Soy completa y absolutamente patética. Es de noche, está lloviendo y yo estoy sentada en una parada de autobús. No tengo a donde ir, ni donde quedarme. Mis amigos me dieron la espalda, que buenos amigos, ¿No? Mi hermana pequeña no puede hacer mucho por mí y mis padres, bueno… agradezco estar viva después de cómo me gritaron.
Flash back.
Esto no es lo que me esperaba, así no es como deberían de haber sucedido las cosas. ¿Por qué tenía que pasarme esto a mí? ¿Por qué? Nunca fui una chica mala, nunca le conteste a mis padres, nunca maltrate a mi hermana menor, tengo buenas calificaciones, ayudo en casa. Entonces… ¿Por qué?
Mis manos tiemblan al ver ese resultado en mis manos, ya no puedo contener las lágrimas, esto es demasiado, siento que todo se mueve, que las paredes comienzan a cerrarse, me siento atrapada.
Me tiro al suelo abrazando mis rodillas contra mi pecho, los sollozos se vuelven más y más fuertes. ¿Cómo se lo diré a mis padres? ¿Cómo se lo diré a Sam? ¿Qué será de mi vida ahora?
El verano no debía terminar así, no. Me niego a creerlo. Debería de terminar conmigo sonriendo feliz por tener novio al fin, por regresar a mi último año de escuela, contarle a Mercedes y Tina todas las locuras que hice mientras ellas no estuvieron. Pero eso no va a pasar.
El verano aun no acaba, va a la mitad y yo no puedo ocultarlo.
Flash back.
Suspiro pesadamente mientras me abrazo a mí misma, al menos tengo una chamarra que me cubre un poco del frio que azota la ciudad. Ohio nunca ha sido fría, siempre el calor gobierna. Pero precisamente hoy tenía que llegar un frente frio.
Cierro los ojos y aprieto la mandíbula, siento como el frio se cola por mi cuerpo húmedo y llega a calarme los huesos. Un recuerdo me golpea.
Flash back.
-Necesito hablar contigo –apenas susurro sobre su oído, la música es demasiado fuerte y no puedo controlar mis nervios. No me hace caso.
La gente va de aquí para allá, corean las canciones que tocan en el escenario, beben, brincan, gritan y yo siento que no puedo seguir aquí. Me estoy ahogando, siento que voy a colapsar.
Me ha pasado una bebida, pero la he rechazado. Él me ha visto raro, desde que nos conocimos nunca le he rechazado algo, pero no me da importancia y se la toma él. Ni siquiera se ha dado cuenta que estoy pálida o que estoy incomoda hasta cuotas insospechables.
La gente comienza a empujarse mientras una canción que desconozco empieza. Intento jalarlo para que nadie me golpee, pero él ni se inmuta, no me voltea a ver. Me rindo, no puedo permitir que alguien me golpee por el frenesí que la canción provoca, necesito cuidarme. Necesito cuidarnos.
Salgo del barullo hasta una zona tranquila, supongo que son los baños, porque no huele nada bien que digamos. No logro recargarme de la pared cuando el nauseabundo olor ha atravesado por mi garganta provocándome ganas de vomitar, apenas logro voltearme para sujetarme de la pared y comenzar a vomitar lo poco que he comido en todo el día.
-¿¡Qué mierda haces aquí!? –Escucho que gritan a mi espalda, pero no contesto -¡Te estoy hablando Brittany! –vuelve a gritarme.
Paso el dorso de mi brazo por mi boca, intentado quitar cualquier rastro de vómito, luego paso mi brazo por mi short de mezclilla para limpiar e intentar quitar esa sensación de asco. Giro sobre mis talones y lo observo.