Capitulo 25

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¿Saben? Hace dos días que no hablo con Santana y comienzo a desesperarme. Digo, le marco y suena el típico "El número que usted marco se encuentra fuera el área de servicio o se encuentra apagado" ¿Santana Lopez con el numero apagado? ¡ESO ES IMPOSIBLE!

Sobre todo porque es ella quien me marca a mí para saber cómo nos encontramos, pero ahora no lo ha hecho y yo tengo tanto miedo. Le he preguntado a Santiago pero solo me dijo que me tranquilizara, que seguro había ido a visitar algún lugar fuera de la región en donde se encontraba o algo por el estilo, que siempre hacia lo mismo.

Y realmente no sé si creerle o no, digo es su papá y la conoce mucho mejor que yo, pero… ya me vio en varias ocasiones con Artie y bueno, tal vez no le gustó nada y ahora Santana no quiere hablar conmigo y ugh… necesito que regrese ya.

¿Por qué el amor tiene que ser tan complicado?

Me levanto del sillón para llevar mi plato y mi vaso a la cocina, hoy fue mi día libre del trabajo y lo pase como los últimos días libres que he tenido desde que Santana se fue, en casa con mi pijama rosa viendo películas de amor mientras como un sándwich a lo Lopez, el cual le pedía a Jack que me lo hiciera, para intentar sentir cerca a Santana.

Jack es un gran chico, la primera vez que me preparo el sándwich fue cuando vino aquí para pedirme ayuda con una chica ya que su hermana mayor no estaba y Bree, bueno… ella era amiga de la chica que le gustaba, por lo tanto no iba a ayudarle.

-Flash back-

-Voy a hacer este sándwich aunque sea lo último que haga –susurre para mí misma mientras intentaba preparar el famoso emparedado a lo Lopez que Santana una vez me había hecho.

Mala idea intentarlo, siquiera.

Hacer ese emparedado era alguna clase de arte familiar o algo por el estilo, porque por más que lo intentaba no podía. Comenzaba a frustrarme, ponía cada ingrediente que había identificado cada vez que Santana me lo había preparado pero aún le faltaba algo.

-Te falta el secreto–alguien dijo a mi espalda provocando que diera un agudo grito y tirara algunas rebanadas de lechuga al suelo –Lo siento, no quise asustarte –Jack se disculpó mientras llegaba hasta mi para levantar lo que había tirado.

-No te preocupes, está bien –coloque una mano en mi pecho para sentir el latido desbocado de mi corazón –me tomaste descuidada, nada más –le sonreí.

-Debí llamar antes de venir, lo siento –agacho el rostro un poco mientras se recargaba de la barra.

-No digas eso, esta es casa de tu hermana, yo simplemente soy hmm… una colada –intente bromear.

-Eres mucho más que eso, y lo sabes Britt –me miro con una sonrisa.

¿Acaso todos los Lopez tenían ese efecto? Digo, la sonrisa de Jack también hipnotizaba y aunque no tenía el mismo efecto que la sonrisa de Santana en mí, si lograba deslumbrarme un poco. Sinceramente, que buenos genes tiene esta familia.

-Bueno… esperemos que tu hermana siga creyendo eso a su regreso –suspire mientras regresaba mi atención a lo que intentaba hacer.

-¿Sabes? –Volvió a hablar –Siéntate mientras yo preparo ese sándwich –me tomo por los hombros y comenzó a guiarme hasta uno de los banquillos.

No puse resistencia alguna, realmente sería estúpido de mi parte hacerlo pues él es quien sabe hacer esa pequeña y deliciosa obra de arte. Lo observe con una sonrisa en el rostro, era un joven muy guapo y muy atento.

Caminos CruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora