He reencarnado hace miles de años y he estado en el bosque everfree sin que nadie lo supiera o se diese cuenta. pero eso cambiará cuando un grupo de ponis hagan que quiera salir de mi hogar.
Era el día de la gala del galope, y Nine se encontraba disfrutando de un relajante baño en las aguas termales de su templo. El vapor se elevaba suavemente, creando un ambiente cálido y acogedor.
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A su lado, Chrysalis jugueteaba con el agua, sus movimientos fluidos y juguetones contrastaban con la serenidad de Nine.
Chrysalis: Nine, ¿irás con tu apariencia de zorro, verdad?.
Preguntó Chrysalis, su voz suave y curiosa. Sus ojos se posaron en el zorro de las nueve colas, quien asintió con la cabeza, sintiéndose sereno ante la idea de mostrar su verdadera forma.
Sabía que al revelarse de esa manera, llamaría la atención de todos los nobles de Equestria. En Ponyville ya estaban acostumbrados a su presencia, pero en el resto del país, su existencia era un secreto aún por descubrir.
Mientras conversaban, Chrysalis no podía evitar admirar la figura de Nine. Su pelaje brillaba con un sutil resplandor en la luz del agua, y la forma en que las gotas resbalaban por su cuerpo le provocaba un leve rubor en las mejillas.
Aunque era la ex reina de los cambiantes, en ese momento se sentía vulnerable, deseando acercarse más a él. La conexión entre ambos era palpable, y a pesar de sus diferencias, había un cariño que crecía con cada encuentro.
Chrysalis, viendo cómo Nine se relajaba, sintió una mezcla de ternura y anhelo. Quería acercarse, tocarlo, compartir algo más que palabras.
La calidez del agua reflejaba el calor que sentía en su corazón, y aunque lo disimulaba, su deseo de alcanzar algo físico con él se hacía más fuerte.
En la tranquilidad de las aguas termales, Chrysalis se sentía cada vez más inquieta. Había algo que deseaba preguntar a Nine, pero las palabras se negaban a salir de su boca. Mirándolo a los ojos, sintió que la tensión aumentaba.
Su mente se debatía entre el deseo y el nerviosismo, y finalmente tomó la decisión de abordar la cuestión que la había estado inquietando.
Comenzó, su voz temblando ligeramente mientras se esforzaba por articular sus pensamientos.
Chrysalis: Es que, tú sabes, tu… tu raza, eh, está extinta, y… y eso me ha hecho pensar… en algunas cosas.
A medida que intentaba explicarse, su tartamudeo se hacía más evidente, lo que la llevó a enredarse aún más en sus propias palabras.
Nine la miraba con una expresión de creciente confusión, ladeando la cabeza.
Nine: ¿Si?.
Dijo, sin comprender del todo a dónde quería llegar. La expresión de su rostro era una mezcla de sorpresa y curiosidad, lo que solo aumentaba la incomodidad de Chrysalis.
