hubiera sucedido.

Chrysalis, aún acomodada entre las colas del kitsune, hizo un pequeño puchero. La suavidad y el calor de las colas de Nine le ofrecían un refugio en ese momento de desánimo.

Nine: Jajaja, eres muy adorable, Chrysalis.

Comentó él, sonriendo mientras caminaba hacia el gran salón con ella aún entre sus colas. Con un suspiro, hizo aparecer un pastel en la mesa, acompañado de una bebida burbujeante.

Chrysalis: ¿Qué es esto?.

Preguntó la ex reina cambiante, volando para sentarse en su asiento.

Nine sonrió y respondió que era una bebida que había creado tiempo atrás llamada coca-cola. Chrysalis, intrigada, observó el pastel y la bebida, sintiendo que, a pesar de sus fracasos en la cocina, su compañía hacía que todo fuera más ligero y divertido.

Al probar la coca-cola, los ojos de Chrysalis se iluminaron con pequeñas estrellitas, brillando como en las caricaturas. Su rostro se llenó de asombro mientras exclamaba que jamás había probado una bebida tan extraordinaria y sabrosa.

Nine, observando su reacción, no pudo evitar reírse suavemente. Mientras disfrutaba de una rebanada de pastel, sintió un profundo orgullo al ver cómo Chrysalis se dejaba llevar por la experiencia.

Su pecho se infló, reconociendo que podía lograr cualquier cosa que se propusiera, especialmente si eso significaba compartir momentos agradables con ella.

Así transcurrió el día. Chrysalis pasaba la mayor parte del tiempo con Nine en su habitación, sumergida en la lectura de un libro mientras él aparentaba dormir.

Sin embargo, en su mente, Nine estaba muy activo, fabricando ideas y conceptos para nuevas creaciones. Aunque su exterior parecía tranquilo, su mente bullía de posibilidades, alimentada por la presencia de Chrysalis y el ambiente de camaradería que habían construido juntos.

El tiempo se deslizaba suavemente, y en esa atmósfera de creatividad y compañía, ambos encontraban un refugio del pasado y la oportunidad de forjar un nuevo camino juntos.

Continuara.

𝐑𝐄𝐄𝐍𝐂𝐀𝐑𝐍𝐄 𝐂𝐎𝐌𝐎 𝐔𝐍 𝐊𝐈𝐓𝐒𝐔𝐍𝐄 /// My Little pony Donde viven las historias. Descúbrelo ahora