Capitulo 21

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Puedo sentir como sus manos tiemblan al tocar mi cuerpo, como su respiración en rápida y entrecortada sobre mi piel, inclusive puedo sentir como su corazón late desbocado mientras besa mi cuello con delicadeza.

Sus manos suben por mis costados quitando la ropa que le estorba, al igual que las mías. Necesito sentirla ya. Tanta espera me está matando, noches y noches deseando poder tenerla sobre mí de esta manera, que ahora siento que no es real.

Muerdo su cuello y ella gime. ¡Dios! Me pone tan mal y ni siquiera me ha tocado como quiero. Mis uñas se entierran en su espalda mientras siento como va dejando besos y mordidas por toda la piel de mi cuello. Mañana tendré marcas, no me importa.

Sentir sus manos por todo mi cuerpo es una completa locura. Lentamente baja dejando húmedos besos por mis pechos, por mi abdomen levente abultado ya. Llega hasta donde la necesito, siento su respiración sobre mi lugar sensible, mi cuerpo tiembla y no sé si realmente es por nervios o vergüenza.

¡Oh dios! creo que debo censurar esto.

-Sa..Santana… por favor –Mi voz sonó tan necesitada.

-¿Por favor qué Britt? -¡Dios mío! Me va a matar.

-Te necesito –logro decir.

-Tanto como yo a ti… -muerdo mi labio.

Dios si… la noche será larga.


Siento el cansancio recorrer mi cuerpo pero mi hambre de Santana aun no es saciada. Me acerco a ella y beso su espalda desnuda mientras ella esta recostada boca abajo mirando al otro lado.

-¿Qué me has hecho? –susurro en su oído mientras paso mis manos lentamente por sus costados.

-Creo que he creado a un pequeño monstruo –se ríe sin abrir los ojos.

-Te he probado y ahora quiero más de ti –beso su cuello.

Su piel es tan deliciosa, el sabor de su sudor y su propia esencia es una delicia, mi nuevo delirio. Realmente quiero más de ella.

Veo por la ventana, está por amanecer y dentro de poco debemos levantarnos para ir al trabajo, pero no quiero levantarme de esta cama. Quiero mantenerme aquí con ella, con su cuerpo sobre o debajo del mío.

-¿Estas consiente de que dentro de menos de una hora debemos comenzar a alistarnos? ¿Verdad? –sigue sin moverse, pero siento su piel erizarse debajo de mis labios.

-Creo que te he lastimado –ignoro su pregunta y beso los rasguños que deje en su espalda.

-No importa –hace una mueca cuando beso un rasguño en especial. Pero este no lo hice yo.

-¿Qué te paso aquí? –susurro sobre su piel antes de volver a besarla y sentir ese pequeño brinco que da al sentir mis labios sobre ella.

-Es una herida que nunca cicatrizo –abre los ojos pero no me mira –Debemos ir a trabajar –sonríe volteando el rostro un poco.

Realmente no sé de donde saque tanta fuerza y rapidez para voltear su cuerpo y sentarme a horcajadas sobre su cadera, haciéndola gemir al ver mi cuerpo desnudo. Puedo sentir su calor, es el mismo que el mío.

Sujeto sus manos sobre su cabeza y acerco mi rostro al de ella -¿Y si nos quedamos aquí? –mis labios rozan los de ella.

Meneo mis caderas un poco sobre ella, su respiración se vuelve irregular, sus ojos están sobre los míos y noto como cambian de canela a negro, el deseo está comenzando a dominarla. Y eso es lo que estoy buscando.

Suelta sus manos y se sienta aun conmigo sobre ella. Sujeta mis caderas y comienza a ejercer un ritmo que provoca que mi corazón lata desbocado.

-Santana –jadeo mientras junto su frente con la mía.

-¿Esto querías, no? –susurra, su aliento es mi droga.

-Si… si –afirmo cerrando los ojos –Te quiero a ti –gimo al sentir como abraza mi cintura.

-Solo a mí –susurra sobre mi oído mientras siento como su mano acaricia mi piel hasta llenar a ese calor que tanto la necesita.

-Si… -vuelvo a gemir al sentirla dentro de mí ya.

No puedo explicar lo que me hace sentir… La cabeza me da vueltas mientras ella se mueve lentamente torturándome. Muevo mis caderas un poco más rápido, pero ella ejerce un poco de fuerza con su brazo y me frena. Quiere torturarme de verdad.

-Todo a su tiempo, mi amor –besa mi cuello.

No puedo hablar, solo siento. Cada terminación nerviosa de mi cuerpo esta sensible, más sensible de lo normal.

-Mírame Brittany  –me ordena pero no puedo abrir los ojos.

Sus movimientos cada vez son más rápidos y mi sentido común es un asco. Siento sus labios sobre mis pechos, quiere matarme.

-Abre los ojos Britt  –ordena sobre mi piel –Hazlo –la siento más profundo.

Le hago caso y es mi perdición, siento como mi cuerpo se tensa, mis latidos se vuelven locos y las emociones me sobrepasan. Miro sus ojos antes de gemir fuertemente su nombre, dejo caer mi cabeza sobre su hombro y siento su pecho subir de manera rápida también.

-No tienes idea de todo lo que me provocas –susurra pero no comprendo –No hace falta que me toques para que llegue –me sorprendo.

Levanto el rostro y la observo, una capa de sudor ocupa su frente y yo le beso saboreando el sabor salado. Mis ojos se conectan con los de ella y sé que es el momento. Pero algo no me deja decirlo.

Suspiro un tanto frustrada y la abrazo fuertemente.

-Lo sé, también me siento así –no comprendo pero no dejo de abrazarla.

Amo la luz del sol, pero en este momento estoy odiándolo, no me deja dormir tranquilamente. Volteo el rostro intentando escapar de él… ¡Mierda! ¡El trabajo! Regreso la vista al buro que tengo a mi lado para ver la hora.

1:00pm

¡SANTA MIERDA! ¡Maribel va a matarme!

Me levanto rápidamente dándome cuenta que tengo el cuerpo verdaderamente adolorido y a la vez me siento extremadamente relajada. No tengo tiempo para pensar en esto, necesito alistarme e inventarme algo para llegar al trabajo y que mi jefa, madre de mi ¿Novia? ¿Después de anoche ya es mi novia? Dios, no tengo tiempo para esto… necesito que Maribel no me corra.

Prácticamente corro desnuda al baño para darme una ducha, pero al pasar por el espejo me percato de que hay algo escrito.

"Mi amor:

No corras, puedes caerte. Le pedí a mi madre que te diera el día libre para que te recuperes, regreso a la hora de la comida para acompañarte a comer junto con Quinny.

Te amo, Santana."

Suspiro.

¿Cómo no estar enamorada de ella? Pero… Si lo estoy, ¿Entonces por qué no pude decirle que la amo cuando tuve la oportunidad? Dios, no voy a pensar en eso por ahora.

En este momento, me daré una ducha relajante y preparare la comida. Nada más.

Caminos CruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora