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Han pasado dos semanas desde que el Sr. Han lo empezó a entrenar, y apenas ayer fue su primer entrenamiento real.
Dre estaba tan emocionado cuando realmente el hombre le enseño movimientos de Kung Fu y tuvieron una breve pelea.
Su emoción era palpable, y ahora más que nada se esforzará por aprender.
Su entrenamiento termino y el hombre chino lo mandó a su casa, deseándole que descansará bien. Dre no pudo evitar abrazarlo y despedirse aún con una gran sonrisa en su rostro.
Al salir del hogar del Sr. Han, Dre dió un vistazo en busca de su rival, Cheng a veces solía esperarlo. Pero parece que hoy no era el caso.
Eso significó un gran alivio para el. No quería lidiar con sus comentarios sin sentido y sus miradas raras. Tampoco quería ser besado a la fuerza, cada que sentía los labios del asiático sobre los suyos sentía náuseas.
No malinterpreten, Dre no era homofóbico o una mierda así. Simplemente le era desagradable la presencia de Cheng, solo el.
Camino hasta llegar al edificio donde vivía, entró y subió las escaleras, un escalofrío lo recorrió cuando paso justo en el lugar dónde Cheng lo había acorralado en la pared nuevamente apenas el día de ayer.
Una costumbre muy fea.
Ver a su madre cuando entró a su departamento le hizo volver a su actitud emocionada, le contó sobre su día.
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Era de mañana y Dre se encontraba corriendo muy apurado. Se había quedado dormido y por consecuencia se le había hecho tarde.
Si, tal vez se quedó hasta tarde practicando unos movimientos.
Casi choca con unas personas que estaban por ahí, pero afortunadamente no lo hizo.
Dejó escapar un suspiro de alivio cuando aún no cerraban las puertas de la escuela.
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Cuando salió al descanso fue inmediatamente al comedor, si se apuraba no se encontraría con tipos desagradables.
En cambio se encontró con MeiYing, la chica del violín. Hace tiempo que Dre no le hablaba. Pero antes de que pudiera tan siquiera acercarse a la chica o servirse su comida, Cheng Lu entró a la cafetería con sus fieles amigos detrás.
Dre maldijo y se dió la vuelta rápidamente para irse. Genial, su hora de comida se había ido al caño.
Caminó rápido alejándose más y más de la cafetería.
