6. Conflicto y resolución.

31 2 4
                                    

El sonido de la puerta cerrándose detrás de Lenny resonó en la cocina como un eco prolongado. El silencio que quedó tras su partida era denso, casi palpable, mientras Pamela y Jim se quedaban solos. El vino en sus copas parecía haberse congelado en el tiempo, igual que el ambiente tenso entre ellos. Cada uno observaba el contenido de su copa como si buscaran respuestas en sus burbujeantes reflejos.

Pamela rompió el silencio primero, su voz era baja pero cargada de una frustración que no podía disimular. 

—Estoy cansada de esto, Jim. Estoy cansada de que siempre haya alguien más ¿Realmente crees que esto es justo para mí?

Jim levantó la vista, su expresión una mezcla de sorpresa y resignación. 

—Pam, no es lo que parece. Mi relación con Lenny no es... lo que tú piensas. Él solo está escribiendo mi libro, eso es todo.

Pamela lo miró con una mezcla de incredulidad y cansancio. 

—No soy tonta, Jim. Vi cómo te miraba, cómo se ponían incómodos cuando entré. Me doy cuenta de que hay más en esta situación de lo que me has contado.

El poeta intentó encontrar palabras que pudieran apaciguarla, pero no lo logró.

—Lo siento.—fue lo único que pudo decir.

Pamela sacudió la cabeza, sus ojos fijos en él con una intensidad que lo atravesaba. 

—Te adoro, pero no quiero estar contigo si las cosas van a seguir siendo así. Estoy harta de esto.—limpió una pequeña y solitaria lágrima que cayó por su mejilla.—Me voy a ir de la ciudad por un tiempo, voy a visitar a mi madre. Y mientras esté fuera, voy a pensar en lo que quiero. En lo que merezco. Tu deberías hacer lo mismo.

Con un portazo que resonó en la casa, Pamela salió. El ruido de la puerta cerrándose fue el último fragmento de la tensión que había llenado la cocina. Jim quedó solo, con el silencio envolviéndolo y el peso de las palabras de Pamela hundiéndose en su conciencia. 

Mientras el vino se enfriaba en sus copas y el eco de la despedida de su novia se desvanecía lentamente, Jim se sumió en la reflexión. ¿Qué significaba todo esto para él? ¿Qué pasaría ahora? Con la cabeza llena de dudas y la sala vacía, se quedó allí, esperando que alguna respuesta viniera a llenar el vacío que Pamela había dejado atrás.

*****

Después de ese incómodo encuentro en la casa del músico, Jim y Lenny no se vieron durante un par de días. Pamela se había ido de la ciudad para visitar a su madre, dejándole a Jim la libertad de sumergirse en su estilo de vida habitual. Y el cantante se entregó a un torbellino de excesos: bebida, mujeres y ensayos con la banda para prepararse para la próxima gira. Su vida parecía desbordante y caótica, pero también había algo inquietante en su comportamiento. En los ratos libres, no podía dejar de pensar en Lenny y en cómo la presencia del joven periodista había aportado una chispa diferente a su rutina.

Por su parte, Lenny se refugió en su trabajo. En su casa, se dedicó a escribir la biografía de Jim con toda la información que había recopilado hasta ese momento. La distancia le permitió reflexionar sobre el reciente encuentro y sobre la extraña conexión que había sentido con él. Aunque estaba enfocado en el libro, sus pensamientos a menudo se desviaban hacia el músico y la incomodidad de aquel encuentro, que ahora le parecía una mezcla de fascinación y confusión.

Y pesar de que Lenny no tenía mucho ánimo de volver a ver a verlo, el cantante no podía sacarse a Lenny de la cabeza. Extrañaba su compañía, la conversación y la forma en que el joven parecía ver más allá de su imagen pública. Los nervios que sentía se intensificaban con cada día que pasaba sin verlo.

Wild Boy «Jim Morrison+Alain Delon»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora