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A Cheng Lu nunca le gusto que otras personas tocaran lo que era suyo. En especial algo que realmente le importaba.
La primera vez que se dió cuenta fue cuando otros imbéciles habían golpeado a su diversión preferida. Eso no le gusto aunque al principio quiso engañarse así mismo de lo contrario.
La segunda vez fue hace una semana. Cheng había visto a MeiYing acercarse nuevamente con otras intenciones a Dre.
Era notorio que la niña estaba interesada románticamente en el americano.
Cheng estuvo a nada de ir y gritarle en la cara que Dre era suyo. El lo había besado, no ella.
Pero no lo hizo, lo que si hizo fue reclamarle y exigirle a Parker que no se acercara a la asiática otra vez.
Obviamente Dre lo mandó al carajo como siempre. Pero Cheng no lo golpeó o algo parecido, para eso estaba el torneo.
Cheng se estaba dando cuenta que la actitud en Parker estaba cambiando, ya ni siquiera parecía querer huir cada que Cheng lo acorralaba. Y eso a Lu le hizo sentir extraño.
Era notorio que el entrenamiento de Dre estaba mejorando muchísimo. Cheng podía verlo. Todos en realidad.
Pero aún así, Cheng estaba profundamente confiado en que realmente Dre no era un rival digno.
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— Cuántas veces tendré que decirte que te alejes de MeiYing.
Su tono salió molesto. Hoy como casi todos los días, Cheng nuevamente está reclamando que no quiere a Dre cerca de la chica. Obviamente está celoso pero es tan ciego como para darse cuenta. Su orgullo no le permite verse a si mismo.
Dre detuvo su caminar para darse la vuelta y ver a Cheng. Tenía una expresión cansada. Lidiar con un tipo que te considero suyo y que desde el día uno a estado jodiendote no es muy animado.
Las clases acaban de finalizar y Dre solo quería ir a su entrenamiento con el Sr. Han. Cada día que pasa aprende una nueva cosa. Y disfruta en demasía pasar tiempo con el hombre. Hace que su tormento Cheng desaparezca completamente de su mente.
— Las veces que se te de la gana, igual no me importa.
Cheng se acercó hasta estar justo a su lado.
— No te quiero cerca de ella.
— Ajá.
Parker lo ignoró y empezó a caminar nuevamente. Pero se detuvo bruscamente cuando Cheng lo agarró de sus brazos y lo jaloneo hasta estar debajo de un árbol cercano.
— Maldito Dre, tú eres mío.
Cheng lo estaba besando ahora, bastante brusco, Dre soltó un ruido de dolor cuando sintió su labio ser mordido. Las manos de Lu dejaron sus brazos y se adentraron debajo de su camiseta. Gimió cuando Cheng apretó demasiado fuerte.
Después de un momento Lu por fin lo había dejado libre y Dre trato de tomar todo el aire que pudo.
— No quiero que ella este cerca de ti, Dre. ¿por qué no puedes entender?
— La única persona a la cual deseo lejos de mi, es a ti. ¿por qué no puedes entenderlo tú?
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